Kristin Scott Thomas: “Lo que buscas en los cincuenta y sesenta es muy diferente de lo que buscas en los veinte”

Su lado personal

La actriz británica concede una entrevista a 'The Times Magazine' en la que habla de su reciente matrimonio y su imagen de mujer fría

Kristin Scott Thomas attends the 76th Primetime Emmy Awards in Los Angeles, California, U.S., September 15, 2024. REUTERS/Mike Blake

Kristin Scott Thomas en los Emmy del 2024

Mike Blake / Reuters

La actriz británica Kristin Scott Thomas vive un momento de plenitud personal y profesional a los 65 años. En su vida privada, muy privada, disfruta de su reciente matrimonio con John Micklethwait, editor en jefe de Bloomberg News. En su carrera, ha conquistado a la audiencia con su papel de implacable jefa del MI5 en la serie Slow Horses.

De todo ello, ha hablado en una extensa entrevista para The Times Magazine. Lo primero que ha abordado es su fama de mujer fría. “Entiendo por qué la gente me tiene miedo”, asume con naturalidad. “Es la frialdad. Me preocupa que eso se traslade a la vida real”, confiesa. “Es muy decepcionante. Porque no soy así”, exclama. A lo largo de su carrera, la prensa la ha descrito como fría y reservada, una imagen alimentada por sus rasgos angulosos, su mirada profunda y seguramente los personajes que ha interpretado.

Pero sin duda, lo que más ha marcado el carácter de Scott Thomas han sido sus experiencias personales y las pérdidas que tuvo que sufrir muy joven. Su padre, piloto de la marina, falleció en un accidente cuando ella tenía 5 años. “He gastado mucho dinero y muchas horas lidiando con todo lo que implica una catástrofe infantil. Te marca para toda la vida”, confiesa. Años después murió también su padrastro. Probablemente, esas vivencias forjaron su independencia y la imagen de fortaleza que proyecta.

Kristin saltó a la fama en 1994 con la película Cuatro bodas y un funeral y a partir de ahí fue encadenando papeles en películas de éxito como El paciente inglés o El hombre que susurraba a los caballos. Treinta años después, la actriz interpreta el papel de Diana Taverner en la serie Slow Horses junto a Gary Oldman.

Esta interpretación ha supuesto un nuevo impulso a su carrera. Le ha permitido conectar con una audiencia más joven y adentrarse en la televisión, un medio que en el pasado había descartado por considerarlo monótono. La actriz admite que, al igual que su personaje, ha aprendido a controlar su temperamento. “Ahora está mucho mejor, pero antes me enfadaba por todo”, recuerda.

La dinámica entre Kristin Scott Thomas y Gary Oldman, uno de los alicientes.

Kristin Scott Thomas y Gary Oldman, en la serie 'Slow Horses'

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Con la quinta temporada recién estrenada y la sexta ya grabada, reconoce que el rodaje en el Reino Unido se ajusta a su estilo de vida actual: “Siempre he priorizado mi vida sobre mi carrera. He tenido el lujo de adaptar el trabajo a mis circunstancias”.

Después de dos décadas soltera, se casó el año pasado con John Micklethwait, editor en jefe de Bloomberg News, en una ceremonia íntima en Rutland. Sólo asistieron sus hijos y hermanos. “Recomendaría a cualquiera que piense en casarse que lo haga solo con los más cercanos. ¡Maravilloso!”, dice. 

Ralph Fiennes y Kristin Scott Thomas en la oscarizada 'El paciente inglés'

Ralph Fiennes y Kristin Scott Thomas en la oscarizada 'El paciente inglés'

Archivo/La Vanguardia

En el 2005 se divorció del médico francés François Olivennes, padre de sus tres hijos, Hannah, de 37 años, Joseph, de 34, y George, de 25. Respecto a la maternidad, asegura que fue su razón de ser durante años y que el final de esa etapa la dejó desorientada. “Siempre pensé que la crianza era la máxima creación. Cuando la naturaleza te lo quita, te sientes un poco perdida. Pero te acostumbras y encuentras otras salidas para tu creatividad”.

Aunque no es muy dada a hablar de su vida privada, incluso ha sido muy tajante al respecto cuando le han preguntado, en esta ocasión ha valorado su reciente matrimonio como “un triunfo de la experiencia sobre la esperanza”. En este sentido, destaca que las prioridades en la madurez son muy distintas a las de cuando uno es joven. “Lo que buscas en los cincuenta y sesenta es muy diferente de lo que buscas en los veinte”, reflexiona. 

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Defiende que la felicidad y la aventura no son patrimonio exclusivo de la juventud. En su opinión, la vida después de los cincuenta ha significado una etapa de mayor energía, valentía y autenticidad personal. “No tienes que agradar a todo el mundo. No tienes que estar atractiva. Simplemente puedes ser”, concluye.

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