Desde las ruinas de Gaza hasta las brillantes piscinas de Singapur, las imágenes del día nos ofrecen una narrativa fragmentada y llena de contrastes. Por un lado, los rostros de sufrimiento en Palestina, la destrucción en Ucrania y las consecuencias de un breve pero sangriento conflicto entre Camboya y Tailandia. Al mismo tiempo, la quema simbólica en India de una pancarta de Donald Trump ante la hegemonía económica que pretende el “todopoderoso” presidente yanqui.
Por otro lado, el dolor y la tensión se desvanecen en la solemnidad del emperador japonés Naruhito, y la esperanza por un mundo más justo se abre paso en las protestas en Hungría, donde el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, fue citado a declarar por la organización de la marcha del Orgullo, a pesar de la prohibición oficial. Mientras tanto, los Mundiales de Natación de Singapur nos ofrecen una mirada más relajada de un mundo que, aunque en llamas, sigue dominado por el agua.