El actor, presentador y humorista Dani Rovira ha vivido unos años complicados desde que se extendiera la pandemia del coronavirus en 2020. El malagueño ha pasado por una depresión, distintos procesos de duelo y el diagnóstico de un linfoma de Hodgkin, un periodo que él mismo ha definido como “una legislatura en una entrevista para RTVE: “Cuando la vida te castiga con tres o cuatro hostias se te caen todas las máscaras”.
Rovira estrena este mes su nuevo monólogo, Vale la pena, en el Teatro La Latina de Madrid; contando a los espectadores su experiencia acudiendo a terapia para lidiar con sus problemas. “Me parece coherente contar lo que te pasa en la vida encima de un escenario. Y lo que no es vivencia, es observación, pero todo es real”, insistía. Sus palabras en un podcast reciente también han cobrado un nuevo sentido, gracias a su reflexión sobre las expectativas vitales.
“No puedo esperar nada de la vida y puede parecer como, ¡jo, tío! Pero es que esto… ¿Estás deprimido? Estás… No, no, no, no, no. Es que no espero nada de la vida. La vida me ha dado cosas maravillosas, de las cuales casi no esperaba ninguna. Los sueños que se me han cumplido, no es que se me hayan cumplido, han sido sueños que ni siquiera tenía en la cabeza, y me han llamado y he abierto y era ‘Oye, soy este sueño’”, exponía.
“Y digo, ‘Ah, pues mira, no te tenía pero, ¡qué guay!, pasa’. Llámese cine. Entonces, yo no espero nada de la vida, porque cada vez que he esperado algo, he desesperado. Además, hay un refrán que lo dice: ‘El que espera, desespera’”, confirmaba durante su conversación. Desde su punto de vista, es necesario adentrarse en lo desconocido y encajar lo que nos pueda llegar, aunque no sea exactamente lo que esperamos.

Dani Rovira, durante la presentación de 'Vale la pena' en Madrid
Esperar lo que venga
“Metafóricamente soy surfero. Hay que salir al agua todos los días, y aceptar la ola que te venga. Que, de repente, un día no te esperas nada y un martes, a las 10, anodino, que no viene nadie y te entras en el mar, y resulta que has vivido las olas más bonitas de tu vida… no las esperaba. No quiere decir que no las disfrute cuando llegan, pero yo no espero nada”, aseguraba. Unas sensaciones que espera trasladar a su nuevo monólogo, después de vivir enmascarado durante años.
“Lo que me ha costado es aprender quién cojones soy. En el espectáculo lo hablo: cómo esta sociedad está creada de manera que estamos obligados a ponernos máscaras y a interpretar personajes para ser aceptados y encajar. Pero desde niños: los roles con mamá, con papá, o en una familia desestructurada, las redes sociales. En mi caso, ser un personaje conocido. Con los años te vas creando un personaje sin saberlo, creando máscaras para encajar y que te quieran”, comentaba.