Winston Churchill declaró en una ocasión que encontrarse con Franklin D. Roosevelt “era como abrir tu primera botella de champán”. En cambio, “resulta difícil que alguien pudiera decir eso de Franco”, explica Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza, en Franco (Crítica), la nueva biografía publicada sobre el hombre que gobernó España con puño de acero durante cuarenta años.
Si se trata de empezar por el principio, Franco pertenecía a una familia de clase media-baja vinculada desde hacía un siglo a la intendencia de la base naval de El Ferrol. Por ser esmirriado e introvertido, en sus inicios militares le apodaron Cerillita y Franquito. Tampoco fue un estudiante brillante, pues en su promoción ocupó el puesto 251 de entre 312 cadetes. Su padre, Nicolás Franco Salgado-Araujo tenía fama de ser un librepensador, pero también de bebedor, jugador y mujeriego. Su madre, en cambio, María del Pilar Bahamonde y Pardo de Andrade, era piadosa. Tuvieron cinco hijos, aunque Nicolás abandonó el hogar en 1907 para irse a vivir con su amante a Madrid.
La biografía que firma Casanova permite visualizar a Franco con la camisa azul de la Falange y la boina roja de los carlistas a punto de emprender la “segunda reconquista”. Pero, sobre todo, contribuye a juntar, como si se tratara de cristales rotos, los cabos sueltos de uno de los periodos más oscuros de la historia de España.
Después de tantos años estudiando a Franco, ¿cómo resumiría su figura?
Franco fue un militar que se formó en África y dio un golpe de Estado en compañía de algunos amigos suyos que le ayudaron a ganar la guerra. Pero lo más sorprendente (aunque no para los historiadores…) fue, sin duda, que permaneciera en el poder tanto tiempo. Si África fue su universidad, su tesis doctoral fue la guerra civil española. Ahí se doctoró.

Francisco Franco como jefe de la primera bandera del Tercio de Extranjeros durante la guerra de Marruecos.
¿Qué aporta su biografía en relación con otras?
La biografía de Paul Preston [1993] fue monumental, pese a publicarse cuando había menos archivos y menos gente dedicada a Franco. Desde entonces ha llovido mucho y han aparecido muchas biografías. Lo que aporta la mía es haber podido analizar todo el sustrato de los últimos años, en un momento en que la historiografía está cambiando respecto a la forma de narrar. Según cómo lo cuentas, te sale una historia u otra... Me he centrado en contextualizar a Franco, más que en las anécdotas, analizando a todos cuantos le conocieron o a quienes saludó. Mi objetivo es que lean mi biografía quienes no conocieron a Franco.
Según Paul Preston, Franco era un hombre “increíblemente egoísta y ambicioso, con una mezcla misteriosa de astucia y mediocridad. Era un hombre frío, pero también brutal”. ¿Coincide con su diagnóstico?
Coincido bastante, pero hay que explicar de dónde sale todo eso. Añadiría que Franco era muy calculador.
En su libro sugiere que no hubo un único Franco, sino muchos, según la dirección en la que soplara el viento: en algún momento fue monárquico, en algún otro defendió la legalidad republicana, también se presentó a sí mismo como un “hombre pacífico, enemigo de la guerra”… ¿Cómo era en verdad Franco?
La vida política de Franco fue tan larga, que es imposible estudiar al personaje de una sola pieza. Aunque hay un primer Franco cuando gana la guerra, a partir de 1945 se convierte en muy dependiente del exterior. Si alguien cree que Franco escribió el guion de su vida y lo fue desarrollando, no sabe lo que es la historia: nadie que está cuarenta años en el poder sigue un guion fijo, sino que este va modificándose con muchas cosas. Franco, eso sí, fue muchísimo más aburrido que Mussolini, Hitler o Stalin, cuyas biografías son, en comparación, un divertimento para cualquier historiador.

Franco durante un discurso en 1939
¿Cómo pudo una persona tan mediocre gobernar España durante cuarenta años?
Lo determinante fue la victoria en la Guerra Civil y la posterior derrota de los fascismos, porque si estos hubieran ganado habría sido, por supuesto, una historia completamente diferente. También la llegada de la guerra fría y el anticomunismo favorecieron a Franco.
Más allá de si Franco fue mediocre o no, el tema fundamental es de dónde le vino el carisma. A Hitler le llegó a través del partido, a Mussolini del populismo, mientras que a Franco le vino de ganar la guerra y de su posterior glorificación por parte de la Iglesia católica. El carisma de Franco no procede de su valentía o bravura.
¿Qué importancia tuvieron la Iglesia católica y Estados Unidos en la longevidad del dictador?
Mucha. Escribí un libro que titulé La Iglesia de Franco. Por lo que respecta a Estados Unidos, después de la guerra de Corea (1950-1953) aceptaron a Franco. En vista de ello, Franco se quedó muy tranquilo, sabiendo que el enemigo interior estaba destruido y que ideológica y educativamente tenía a la Iglesia católica que le hacía el trabajo. Poco a poco, España se llenó de colegios privados religiosos. Si la Guerra Civil fue la tesis doctoral de Franco, los norteamericanos le hicieron doctor honoris causa.

