La esposa del príncipe Eduardo celebró ayer su 60.º aniversario convertida en un miembro de primera fila de la familia real británica tras las bajas de los últimos años entre los Windsor. Tras décadas de discreción y de ser los perfectos secundarios durante su etapa como condes de Wessex, la pareja ha escalado en la jerarquía hasta tener una importancia que no hubiesen imaginado tiempo atrás.
Tal como pudo verse en la coronación de Carlos III, los nuevos duques de Edimburgo tienen un papel muy relevante en el reinado de su hermano, pues son junto a los príncipes de Gales los únicos Windsor con menos de 70 años que cumplen compromisos oficiales.
Madre de dos hijos, lady Louise Windsor y James de Wessex, Sophie Rhys-Jones finalmente abandonó sus actividades al margen de la familia real como relaciones públicas y se convirtió en miembro de la realeza a tiempo completo.
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Entre sus obras filantrópicas bajo el paraguas de los Windsor se centra en organizaciones relacionadas con la integración de la discapacidad. Sofía de Edimburgo es descrita como la nuera favorita de Isabel II por su cercanía y poca altanería, y también se la denomina el “arma secreta” de la monarquía británica debido a su personalidad “con los pies en la tierra”.
Hoy celebra la cifra redonda con nueva foto oficial y junto a su familia de forma privada en su casa, Bagshot Park, y mañana volverá al trabajo visitando la organización benéfica Dogs for Autism y una escuela para niños con discapacidades físicas.