Wolfgang Porsche, de 82 años, y la princesa Gabriele zu Leiningen, de 62, contrajeron matrimonio en una ceremonia privada celebrada en Salzburgo el domingo. La noticia ha sido confirmada a la agencia de noticias DPA por su abogado, Christian Schertz, quien pidió respeto para la intimidad de la pareja en este feliz momento. El enlace, organizado de manera discreta y sin grandes fastos, sorprendió por la relevancia social de ambos y por la privacidad con la que se han llevado los preparativos.
Para Wolfgang Porsche, heredero y figura clave del conglomerado automovilístico alemán-austríaco, este es su cuarto matrimonio. A pesar de su edad, el empresario sigue manteniendo un papel destacado como presidente del consejo de supervisión de Porsche, combinando su responsabilidad corporativa con una inquieta vida personal. En el 2023 se divorció de Claudia Hübner, un proceso que generó atención mediática por alegar él que deterioro psicológico que atravesaba ella, un tipo de demencia, fue la causa del divorcio.
Por su parte, Gabriele zu Leiningen procede de un entorno aristocrático y doblemente real por matrimonio. Hija de Renate Thyssen-Henne, ha estado vinculada a grandes familias europeas y en 1991 se casó con el príncipe Karl-Emich de Leiningen, con quien tuvo una hija. Pero generó más atención internacional su boda en 1998 con Karim Aga Khan IV, líder espiritual de los ismaelitas, por el que recibió el título de Begum y el nombre de Inaara Aga Khan durante ese matrimonio.
Tras su separación en en el 2004, que desembocó en una batalla legal que terminó en el 2011 con un acuerdo millonario, ella retomó el apellido Leiningen y continuó involucrada en proyectos humanitarios y culturales en la esfera internacional de la filantropía y la diplomacia social.
La relación entre Porsche y Gabriele no surgió de manera repentina. Se conocían desde hacía más de dos décadas y mantenían una amistad estable. Tras la separación del empresario en el 2023, esa cercanía se transformó gradualmente en una relación sentimental. En los últimos años se les vio juntos en algunos actos público, alimentando rumores sobre una unión que finalmente se ha hecho pública con esta boda.
La elección de una ceremonia íntima responde al deseo de ambos de preservar un espacio de privacidad en un contexto donde su pasado y sus conexiones los sitúan de forma natural en el foco mediático. A pesar de la discreción de la ceremonia, la noticia ha despertado interés por la diferencia de edad, los antecedentes matrimoniales de ambos y la relevancia social de la pareja.