Franco bajo palio en Toledo durante los inicios de la dictadura
¿Por qué cree que se le ocurrió a Franco que su dictadura fuera formalmente un reino, sin que hubiera rey?
Porque en 1947, cuando promulga la Ley de Sucesión, las monarquías estaban desapareciendo en muchos países del centro y el este de Europa. A don Juan se lo dijo bien claro Carrero Blanco en su famoso viaje a Estoril: la monarquía liberal no tiene cabida en España, así que usted o bien está con nosotros o usted verá, porque si no lo acepta, no será nunca rey. Saber que no iba a haber ningún otro monarca le gustó mucho a Franco, y no digamos ya a su señora...
¿Qué influencia tuvo Carmen Polo en su mandato?
Su primera influencia fue la religiosa, porque Franco no era al principio un hombre religioso. Lo fue luego cuando presentó el golpe de Estado y la posterior guerra civil como una cruzada. A partir de entonces, Franco comienza a rezar el rosario, incluso tiene un director de ejercicios espirituales. La segunda gran influencia fue la aristocratización. En los últimos cinco años de vida de Franco, fue Carmen Polo quien movió los hilos del régimen, en compañía de su camarilla. Polo no fue solamente “La Collares”, como se la conocía, sino que su influencia fue mucho mayor conforme Franco envejecía.

Carmen Polo y Francisco Franco en un espectáculo deportivo en 1964
Se sabe muy poco de las aficiones privadas de Franco, más allá de que el gustaba cantar zarzuela cuando viajaba en coche. En su biografía apunta que le encantaba jugar al golf en los campos de la Puerta de Hierro de Madrid con destacados militares y miembros de la alta sociedad madrileña, así como irse de cacería todos los sábados, domingos y lunes para matar cientos de perdices en su obsesión de batir marcas y abatir cada vez más número de animales… ¿Cómo era Franco en la “intimidad”?
Franco no dejó cartas ni escritos personales, a diferencia, por ejemplo de Winston Churchill, quien nos legó hasta cómo iba al baño... La caza y la pesca fueron muy importantes, pero también escribió Raza y la llevó al cine. En su vida privada, Franco no se juntaba con mujeres, incluso comían por separado. A Franco le gustaba mucho el foie y cosas que le hacían barrigudo. Su vida privada al principio fue muy cuartelera hasta que empezó a encontrarle el gusto a los palacios. Su médico estaba realmente preocupado de la cantidad de cartuchos que disparaba.
Hábleme de su mitología…
Sobre Franco se cuentan varios mitos que no son ciertos. No es verdad, por ejemplo, que escribiera mucho, y todavía menos que leyera bastante. Los libros que poseía Franco cabían en una tercera parte de la pequeña sala que sirve de biblioteca en el hotel donde estoy. Su biblioteca, comparada con la de grandes estadistas, era ridículamente pequeña.

Julián Casanova durante su ronda de entrevistas en Barcelona
Franco adoptó el título de Caudillo, el equivalente al de Führer de Hitler y Duce de Mussolini, que lo conectaba con los guerreros medievales. ¿Como estratega militar estuvo a la altura de la distinción?
Nadie puede cuestionar la incompetencia militar de Franco. Hay un libro de Carlos Blanco Escolá precisamente con este título. El tema es que España nunca tuvo una guerra con otro país, sino que su guerra fue interior, y eso es importantísimo. Grandes estrategas como Rommel o Eisenhower controlaban no un frente de 300 km como Franco, sino de miles y miles de kilómetros, con geografías cambiantes. Ahora bien, yo no me atrevería a decir que Franco fue un mal estratega, cómo lo iba a decir, si yo solamente hice la mili…
Algunas personas agradecen a Franco haber traído la paz a España. ¿Cómo fue, en realidad, esa “paz”?
La paz de Franco destruyó familias enteras, rompiendo las redes básicas de la solidaridad social, e impregnó la vida cotidiana de miedo y prácticas coercitivas. En muchos casos, las sentencias se impusieron a personas que habían sido ya castigadas con la muerte y recayeron sobre sus mujeres, madres y hermanas. Esa fue la “paz” de Franco.

Francisco Franco y Carmen Polo junto al abad de Montserrat
Un año después de la Guerra Civil, Franco tenía a su disposición, repartidas en varias cuentas bancarias, una fortuna de treinta y cuatro millones de pesetas. ¿Cómo se hizo rico?
Franco falleció con una fortuna millonaria y permitió a sus familiares un desenfrenado saqueo. Hay una diferencia entre el Franco al que le empieza a gustar la pela y el Franco que gobierna España como si fuera un cortijo. Franco tuvo cuanto quiso. Su incesante enriquecimiento, por cierto, contrasta con el mito de que era un hombre austero...
¿Qué nos queda por saber del dictador?
Lo sabremos cuando pase el tiempo y alguien escriba otro libro. La historia es un saco sin fondo, pero ahora mismo cualquiera que quiera saber algo sobre Franco creo que ya puede formarse una imagen bastante completa de él.
Una última cuestión. Recientemente se ha publicado que el 42% de los menores de 36 años preferirían vivir en una dictadura antes que en una democracia, al margen de que una parte significativa votaría a los herederos políticos del franquismo. ¿Qué mensaje mandaría a los jóvenes a los que no les sea posible leer su libro?
No, no, yo he venido aquí a hablar de mi libro, como Francisco Umbral. ¡Tienen que leer mi libro! Ahora, si no pueden o quieren, les diría a los jóvenes que no se crean el cuento de que la democracia y el autoritarismo son una misma cosa, o que es igual encontrar muertos en las cunetas que ir por la calle viendo Tiktok, o que da lo mismo un país con una buena sanidad y una buena educación que uno controlado por una educación inclemente. Eso es lo que les diría a los jóvenes. Pero, claro, como les han convencido de que todo esto no es cierto… Pensar que una dictadura es mejor que una democracia es una de las peores plagas que nos ha caído en los últimos años. Y lo que viene todavía va a ser peor…