No ha sido una primera mitad de año fácil para Anabel Pantoja. A comienzos de 2025, la preocupación marcó su día a día con el ingreso hospitalario de su hija Alma, nacida apenas unas semanas antes. Aquel episodio, que se transformó en una investigación legal que aún no se ha resuelto por completo, colocó a la sevillana en el centro del foco mediático. Desde entonces, las cosas no han sido sencillas. Sin embargo, este 15 de julio, ha llegado el momento de celebrar la vida. Y lo ha hecho en el que ha llamado su “restaurante favorito de la isla”, de la mano de su pareja y padre de su hija, David Rodríguez.
El lugar escogido no fue casual. En plena costa de Maspalomas, frente a la brisa del Atlántico, la pareja disfrutó de una cena íntima con sabor a nueva etapa. El restaurante El Senador, con su carta de productos frescos y su ambiente casi cinematográfico, fue el escenario perfecto para festejar sus 39 años. Y entre copas de vino y marisco del bueno, la sobrina de Isabel Pantoja compartió con sus seguidores un instante de calma y complicidad.
“El papi me ha invitado”
Una cena frente al mar para saborear el presente con quien ha estado en los momentos duros
Pocas palabras hacen falta cuando la felicidad se cuela entre plato y plato. “Por eso el papi me ha invitado”, expuso la exconcursante de Supervivientes en sus redes, junto a una imagen en la que mostraba una bandeja con gambas rojas “de Menorca”, aunque las confundiera con las de Palamós. La espontaneidad fue también parte del menú. “No la he probado, pero la pinta y por cómo huele...”, declaró antes de confirmar lo evidente: estaban deliciosas.
Anabel en el restaurante El Senador.
Porque El Senador no es solo un restaurante, es una experiencia. Con precios que rondan los 50 a 80 euros por persona, y platos que combinan el mejor producto local con técnicas de cocina internacional, el sitio ha conquistado a turistas y residentes. David lo sabía bien. Por eso quiso sorprender a su pareja con una reserva en primera línea, justo en la víspera del cumpleaños. No hubo fuegos artificiales ni grandes discursos, pero sí hubo algo más importante: intimidad, mar y ganas de seguir adelante.
Una fecha muy especial
Tras meses de incertidumbre, la pareja se refugia en lo cotidiano para recuperar la normalidad
Desde que nació Alma, la rutina de la pareja ha girado en torno a la maternidad. La sombra del proceso judicial por el ingreso de la pequeña continúa, pero ellos prefieren centrarse en lo esencial. En ser felices, que va de la mano en muchas ocasiones con el buen comer. Y por eso este enclave. “Uno de mis restaurantes favoritos de la isla”, refirió también ella en redes, dejando claro que, a pesar de todo, el amor no solo no se ha roto –a pesar de los rumores que meses atrás así lo ponían sobre la mesa–, sino que ha encontrado nuevas formas de manifestarse.
Los platos que la pareja degustó durante la cena.
Y lo ha hecho en los pequeños detalles. Una cena, una bandeja de marisco, una mesa para dos con vistas al mar. La creadora de contenido, que hace unas semanas acudía al pódcast de su amiga Susana Molina para hablar, por fin, desde la calma, ha querido pasar página. Este cumpleaños no solo ha sido el primero como madre, sino también el primero tras uno de los momentos más difíciles de su vida. Quizás por eso esta celebración ha sabido diferente. Sin excesos ni posados impostados, pero cargada de intención.
