Adalid de las letras gallegas, heroína para su pueblo y su cultura, Rosalía de Castro, es una figura clave de la literatura del siglo XIX.
Hija natural de un sacerdote y una hidalga venida a menos, fue criada por una sirvienta hasta los ocho años edad en la que su madre pudo hacerse cargo de ella.
La pequeña, curiosa y despierta, recibió una esmerada educación y en 1856 se trasladó a Madrid invitada por su familia, decidida a mantenerse por si misma, con claros intereses literarios, culturales y políticos.

Barata Feyo, Monumento Rosalia de Castro, Porto
Escribió sus primeros poemas en castellano, y en 1856 publicó un texto, La flor, que elogia el escritor e historiador Manuel Murguía en el diario Iberia. Con él contrae matrimonio a los 21 años.
Matrimonio compenetrado, tienen siete hijos. Pese a las dificultades económicas, Rosalía no deja de escribir, poesía, y prosa, obras aparentemente costumbristas, pero con un importante trasfondo social y feminista.
Así en sus dos obras célebres publicadas en gallego, Cantares gallegos y Follas novas, la última en esta lengua, defiende los derechos de los trabajadores y la justicia social y denuncia la cultura machista y patriarcal que rige en los pueblos.

En 1979 Rosalía de Castro fue la protagonista del billete de 500 pesetas sustituyendo a Isabel la Católica (1927)
Convertida en un icono cultural, nuestra gallega más universal, mantiene su palabra: “morir pero en Galicia” falleciendo en su casa de Padrón el 15 de julio de 1885. Contaba solo 48 años.