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Paris Jackson, hija de Michael Jackson, revela que el consumo de drogas le ha perforado el tabique nasal

Superación personal

La única hija del rey del pop muestra las consecuencias físicas de sus adicciones con el objetivo de advertir a los más jóvenes

Paris Jackson en la alfombra roja de los premios Grammy

EFE

La hija del rey del pop ha admitido a través de sus redes sociales que el consumo abusivo de la droga le ha dejado graves consecuencias físicas irreversibles.

Paris Jackson (27), hija mediana de los tres hijos del legendario cantante Michael Jackson, ha publicado un vídeo en sus redes sociales en el que explica a sus seguidores que debido al continuo consumo de sustancias estupefacientes, tiene el tabique perforado.

“Cuando respiro por la nariz tengo un silbido muy fuerte”, explicó la modelo, al tiempo que enseñaba con la linterna del móvil el orificio que luce en su nariz, consecuencia de sus adicciones . “No consuman drogas, niños”, comentó poco después de mostrar la imagen la hija del rey del pop.

Paris Jackson en su vídeo mostrando las consecuencias del abuso de sustancias

Tiktok/paris.jackson.oficial

La perforación de tabique se puede reconstruir con una cirugía, pero Jackson ha admitido no querer someterse a ésta, debido a la medicación que debería tomar después para su recuperación. Según ella misma ha explicado, lleva seis años sobria y no quiere arriesgar ahora su buen estado de salud con su proceso de rehabilitación.

Jackson lleva luchando con sus problemas de adicción desde que tenía 20 años. Hecho que le ha limitado mucho su vida profesional y personal. En enero de este año la modelo hablaba abiertamente de sus problemas con las sustancias. “Hola, soy PK (Paris Katherine) y soy alcohólica y adicta a la heroína. Hoy cumplo cinco años sin consumir drogas ni alcohol. Decir que estoy agradecida sería quedarse corto. La gratitud apenas lo describe. Gracias a estar sobria, puedo sonreír hoy”, confesaba en un vídeo de Instagram.

Paris Jackson en la alfombra roja de la gala amfAR Gala celebrada en Cannes

AFP

Su vida no se caracteriza por haber sido precisamente fácil. A los 11 años falleció su padre, dejándole una herida que llevo a la artista a sumergirse con el paso de los años en el mundo de las adicciones. En ocasiones previas, también ha confesado haber intentado suicidarse varias veces, hasta entrar en un centro de terapia que la ayudó con su recuperación. En 2017, confesó en la revista Rolling Stone, que muchos de sus tatuajes, en realidad cubren marcas de autolesiones y puntos de inyección de las drogas que ha consumido.

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Afortunadamente, a día de hoy, la artista confiesa ser “una persona completamente diferente” y a pesar de que no quiere confiarse, tiene claro que no quiere volver a tiempos pasados. Ahora enfoque su experiencia en advertir a los más jóvenes del peligro que supone el consumo de drogas.