Hay algunos trabajos –no muchos– que son auténticos chollos. En lo alto de la lista podría figurar el de acompañar al rey Carlos III en sus viajes por el mundo, en primera, a pan y cuchillo y con todos los gastos pagados, con la única obligación de hacer al final una serie de obras de arte, de temática y estilo libre y sin ningún tipo de corsés, inspiradas de alguna manera por el periplo y que reflejen el país en cuestión.
El monarca británico empezó a sufragar la iniciativa (aclara que de su propio bolsillo para evitar suspicacias) hace ahora cuarenta años, y para conmemorarlo el Palacio de Buckingham ha organizado una exposición con setenta y dos obras de cuarenta y tres artistas, entre ellas cuadros y grabados, retratos suyos y de Camila, y como guiño a la modernidad una imagen generada en iPad.

Carlos cuando era príncipe de Gales, en el 2007

Pintura de Camila, cuando era duquesa de Cornualles
El presidente francés y su esposa Brigitte, en el marco de la visita de Estado al Reino Unido, han visto en primicia una exposición que se inauguró ayer y continuará hasta el 10 de septiembre, y que se puede apreciar en el marco de la tradicional apertura al público en los meses de verano de los jardines y algunas de las salas del Palacio de Buckingam (actualmente objeto de renovación).
Desde 1985, primero como príncipe y más tarde como monarca, Carlos III ha visitado 95 países, desde Argentina hasta Bhután y desde Nepal hasta Italia, escogiendo siempre un artista que le acompañara. Si Julio Verne escribió su Vuelta al mundo en 80 días , este proyecto podría llamarse La vuelta al mundo con el rey inglés en cuatro décadas y con más de setenta artistas .

Carlos y Camilaen la isla Seymour Norte en el 2009
Carlos ha comprado al menos una obra de los artistas invitados a sus viajes, que son el núcleo de la exposición, cuya propina es una acuarela realizada por él mismo (gran aficionado al arte), y que replica sin desentonar en absoluto una similar que pintó John Ward a bordo del yate real Britannia en 1985. Se pueden apreciar dos pares de retratos suyo y de la reina. Uno de ellos forma parte de la decoración habitual del Palacio y está firmado por James Hart Dyke tras un recorrido de los emiratos del Golfo en el 2007, y el otro lo realizó Peter Kuhfeld con motivo de la coronación en el 2023.
Desde hace 40 años Carlos ha pagado a artistas para que le acompañasen en sus periplos por el planeta
La exposición es una manera de conocer mejor los gustos artísticos y lugares favoritos de Carlos, como un cuadro que muestra a la pareja real caminando con su séquito por los campos de una granja californiana, obra del norteamericano Luke Allsbrook, una colorida imagen del monasterio de Taktsang en Bután ( El nido del tigre , que requirió que Carlos y Camila subieran a pie medio kilómetro), un grabado de Claudette Johnson que fue fruto de un viaje oficial a Ruanda, una ceremonia del té en Japón vista a través del pincel de Peter Kuhfeld con ocasión de la subida al trono del emperador Akihito, o una escultura en terracota de Marcus Cornish tras una gira por Eslovaquia.

Uno de los espacios de la exposición en el palacio de Buckingham
Por el precio de la entrada, además de la exposición titulada Los artistas de los viajes del rey, el público puede visitar algunas de las estancias más nobles del Palacio de Buckingham, como el Ballroom y la Sala del Trono, donde están los retratos de la coronación, expuestos entre los de otros monarcas británicos a lo largo de los siglos como la reina Victoria, el rey Jorge III o el príncipe Alberto. También da acceso a parte de los jardines normalmente considerada privada, como la rosaleda, el invernadero y las pistas de tenis.
Entre los óleos y acuarelas destaca una imagen en titulada Basílica de San Vital (está en Rávena), realizada durante la gira real del pasado marzo a Italia, obra de Fraser Scarfe, y que “cierra el círculo con el uso de nuevas tecnologías como superficie artística”, en palabras de Kate Herad, la comisaria de una exposición que espera atraer a cerca de un millón de visitantes (el año pasado más de 600.000 pagaron la entrada).

Una de las pinturas que el Peter Kuhfeld realizó en Japón para la entronización del en emperador Akihito
Que nobles, comerciantes y monarcas financiaran a pintores es una tradición de siglos, sin la cual magníficas obras de arte no existirían. Acompañar a grupos musicales en sus giras es también una práctica establecida. Carlos III ha combinado ambas al pagar a artistas para que le sigan por el mundo y reflejen otras culturas y paisajes. Un auténtico chollo.