Uganda: el éxodo que marcó a Zohran Mamdani
Raíces africanas
El nuevo alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani, nació en Uganda. Su padre era parte de la comunidad asiática que fue expulsada por Idi Amin, lo que provocó la ruina del país
Zohran Mamdani, alcalde electo de Nueva York
“En agosto de 1972 el presidente Idi Amin anunció en la radio que todos los ugandeses de origen asiático serían expulsados del país en un máximo de 90 días. En cuestión de minutos, todo lo que mis abuelos habían conocido, todo lo que sus padres habían conocido, les fue arrebatado. Se convirtieron en refugiados a los que solo se les permitió llevar consigo 50 dólares mientras los subían a un avión hacia Inglaterra”.
Así explicaba Zohran Mamdani la historia de su familia en la web Brown History, que recopila el pasado del sudeste asiático a través de testimonios de gente corriente. Cuando Mamdani escribió sobre este suceso, en 2020, todavía era una persona corriente: hoy es el alcalde electo de Nueva York. Lo ha conseguido con un programa de políticas socialdemócratas que ha sacudido a los votantes de la ciudad más poblada de EE. UU. y ha irritado sumamente a su presidente.
Mamdani conjuga todo lo que Trump detesta: es inmigrante, musulmán, cosmopolita y de izquierdas. Además, procede de una familia de intelectuales: su madre es la cineasta india Mira Nair, que empezó su carrera documentando la vida de los niños de la calle de Mumbai. Su padre, el antropólogo y politólogo Mahmood Mamdani, es un distinguido académico especializado en colonialismo, profesor de la Universidad de Columbia. Zohran nació en Uganda en 1991, circunstancia que, aunada a la historia familiar, ha impactado en su manera de pensar.
Mira Nair y Mahmood Mamdani en una imagen de 2006
Los ancestros de Mamdani llegaron al este de África hace más de un siglo. Sus abuelos paternos eran musulmanes originarios del estado indio de Gujarat, pero habían nacido en Tanganyika (hoy Tanzania), entonces parte del Imperio británico. Integraban la diáspora india promovida por los ingleses para llevar mano de obra del sudeste asiático a África: obreros necesarios para trabajar en el ferrocarril y el algodón.
Mahmood, sin embargo, nació en 1946 en Bombay, ya que su padre, Yusufbhai, estudió allí. Un año después, la India se independizaría, pero los Mamdani volvieron a África en 1948. Primero se instalaron en Tanzania y más tarde en la vecina Uganda. El país seguía siendo un protectorado británico y contaba con una próspera comunidad de ciudadanos de orígenes asiáticos: se calcula que durante los siglos XIX y XX llegaron a Uganda más de 50.000 personas de lo que hoy son India, Pakistán y Bangladés. Bajo las dinámicas del colonialismo, esta comunidad vivía apartada de la población afroamericana y de los colonos blancos.
Milton Obote, primer ministro de Uganda, junto al presidente estadounidense John Kennedy en la Casa Blanca el 22 de octubre de 1962
Cuando los Mamdani llegaron a Uganda, a principios de la década de los cincuenta, el país avanzaba hacia la independencia. Finalmente, en octubre de 1962 Uganda se convirtió en una república federal, aunque, como señala la Encyclopaedia Britannica, “estaba dividida política, geográfica y, además, étnicamente”. Milton Obote fue el primer ministro de un Estado cuya Constitución le dio un estatus especial a Buganda, el más importante de los antiguos reinos del país. Buganda estaba gobernado por el kabaka (o rey) Mutesa II, que se convirtió en el presidente de la nueva nación.
Sin embargo, desde los inicios de la independencia las demandas de mayor soberanía de Buganda fueron un foco de tensión para Obote. Harto de ellas, en 1966 el presidente abolió la autonomía del reino, mandando al ejército para apresar al kabaka. Las tropas estaban lideradas por un coronel llamado Idi Amin, un militar con escasa educación que había entrado en el ejército colonial en 1946, como ayudante de cocinero. Desde entonces, había ido escalando puestos hasta convertirse en el hombre de confianza de Obote y en jefe de las fuerzas armadas.
Pero la confianza es algo frágil en política, cosa que Amin demostró cuando, en enero de 1971, orquestó un golpe de Estado que derrocó a Obote. Amin abolió la Constitución y ostentó el poder absoluto, iniciando una etapa de terror que todavía se recuerda por su brutalidad. Apodado “el carnicero de Uganda”, la Britannica cifra en más de 300.000 las personas que fueron asesinadas durante su mandato, sin olvidar los cientos de miles de torturados.
El dictador ugandés Idi Amin
Amin ostentaba el poder absoluto y era conocido por sus abruptos cambios de humor y su crueldad extrema. Está documentado que lanzaba los cuerpos de sus opositores asesinados a los cocodrilos y se dijo que practicó el canibalismo. Además de un tirano, era un ultranacionalista: en 1972, un año después de hacerse con el poder, ordenó la expulsión de todos los asiáticos que vivían en Uganda, acusándolos de deslealtad y explotación económica.
