La renuncia voluntaria de Carmen Tita Cervera a la nacionalidad suiza ha perdido automáticamente el respaldo legal a utilizar el apellido Thyssen-Bornemisza así como su desvinculación documental del título de baronesa, según ha publicado Vanitatis este miércoles.
En la práctica, podrá seguir siendo “la baronesa Thyssen” para la sociedad en general, pero en los papeles de curso legal eso dejará de existir.
Cervera ha presentado ante las autoridades suizas la solicitud de pérdida de ciudadanía, un trámite que ha implicado su cancelación inmediata del pasaporte y de todos los documentos emitidos bajo esa identidad.
Además, figuraba oficialmente con el apellido Thyssen-Bornemisza en el país alpino, adquirido tras su matrimonio con el barón Hans Heinrich en 1985. Al extinguirse el vínculo jurídico con ese país, el apellido deja automáticamente de tener validez legal, tal y como establece el artículo 30 del Código Civil Suizo.
La consecuencias no son menores, ya que el título de barón de Bornemisza procede del linaje húngaro que portaba ese apellido. Fue el padre del barón quien, tras casarse con Margarita Bornemisza, unió ambos apellidos. Por tanto, la parte Bornemisza del apellido es la que sostiene jurídicamente el título nobiliario. Al perder el apellido, la baronesa no solo se desprende del nombre que la hizo célebre, sino que se desvincula también del único vínculo legal con el título que ha llevado durante casi cuatro décadas.
Deja atrás el vínculo legal con el título que ha llevado durante casi cuatro décadas
Según Vanitatis, el abogado de la baronesa se limita a señalar que “no puede confirmar ni desmentir” la renuncia, ni tampoco precisar si Cervera ha obtenido otra nacionalidad recientemente.
Este no parece haber sido el único cambio de identidad documental de la baronesa en los últimos tiempos. Además según las mismas fuentes, se asegura que ha acudido al registro civil catalán para modificar su nombre en España y para llamarse Carmen Thyssen.


