Una imagen difundida por un periódico local de Siracusa, en Italia, ha revelado el destino para las vacaciones de Semana Santa de los príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega. Ortigia, una pequeña isla en la costa este de Sicilia pegada a la ciudad de Siracusa ha sido el destino elegido por los herederos al trono noruego tras anunciar la casa real que la pareja no se uniría la resto de la familia en el tradicional viaje a su finca privada en el tranquilo valle de Sikkil, o Sikkilsdalen, situado al este del Parque Nacional de Jotunheimen, donde los Glücksburg poseen una finca.
La única imagen publicada en la web de Siracusa News muestra al príncipe Haakon en la terraza de un café del centro histórico de Siracusa, ataviado con unas gafas de sol oscuras y un jersey oscuro. Según el medio, los estrechos callejones barrocos de Ortigia han sido el refugio de los príncipes durante un par de días esta Semana Santa. Mezclándose con los turistas, “sin alboroto, sin eventos oficiales. Se dejaron envolver por la auténtica atmósfera de la isla”, afirma también.

La princesa Ingrid Alejandra con sus padres Haakon y Mette-Marit, en una imagen de archivo.
Mette-Marit de Noruega anunció el pasado mes de marzo que la fibrosis pulmonar crónica que padece se ha agravado. “La princesa heredera tiene síntomas y dolencias diarias que afectan su capacidad para realizar su trabajo. Necesita descanso” y, pro ello, su futura agenda estará sujeta a cambios de última hora. Mette-Marit retomó su tratamiento para la enfermedad pulmonar crónica que padece en octubre del año pasado y reveló su diagnóstico de “variante inusual de fibrosis pulmonar” en el 2018.
Mientras siguen las investigaciones que pretenden esclarecer la criminalidad de Marius Borg, el hijo que Mette-Marit tuvo de soltera, en varios casos de violencia contra las mujeres, parece que esta vez los príncipes han elegido Italia para alejarse de cualquier polémica. Este año ha sido el primero que la familia real noruega ha invitado a Durek Verrett, el marido de la princesa Marta Luisa de Noruega, a pasar las vacaciones de Semana Santa en la finca de Sikkilsdalen.
No le esperan unos meses fáciles a Mette-Marit, pues tendrá que lidiar con su enfermedad y con el juicio a su hijo mientras algunos medios noruegos la critican por no pronunciarse sobre este mediático asunto de su hijo. En este sentido, ella misma opinó que está “de acuerdo con esa crítica” ante las preguntas de la prensa.