La orden fue tan irracional que, al principio, muchos no la tomaron en serio: en parte porque corría el rumor de que nacía de un sueño que había tenido el dictador. Pero Amin pensaba que con aquella expulsión masiva se ganaría las simpatías de la población: los ciudadanos asiáticos (especialmente, los de origen indio) dominaban el comercio y eran más adinerados que los ugandeses negros, siendo vistos con desconfianza por la población nativa.
Los Mamdani dejaron atrás su vida en Kampala, donde Mahmood trabajaba en la Universidad de Makerere, la más importante del país. Su formación era muy sólida: en 1963 había sido beneficiario del programa The Kennedy Airlift, que becaba a jóvenes africanos para estudiar en EE. UU. No desaprovechó la ocasión: se graduó en las universidades de Pittsburgh y Tufts y participó activamente en el movimiento por los derechos civiles. Antes de retornar a Uganda, empezó un doctorado en Harvard, para el que estaba investigando en Kampala cuando Idi Amin los expulsó.
Según la BBC, aproximadamente 30.000 asiáticos llegaron al Reino Unido desde Uganda. La huida no fue fácil: testimonios de la época recuerdan como fueron agredidos por los soldados de Amin y despojados de sus pertenencias antes de salir del país. En Inglaterra, los Mamdani vivieron en un campo de refugiados junto a otros miles de compatriotas y fueron objeto de ataques racistas por parte de cierta prensa y de grupos de skinheads. “Pero lo que más les preocupaba era no tener un hogar. Gran parte de su sentido de identidad estaba vinculado a su vida en Kampala, a sus rutinas, sus amigos y sus sueños”, escribe Zohran. Pese a que sus abuelos consiguieron la residencia permanente, soñaban con volver: “Cada domingo iban a Gatwick para ver cómo despegaba el avión que semanalmente volaba a Uganda”.
Refugiados de la comunidad asiática de Uganda en 1972
En Uganda, la expulsión de los asiáticos había tenido consecuencias desastrosas para la economía: los negocios que estos poseían se habían asignado arbitrariamente a altos cargos del ejército, que se dedicaron a despilfarrar y fueron incapaces de gestionarlos. Uganda se hundió en un colapso económico que derivó en más pobreza y corrupción. Para distraer al pueblo de la situación, Amin intentó invadir la vecina Tanzania en 1978, lo que desencadenó su derrocamiento un año después. El dictador huyó a Arabia Saudí, donde falleció en 2003 sin llegar a ser juzgado por sus crímenes.
En Uganda se celebraron elecciones en 1980, que ganó Milton Obote. El padre y los abuelos de Mamdani retornaron al país y Mahmood volvió a la universidad. Nunca abandonó su activismo y sus críticas al gobierno, lo que le acarreó muchos problemas con Obote, quien en 1984 le retiró su nacionalidad. Durante un tiempo, Mahmood fue apátrida. Pero Obote también fue defenestrado y Mahmood retornó a Kampala, donde siguió destacando como intelectual.
En 1989 conoció a la directora india Mira Nair, quien, tras el éxito de su premiada película Salaam Bombay!, estaba en Kampala para documentarse para un nuevo proyecto: Mississippi Masala. Había leído el libro que Mahmood había escrito sobre la experiencia en el campo de refugiados en Londres y quería conocerlo: “Hablamos muchísimo. Creo que nos enamoramos al instante, como si estuviera escrito en un guion cinematográfico”, explico él a The Telegraph India.
Mahmood y Mira se casaron en Toronto, aunque se afincaron en Uganda, en un barrio arbolado, con vistas a la capital. Allí nació su único hijo, Zohran, en octubre de 1991. Un niño que, como cuenta The New York Times: “Creció en una familia íntimamente marcada por el legado imperialista y sus divisiones raciales”. Su infancia también incluyó una estancia en Sudáfrica, poco después del apartheid, ya que Mahmood trabajó en la Universidad de Cape Town. Cuando Zohran tenía siete años la familia se mudó de nuevo: esta vez a Nueva York. Los Mamdani vivían en el próspero Upper West Side: “Tuve una infancia privilegiada, nunca tuve que desear nada, aunque sé que esta no es la realidad de la mayoría de los neoyorquinos”, declaró a The New York Times.
De izqda. a dcha., Mira Nair, Zohran Mamdani, su esposa Rama Duwaji y Mahmood Mamdani en un encuentro electoral en Queens el 24 de junio de 2025
En 2018 Zohran Mamdani se convirtió en ciudadano estadounidense, aunque conserva la nacionalidad ugandesa. El peso de su pasado africano sigue muy presente: fue en África donde testimonió el poder de la raza y la riqueza para dividir la sociedad. También fue el continente de su infancia, un lugar donde fue feliz. La casa de su niñez en Kampala aún existe y el pasado verano Mamdani festejó su boda allí.