Con el Goya a Mejor actor en el bolsillo, el actor Eduard Fernández es sinónimo de éxito. Quizás por eso su testimonio tiene tanto valor. El actor catalán, de 60 años, ha hablado por primera vez públicamente de sus problemas de adicción sobre todo con el alcohol. Lo hizo la noche del domingo en el programa Lo de Évole en laSexta.
“Es una enfermedad, pero sigue estando muy estigmatizada”, dijo Eduard. “Lo más importante en la adicción es que llegue un día en el que te des cuenta que no puedes tu solo con eso y que necesitas ayuda y tienes que pedirla. Ese paso ya es muy importante. Y luego, poco a poco, que eso es lo que más cuesta, cojas conciencia de enfermedad. No es que seas un tarado o no tengas voluntad. Es algo químico. Un adicto suele consumir para no sufrir no para pasárselo bien”, se sinceró.
Durante su charla con Jordi Évole
Con total sinceridad, Fernández echó la vista atrás: “Yo recuerdo cuando empecé a beber chupitos a las 12 de la mañana... la adicción da mucha vergüenza porque notas que te estás pasando, que no te acuerdas de lo que hiciste ayer... Tardas tiempo en ver que tienes un problema. Sufres mogollón. Mi droga estrella era el alcohol. Lo mezclaba con coca, a épocas”.
Y llegó el momento en que tocó fondo. Fue su pareja, la actriz Ainhoa Aldanondo, a quien conoció en el 2017 durante el rodaje de La zona, quien le dijo que no podía continuar así. “Me lo dijo de una manera muy hermosa: 'Te quiero mucho, pero así no sé...'”. Eso le dio la fuerza para luchar: “Estuve tres meses ingresado en un centro de desintoxicación, un sitio maravilloso. La gente se asusta mucho. Pero si uno es adicto tiene que ir al médico y el tratamiento es el que es: la terapia”, explicó.
Eduard Fernandez recibe el Goya a Mejor actor de manos de su hija, el pasado sábado
Tras ponerse en manos de profesionales, el protagonista de las películas Marco y El 47 salió adelante y pudo enfrentarse a sentimientos que le aterraban como la ansiedad o la angustia sin necesidad de aliviarse con el alcohol. “Tienes que aprender a soportar. Había sensaciones que me costaba mucho aguantar. Una ansiedad, una angustia, una desazón, aquí no quiero estar, quiero desaparecer... Eso te lo podías quitar con un consumo. Ahora tienes que soporta la angustia. Es muy hermoso”, aseguró.
Asume Eduard que “uno es adicto para siempre”, por eso continúa con la terapia y alejándose por completo de cualquier tentación
Asume Eduard que “uno es adicto para siempre”, por eso continúa con la terapia y alejándose por completo de cualquier tentación. “Una de las peores formas de recaer es recaer sin ganas. No pases esa compuerta y no pasarás la siguiente”, puntualizó. Cuando va a una “cena importante”, no toma ni una gota de alcohol. “Ahora lo llevo con mucha naturalidad, pero al principio cuesta. Pareces el raro o el que tiene problemas por no beber. Y no es así”. Reconoce que al dejar por completo el consumo de alcohol ha “dejado de tener problemas”. “Vivo más plano. Y a esa cosa que podíamos encontrar aburrida, encontrarle la gracia de la vida”.
Cuando estuvo en ese infierno de la adicción, lo más duro para él fue contarle a su hija, la actriz Greta Fernández, que era adicto. “Me dijo que le había caído a los pies. Eso escuece”, relató. Pero ahora sabe que ella está muy orgulloso de él. “Admiro mucho a mi hija”, señaló el actor. “Lo más bonito de tener un hijo es ver cómo ha ido creciendo como un ser humano distinto a ti, con sus elecciones en el mundo y su manera de ganarse la vida”, afirmó.
Junto a su pareja, Ainhoa Aldanondo
Eduard también habló sin tapujos sobre otra enfermedad que ha sufrido en varias ocasiones: la depresión. Siendo adolescente cayó por primera vez en una: “Lo que más quería era dormir me costaba levantarme por la mañana”. Otro “momento muy bajo” fue su divorcio de la escritora Esmeralda Berbel, madre de su hija Greta. “Entré en una espiral que me llevó a medicarme y a consumir lo que no toca”.
“Llegó un momento en que, cuando estás mal y no te soportas, uno busca sus medicinas”, confesó. Eduard vivió esa ruptura como un fracaso. “Fue una separación muy dolorosa, lo pasé muy mal... Separarte de alguien con quien has tenido una hija... Es el fracaso de un proyecto. Se sufre”, aseguró. Actualmente, la expareja se lleva muy bien. “Tuvimos un amor muy profundo y lo seguimos teniendo”, afirmó con orgullo. El matrimonio duró 25 años y se divorciaron en el 2015.


