Álvaro Figueroa, conde de Romanones, hijo de la espía Aline Griffith y padre de Lulu Figueroa, ha fallecido a los 76 años. El aristócrata murió el pasado 21 de marzo, pero la noticia se supo este miércoles. Según lo previsto, el próximo 1 de abril se celebrará su funeral en una parroquia del barrio de Salamanca de Madrid, según informó LOC.
Álvaro Figueroa Griffith, cuarto conde de Romanones, ha fallecido por causas que no han trascendido, pero hace diez años, en el 2015 ya sufrió un ictus que le dejó paralizada la parte izquierda del cuerpo y poco a poco fue deteriorando su salud. En el funeral de su madre, la espía estadounidense Aline Griffith, en el 2017, se le vio en silla de ruedas.

Aline Griffith con sus tres hijos en 1964 en Madrid
Álvaro Figueroa se casó en 1973 con Lucila Domecq, hermana de Sandra Domecq, que fue la primera esposa de Bertín Osborne (70). De ese matrimonio nacieron sus cinco hijos: Cristina, Carla, Álvaro -actual conde de la Dehesa de Velayos-, Lucilia -conocida como Lulu- y Alonso. La más conocida de todos ellos es la influencer Lulu Figueroa, un personaje conocido en la crónica social.
Cuando se divorció de Lucila, el aristócrata se instaló en Madrid, en la vivienda de que su madre tenía en El Viso, donde solía organizar encuentros de la alta sociedad. Según informa ¡Hola!, el conde compró un terreno en la ciudad francesa de Lourdes y se instaló allí con una caravana donde pasaba largas temporadas. Al volver de uno de esos retiros fue cuando sufrió el ictus.

La artista Lulu Figueroa
Nació el 21 de febrero de 1949. Sus padres eran Luis de Figueroa, el anterior conde de Romanones, y la espía Aline Griffith, que se conocieron cuando ella fue destinada a España por la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Una de las últimas imágenes públicas de Álvaro se produjo en diciembre del 2017, en el último adiós de su madre. La condesa viuda de Romanones murió a los 94 años siendo una de las damas de la alta sociedad española más fascinantes. Aline Griffith era aristócrata por matrimonio, periodista de profesión, modelo, espía e imprescindible en todas las citas de la alta sociedad española, donde destacó por su personalidad y su gran carisma.