Cuando era lo más de los más en el mundo de la música y de las influencias, el artista y magnate Sean Combs tenía muchos amigos, y muy importantes, que se pavoneaban por ser invitados a sus legendarias y lascivas fiestas de blanco. Hoy, todos esos o bien se han evaporado o se ocultan, no sea que también les toque recibir.
No está el horno para bollos cuando, una vez seleccionado el jurado (ocho hombres y cuatro mujeres), la fiscal Emily Johnson abrió este lunes su alegato de acusación en el tribunal del bajo Manhattan con todo un bombazo.
La abogada defensora replica que hubo violencia doméstica, pero nada de tráfico sexual
Fue uno de esos golpes de efecto peliculeros para un caso tan cinematográfico. Según la fiscal, al enterarse Combs que su exnovia, la cantante Cassie (Casandra Ventura) tenía una relación con alguien, movilizó a uno de sus empleados en medio de la noche para que le ayudara a dar caza y matar a ese otro hombre.
“El acusado abusó físicamente durante años de Cassie. También la explotó sexualmente, forzándola a tener sexo con prostitutos mientras él miraba y grababa. Pero aquella noche perdió el control”, sostuvo la acusadora pública. “Cogió su pistola y a su guardaespaldas más fiel, empezando a gritar que iba a matar al hombre que estaba con Cassie”.
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De esta manera arrancó la fase de alegatos y testigos de una vista oral en la que el también conocido como Diddy , Puff Daddy o incluso Love , se juega a los 55 años una condena de cadena perpetua por delitos de tráfico sexual, conspiración para cometer extorsión y transporte para ejercer la prostitución, una lista en la que, al menos por ahora, no figura cargo por intento de asesinato como el que denunció la fiscal Johnson ante el jurado. “No lo pudo encontrar, pero si dio con Ventura”, matizó.
Cassie es la pieza clave de ese juicio. El ministerio público ya exhibió el vídeo sobre un incidente del 2016, desvelado por la CNN, en el que se observa como Combs pega y patea a Ventura de forma repetida en el pasillo de un hotel. Hay un momento que la arrastra agarrada por su cabellera.
Pero no es la única víctima sobre la que se monta la acusación. Entre un marasmo de denuncias, se han identificado otras tres, de las que dos está previsto que testifiquen bajo un pseudónimo y la tercera es duda. La fiscalía también tiene previsto mostrar fragmentos de las fiestas sexuales de Combs, aunque se impedirá que los vea el público. “A veces se llamaba asimismo el rey y es como quería que lo trataran”, insistió Johnson.
La abogada Teny Geragos replicó que Combs cometió violencia doméstica, pero no tráfico sexual, argumentó. “No está acusado de ser desagradable, ni de ser un idiota, sino de tener una empresa criminal que se demostrará que es algo inexistente”, reiteró.
Combs siempre se ha declarado inocente. “Este caso es sobre amor, celos, infidelidad y dinero, en unas relaciones entre adultos consensuales”, añadió la letrada Geragos.
