La princesa Catalina de Gales ha sorprendido este domingo con un aspecto renovado durante su asistencia al servicio religioso en Crathie Kirk, la iglesia cercana al castillo de Balmoral donde la familia real británica acude cada verano. En Escocia es donde Guillermo y Kate pasan los últimos días de agosto. Este domingo, Middleton ha sido fotografiada con un tono de cabello más claro de lo habitual, que ha resaltado bajo la luz del día mientras viajaba el asiento del copiloto.
Al volante iba el príncipe Guillermo, que condujo hasta la iglesia luciendo traje y corbata, y en el asiento trasero viajaban los tres hijos de la pareja: el príncipe Jorge, de 12 años; la princesa Carlota, de 10; y el príncipe Luis, de 7.
Kate Middleton completó su look con un sombrero negro adornado con un lazo estructurado, una chaqueta de tejido texturizado y una blusa en tono burdeos, un conjunto elegante que atrajo la atención de los fotógrafos.
Además de los príncipes de Gales y sus hijos, también asistieron el rey Carlos III y la reina Camila, así como la princesa Ana, que recientemente cumplió 75 años. La cita se enmarca en las vacaciones estivales que la familia real británica comparte cada año en Escocia, una tradición en la que se combinan momentos privados con apariciones públicas en torno a la vida religiosa y social de la zona.

El castillo de Balmoral en una imagen de archivo.
Hace pocos días que se conoce que los príncipes de Gales afrontan además un cambio significativo en su vida. En las últimas semanas se ha confirmado que Guillermo y Catalina ultiman su mudanza a Forest Lodge, una residencia de ocho dormitorios situada en Windsor Great Park. La propiedad, sufragada con fondos propios de la pareja, se perfila como su hogar definitivo y supone un nuevo comienzo tras meses marcados por la enfermedad de la princesa. Con este traslado, los príncipes buscan mayor estabilidad para ellos y sus hijos, a la vez que mantienen la cercanía con Londres y las obligaciones oficiales.