Pocas veces se habrá vivido en Madrid tanta expectación por la presentación de un libro como con Mi verdadera historia (Espasa), las memorias de Isabel Preysler. Y eso aunque, como no podía ser de otra manera, antes del acto, celebrado este miércoles al mediodía en el hotel Ritz de Madrid, la revista ¡Hola! ya había adelantado algunos de los pasajes más suculentos de su biografía, los que tienen que ver con los celos de tres de los cuatro hombres con los que esta mujer nacida en Manila en 1950 ha compartido su vida.
Tres matrimonios –primero con el cantante Julio Iglesias, luego con el aristócrata Carlos Falcó y después con el economista y ministro socialista Miguel Boyer– y un noviazgo –con el escritor peruano Mario Vargas Llosa– que desfilan por su libro, ilustrado con numerosas fotografías familiares.
A sus 74 años, si Preysler recuerda un paraíso es el de su infancia en Filipinas, donde jugaba al aire libre con sus primos y, reconoce, fue una niña privilegiada. “Es la etapa menos conocida. Y tengo claro que la niñez es una parte fundamental de los adultos, de aquello en lo que nos convertimos”, ha recordado, para luego señalar que su adolescencia, como la de casi todos, ya fue una etapa “más difícil”.
Isabel Preysler junto a su hija Tamara Falcó durante la presentación de sus memorias
Tal vez por eso ha querido dedicar este libro especialmente a sus nietos, que sin ser conscientes de ello le regalan cada día ilusión y sonrisas. “Solo espero que cuando crezcan se sientan muy orgullosos de su Lala”, ha afirmado, para luego explicar que es así como la llaman, porque el mayor, Alejandro, pronunciaba solo la última sílaba de abuela . “Julio se quedó con Lolo, que en tagalo (la lengua mayoritaria en Filipinas) es abuelo, así que es perfecto. Lala y Lolo somos”, ha bromeado.
La celebrity desvela en su obra los celos que sentían Julio Iglesias, Miguel Boyer y Mario Vargas Llosa
La socialité ha subrayado en todo momento la importancia que para ella tiene su familia, y de ahí que su acompañante en la presentación haya sido su hija Tamara Falcó, con quien guarda un notable parecido físico y que ha hablado del lado reservado de su madre asociándolo a su “faceta asiática”. Esa manera de aparentar que “todo está bien” cuando hay mar de fondo.
“Por eso ha sido valiente al escribir su verdad y al tratar unos temas muy complicados con la elegancia que la caracteriza. He descubierto no solo a una madre sino a una mujer que habla de mujer a mujer. Gracias por este legado”, ha argumentado Falcó, a la que Preysler ha agradecido, asimismo, sus enseñanzas: “Tamara cree en el perdón y me ha hecho a mí creer en el perdón. Y vía Tamara he llegado a querer a Íñigo como un hijo más”, ha desvelado en alusión a la infidelidad de su yerno antes de casarse. Una confesión que ha arrancado los aplausos del público que desbordaba la sala, con muchos periodistas sentados en el suelo.
Isabel Preysler junto a su hija, Tamara Falcó
Al margen de los problemas que le causaron los celos de que acusa a todas sus parejas salvo al marqués de Griñón, el padre de Tamara –Julio Iglesias le montaba escenas y a Miguel Boyer lo envió al psiquiatra para que tratara su “ridícula obsesión” de creer que todo el mundo se enamoraba de ella–, las revelaciones sobre la última de sus grandes pasiones, la que sintió por Vargas Llosa, están llamadas a despertar polémica.
El libro incluye las cartas que el novelista peruano le escribía para desmentir, según ha argumentado Preysler, que la familia del Nobel se equivoca cuando asegura que no eran felices: “Estaba escribiendo el libro y él murió mientras lo terminaba. No hay nada que no pueda publicar, las cartas son mías. Solamente quería demostrar que lo que decía su entorno no era verdad. Por eso publiqué las cartas. El resto son correcciones de cosas falsas que se han dicho. Y no creo que pueda molestar a nadie”, ha alegado ante la posibilidad de que los hijos y la exmujer de Vargas Llosa presenten una denuncia, ya que la propiedad intelectual es del autor –no la física, la de las cartas en sí– y los textos no se pueden reproducir sin autorización de los herederos.
“Me he sentido tratada injustamente en muchos momentos”, lamenta Preysler
Siendo así, ¿por qué hablar de todo ello ahora? “Creo que se ha escrito mucho sobre mí y durante muchos años y he pensado que era el momento, porque ahora estoy llevando la vida tranquila y con serenidad que necesitaba para escribir el libro. Es el momento para escribir mi historia”, ha analizado Preysler.
Si por ella fuera, el título de la crónica de este capítulo de su vida no sería otro que ese mismo: “Isabel vive un momento de paz y tranquilidad”. A lo que su hija ha respondido: “Eso no vende, mami”, entre las risas del auditorio. “Pero eso es así, aunque es verdad que no vende”, ha zanjado Preysler ante la broma.
Isabel Preysler posa antes de presentar sus memorias
Está claro que Mi verdadera historia se venderá, y mucho, así que madre e hija no han querido desvelar nada más y han emplazado a su lectura: “Eso está en el libro, han sido dos años de trabajo”, alegaban ante las preguntas más morbosas. “¡Qué suerte haber vivido esas cuatro historias de amor!”, desviaba el tiro Preysler. “He tenido muchos amores. El amor de mi vida ha sido Miguel Boyer, ¿no?”, ha concedido en lo que, pese a ser conocida, ha sido su mayor confesión.
Con más de cincuenta años en las portadas de la prensa del corazón, Isabel Preysler no busca ajustar cuentas con nadie y asegura que lo que más admira de las personas es su bondad, pero sí lamenta el trato que ha recibido en ocasiones: “Me he sentido tratada injustamente en muchos momentos, por supuesto, pero al final he dado más importancia a lo bueno. Y lo que más me ha importado es lo que piensen mi familia y mis amigos, el resto no lo puedo controlar y tengo que pasar”, admite.
“Ha sido valiente al escribir su verdad y al tratar unos temas muy complicados”, asegura su hija Tamara
Por eso, a diferencia de lo que ha hecho con las cartas de Vargas Llosa, sí que ha compartido con sus hijos los fragmentos del libro en los que aparecen: “Les he contado y les he dejado leer su trocito, e incluso me han dicho esto no es así y lo he corregido”, ha explicado. “La fama tiene su lado bueno y su lado menos bueno. A mí me ha chocado siempre que me dijeran: ‘No pensaba que fueras así, me ha encantado conocerte'. Y ¿qué pensaban de mí?, pues los titulares, que son etiquetas que no reflejan la realidad, que es mucho más complicada y tiene matices, y este libro es eso, la realidad con matices, así es la historia de mi vida”.

