A Carmen Lomana no le tiembla la voz a la hora de hablar de su vida personal, y lo ha vuelto a demostrar con una anécdota que mezcla naturalidad, humor y un punto de sorpresa. A sus 76 años, la empresaria y colaboradora televisiva ha compartido, entre risas, un encuentro íntimo con un hombre bastante más joven que ella: 42 años, para ser exactos.
Durante una charla relajada en la que el tono era claramente distendido, Lomana explicó que todo empezó de forma inesperada. Al principio, “a lo tonto”, como ella misma dijo, hasta que la situación fue tomando forma. En un momento dado, él comenzó a quitarse la ropa y ella, lejos de seguirle el ritmo, reconoció que se sintió “asustada”. El motivo, según relató, no fue otro que el imponente físico del joven: “como un armario de tres cuerpos”, con unos músculos que la dejaron sin saber muy bien cómo actuar.
No faltó el sentido del humor en su relato, cuando admitió que, ante tal despliegue de energía y cuerpo, optó por quedarse “haciéndose la buenecita”, un gesto con el que, entre bromas, dejaba entrever que prefirió mantener cierta distancia - al menos durante los primeros minutos -.
Antes de dramatizar la diferencia de edad o disfrazar la situación con eufemismos, Lomana abordó la anécdota de forma espontánea. También dejó claro que, aunque la primera reacción fue de asombro, la historia no se quedó en una sola noche. De hecho, reconoció con total naturalidad que hubo más encuentros con aquel “armario”.
Era como un armario de tres cuerpos y me quedé 'haciéndome la buenecita'
Lo que más llama la atención, más allá del detalle anecdótico, es la manera en la que Carmen Lomana se expresa sin victimismos, sin excesos y con una sinceridad poco habitual en el mundo público. Su discurso lanza, en el fondo, un mensaje claro: las mujeres, también a los 70, pueden vivir su sexualidad con libertad y sentido del humor, sin necesidad de justificar nada.