Durante años 6 en Madrid, Andreu Buenafuente (Reus, 1965) probó la efervescencia de una ciudad que nunca se detiene, pero en el 2022 decidió volver a Barcelona, la ciudad que lo consolidó como gran cómic y presentador.
Con 60 años recién hechos, el presentador vive un momento personal y profesional plenamente consolidado: pareja con Sílvia Abril, una hija de 12 años, y éxitos radiofónicos como Nadie sabe nada junto a su inseparable Berto Romero, o televisivos como Futuro imperfecto en TVE. “Soy de mi programa”, dice sin necesidad de etiquetas fijas
Durante una entrevista reciente con Albert Om en el diari Ara, Buenafuente repasa con humor y sinceridad sus reflexiones actuales, desde la importancia de volver a Catalunya hasta su compromiso artístico y vital. Sin perder la esencia de cómico, comparte recuerdos y pensamientos con el tono próximo y humano que siempre lo ha caracterizado
Barcelona, como un primer amor
Después de seis años viviendo en Madrid, Andreu confiesa que volver en 2022 fue casi como redescubrir Barcelona. “Sentía un reencuentro amoroso con la ciudad”, explica. “Los primeros meses los vivía con mucha emoción. Volver a reconocer el paisaje, aquella cafetería que me gusta... A veces, por cansancio o desgaste, menospreciamos el lugar donde vivimos.” Su relación con Barcelona tiene un largo recorrido, desde que, con 25 años, llegó en 1992, en plena resaca de los Juegos Olímpicos.
Andreu admite que nunca se ha acabado de sentir plenamente a gusto en la capital. “Madrid es una ciudad eléctrica, caótica, para ir joven”, explica. Él llegó con 50 años, en un momento vital diferente, con un programa diario que exigía mucha energía. “No me he adaptado nunca del todo”, asegura.

Andreu Buenafuente en su programa 'Late Motiv', producido en Madrid
El método de Clint Eastwood para combatir la vejez
Con 60 años recién hechos, Buenafuente reflexiona a menudo sobre el paso del tiempo con un equilibrio entre autocrítica y sentido del humor. Recuerda el consejo que le dio a Berto Romero: Tienes que hacer como Clint Eastwood: no tienes que dejar entrar al viejo.” Para él, este viejo no es solo el cansancio físico, sino también una mentalidad conservadora que, según dice, a menudo se apodera de las personas mayores: “Hay gente que se hace mayor y se vuelve un poco facha. ‘Vienen de fuera, nos quitan el trabajo, Barcelona ya no es el que era.’ Eso también es un viejo que entra.”

Andreu Buenafuente y Silvia Abril en una imagen compartida en redes sociales.
Al margen de la edad o la profesión, Buenafuente deja claro que el centro de gravedad de su vida ya no es el trabajo, sino su hija Joana, de 12 años. “Lo más importante para mí es estar con mi hija. No pensaba que lo diría nunca”, confiesa. Le haría ilusión que se dedicara al arte, pero con total libertad: “A mí me gustaría que lo fuera, pero evidentemente tiene que hacer lo que quiera”, asegura.