Esta semana en París, Kendra Spears, exesposa del Aga Khan V, desfiló para Chanel y por todas aquellas mujeres que por circunstancias cambiaron de vida al casarse y una vez cerraron esa etapa, decidieron, sencillamente, volver a ser quienes eran. Tras años sumida en la discreción casi monástica que implica ser esposa de un líder religioso, desde que se casó con Rahim Aga Khan en el 2013, Spears, que se convirtió al islam y adoptó el nombre de Salwa en su boda como es tradición, no había vuelto a pisar una pasarela.
Dejó el que fue su entorno durante años y cambió los flashes por el perfil discreto y sobrio que le pedía ser la próxima Begum. Ahora vuelve al mundo de la moda no como la princesa que fue, sino como una modelo que recupera su identidad. Desfiló para Gucci, Christian Lacroix, Lanvin, Hermès, Valentino y muchas otras marcas años antes de su boda. Fue imagen de Prada, Code Fragrance de Armani y Pink Bouquet de Moschino, y modeló en campañas publicitarias para Calvin Klein, Etro, Diane von Fürstenberg, Peek & Cloppenburg y The Limited. Además de aparecer en las portadas de Vogue medio mundo.
Kendra Spears durante el desfile de Chanel.
Nacida en Seattle en 1988, irrumpió en el mundo de la moda a finales de los 2000, convertida rápidamente en musa de varias firmas internacionales. Alta y elegante, se ganó el apodo de “la nueva Cindy Crawford”, con quien compartía rasgos y agencia. Su carrera parecía imparable hasta que sorprendió con su boda con Rahim Aga Khan, entonces hijo mayor del actual Aga Khan IV, que ascendió tras la muerte de su padre el pasado febrero, tres años más tarde de su discreto divorcio de la modelo y madre de sus dos hijos, Irfan y Sinan Aga Khan.
La boda, celebrada el 31 de agosto de 2013 en el castillo de Bellerive, cerca del lago Lemán, en Suiza, reunió discreción, tradición y curiosidad mediática. En el 2015 nació su primer hijo, Irfan, y en el 2017 el segundo, Sinan. Igual que su vida de casada, el divorcio se fraguó en la intimidad. Ninguno ofreció declaraciones ni comunicados oficiales. Fue, como todo en su relación, un proceso manejado con una discreción ejemplar. El príncipe Rahim no había tenido un protagonismo social a diferencia de sus antecesores, llevando una vida discreta plenamente dedicada a la gestión de la fundación.
El look de Kendra Spears durante el desfile de Chanel.
Para Chanel, Kendra Spears visitó una falda beige con abertura, top rojo y chaqueta a cuadros, un look clásico reinterpretado con sutileza moderna. Todo un contraste inevitable con su vida anterior.

