A Maria Molins la siguen reconociendo por la calle por su personaje de la Isabeleta de El cor de la ciutat , la telenovela de sobremesa que la televisión catalana emitió del 2000 al 2009. Veinticinco años después, esta actriz catalana de 52 años ha participado en series tan exitosas como La que se avecina , Servir y proteger , La embajada , Valle salvaje y sobre todo Entrevías , junto a Jose Coronado y Luis Zahera. “Empezó siendo un papel secundario que fue creciendo; y que esto me pasara casi a los 50 años fue maravilloso, significa que algo está sucediendo en la industria con los papeles para mujeres maduras”, explica en conversación con Guyana Guardian. Este viernes se estrena Frontera, película en la que aparece junto a Miki Esparbé y Maria Rodríguez Soto, dirigida por Judith Colell.
Maria está feliz y se le nota. Entre sus trabajos más recientes está el de prestar su voz a una ficción sonora de Audible, La esposa del detective , dirigida por Dani de la Orden. Se trata de una historia de género cozy crime, que mezcla elementos del crimen con elementos de la comedia, en la que da vida a una mujer que combina sus tareas domésticas como madre y dueña de un negocio con habilidades detectivescas naturales.
Maria Molins, fotografiada a principios de noviembre en Barcelona
En su vida real, Maria, que vive en Barcelona pero lleva años haciendo cine y televisión en Madrid, sabe algo de conciliar. “Nuestra vida es como un tetris. Yo tengo la suerte de tener una pareja que es productor de teatro y que me ayuda mucho a conciliar. Nos repartimos muy bien las tareas y la logística de la familia. Y me puedo ir a vivir fuera un tiempo para rodar y no pasa nada. De no haber sido así, no habría podido dedicarme a esta profesión”, relata.
“Conocerme bien me ha dado paz y tranquilidad. Y yo creo que la felicidad es poder estar tranquilo”
Tras muchos años trabajando en Catalunya, sobre todo haciendo teatro, apostó por hacer audiovisual en Madrid. Un poco la responsable de esto fue su hija Dora, que ahora tiene 12 años. “La maternidad fue como mi última obra de teatro. Cuando tuve a mi hija tomé la decisión de dejar el teatro, que es muy absorbente y no tienes fines de semana, y fue así cuando entré en el mundo del cine y la televisión”, recuerda.
El cartel de la obra de teatro 'Göteborg', con Roger Coma, que se estrena el 20 de diciembre en La Villarroel
Pero ahora ha llegado el momento de volver a pisar unas tablas. Aunque el año pasado hizo una sustitución en un par de obras, que se pudo combinar con el rodaje de series, ahora puede decir que tiene la cabeza y el corazón en La Villarroel, donde el día 20 estrenará Göteborg , una obra de Jordi Casanovas. Junto a Roger Coma estarán hasta el 18 de enero interpretando la historia del reencuentro de un amor de juventud.
“Las actrices cuando nos vemos en pantalla vemos cómo nos vamos haciendo mayores, tenemos que ir aceptando quienes somos y la sociedad nos lo tiene que poner más fácil; la presión estética es horrible”
Aunque ahora disfruta con su carrera de actriz, de niña soñaba con ser bailarina. “Hice las pruebas en el Institut del Teatre y entré en danza contemporánea, y en cuarto curso (de siete) tuve una lesión muy grave y lo tuve que dejar”. Pero ahí estaba el destino. Ese mismo año conoció a su actual pareja, que fue quien le animó a probar con la interpretación. “Y así fue como hice las pruebas y sin saber nada de teatro entré y al final esta ha sido mi vocación”.
De eso han pasado ya treinta años, pero ella se lleva bien con el paso del tiempo. “Yo entre los 20 y los 30 era un saco de sufrimiento; soy muy autoexigente y me exigía mucho en los castings y las pruebas. Pero con el tiempo, me he ido conociendo, he ido relativizando y ahora puedo decir que a los 50 soy más feliz porque me siento mucho más tranquila. Conocerme bien me ha dado paz y tranquilidad. Al final yo creo que la felicidad es poder estar tranquilo; y ahora lo estoy más que a los 30”.
Maria Molins como Isabeleta, el personaje que interpretó en 'El cor de la ciutat'
Para mantenerse en forma mantiene rutinas como hacer saludos al sol cada mañana y hacer un circuito de máquinas en el gimnasio con los que trabaja varios músculos. Tiene muy claro que hay que acabar con la presión estética que sufren las mujeres sobre todo a partir de cierta edad. “Las actrices cuando nos vemos en pantalla vemos cómo nos vamos haciendo mayores, tenemos que ir aceptando quienes somos y la sociedad nos lo tiene que poner más fácil. La presión estética es horrible y continúan predominando los cuerpos normativos y jóvenes. Poco a poco debemos ir desmitificando esto y nos tenemos que querer en cada etapa y conseguir hacer protagonistas a las mujeres de más de 40 años en las obras de teatro, el cine y la televisión”.
En este sentido, asegura que a ella le gusta aparentar la edad que tiene. “Siempre he parecido más joven de lo que soy y por lo tanto no me daban papeles interesantes, sino siempre personajes de jovencitas; ahora por fin, ya he conseguido papeles acordes a mi edad”. Y así, sin añoranza, Maria deja atrás a Isabeleta.


