Daniel Grao (Sabadell, 1976) está consiguiendo conquistar el lugar que merece en su profesión con una única herramienta: el talento. Papel que interpreta, papel que convence. Y es muy bueno en una categoría que diríase hecha a medida: el malo con quien empatizas sin querer, como en Mano de hierro, Gigantes o Sin identidad, y el bueno aparente con su lado turbio, como en Hit, Ángela o La huella del mal. Acaba de estrenar El cuento del lobo, dirigida por Norberto López Amado y con Lucía Jiménez, María Romanillos y Paco Tous. Una película en la que nadie es quien parece y todos esconden secretos inconfesables.
Se habla de la mentira, de qué nos lleva a ocultar información incluso a la persona más allegada

En cines, desde el 16 de mayo.
Javier (Daniel) es profesor; Olga (Lucía), periodista y escritora y Lucía (María), la joven que les limpia la casa. Suena un móvil y resulta ser el de la chica, que lo dejó olvidado en un descuido. Olga atiende la llamada y lo que escucha es una amenaza. Y aquí empieza el efecto mariposa: el simple hecho de responder al teléfono desencadenará una serie de acontecimientos que conducirán a un final tan impactante como inesperado.
“Se habla de la mentira, de qué nos lleva a ocultar información incluso a la persona más allegada, y muestra al espectador cómo solemos creer que si alguien ha hecho A y B seguramente también es quien ha hecho C. Que si el río suena es que agua lleva cuando la vida es más compleja, tenemos muchas más capas”, explica Grao. De hecho, esa concatenación comienza a causar grietas en su relación con discusiones cada vez más ásperas. “En la vida uno vive a veces esas discusiones tóxicas en las que dices o te dicen cosas terribles. En esos momentos estamos tan poseídos por la sombra y el ego que hieres incluso a la gente que quieres”.
En la vida uno vive a veces discusiones tóxicas en las que dices o te dicen cosas terribles; hieres incluso a la gente que más quieres

Lucía Jiménez es Olga, Paco Tous es el padre de Lucía y Daniel encarna a Javier.

Lucía (María Romanillos) atraviesa una situación personal muy difícil.
Pudo estar en ‘La casa de papel’
Ahora, a la conquista de América
Grao pudo haber interpretado a uno de los principales personajes en La casa de papel pero venía de encandenar seis películas en tres años más la serie La catedral del mar, también en Antena 3, y vio pasar ese autobús. Apostaron por actores no tan conocidos. Esa fue la razón, según hemos sabido después. No obstante, ya hemos visto que las cosas le siguieron yendo mejor que bien: acaba de estrenar la coproducción Los 39, sobre los marineros que Colón abandonó en la isla La Española y tiene pendientes de estreno La coleccionista y Coolie, sobre la población china usada como mano de obra esclava en la Cuba de 1800 y su primera producción en inglés.
Acudiendo al título del filme preguntamos al actor cuándo se ha visto en situación de que no crean su testimonio: “Me ha ocurrido que tengo una primera entrada como de chico al que no le han ocurrido grandes cosas. Doy imagen de que todo me ha ido bien; hasta que intimo y cuento ciertos pasajes de mi adolescencia, situaciones incómodas o dolorosas. Es entonces cuando me han dicho “Pues no lo pareces para nada, das imagen de alguien que siempre ha estado bien, que no le pasado nada, que todo ha sido fácil. ¿De verdad tú has vivido eso? ¿Tú has tenido que ir a ver a tu padre preso?”.
Lo cuenta para romper prejuicios
De joven acudía a ver a su padre en prisión y se pagó los estudios de interpretación trabajando como estríper
En efecto, un muy joven Daniel acudía a ver a su padre a prisión durante un tiempo. Las cosas, afortunadamente mejoraron, y él encontró en la interpretación su camino en la vida. Pero siguieron pasándole cosas que no tiene reparo en contar, precisamente, para romper prejuicios. Una de ellas fue trabajar como estríper: “Lo hice para pagarme las clases de interpretación y por una cuestión ‘si me sale mal no quiero que me lean la cartilla’, eso de ‘¿lo ves como tienes que haber estudiado algo seguro?’. Antes se decía eso. Así que lo hice por mi cuenta para no tener que dar explicaciones a nadie. No obstante, siempre tuve ayuda de la familia; no me lo pusieron difícil en ese sentido”.
Dos papeles con éxito
Sus hijos han intervenido en dos de sus trabajos, la serie ‘Hit’ y ‘La gran obra’, ganadora del Goya a Mejor Cortometraje
En la madurez, su familia la componen su pareja, Florencia Fernández, y sus dos hijos. “La mayor lección de humildad y de tener los pies en el suelo te la dan tus hijos. Porque no está para tonterías, ahí está la realidad del día a día”, explica con una sonrisa. Ambos han intervenido alguna vez en los trabajos de su padre: “En Hit hay una ensoñación de cuando mi persona es un niño que hizo mi hijo mayor y en el corto que ganó el Goya este año, La gran obra, intervino el menor en un par de secuencias. Los dos, encantados, pero no quieren ser actores. Simplemente, les hizo gracia”.