El izquierdista Ollanta Humala podría convertirse en el próximo presidente de Perú, lo que supondría un giro progresista en el país andino. A la hora de cerrar esta edición, los colegios electorales continuaban abiertos, pero las dos últimas encuestas otorgaban la victoria al ex militar.
Ambos sondeos, muy fiables, se realizaron el viernes y se filtraron a los medios, aunque no fueron divulgados en Perú. Según Ipsos-Apoyo, Humala conseguiría el 51,9% de los sufragios frente al 48,1% de la derechista Keiko Fujimori, mientras que la empresa Datum otorgaba el 50,8% al nacionalista y el 49,2% a la hija del ex presidente convicto Alberto Fujimori.
Apenas una semana antes de los comicios presidenciales de ayer, Keiko Fujimori aventajaba en cuatro puntos a Humala. La clave de esta remontada en los sondeos podría estar en que el líder del Partido Nacionalista Peruano (PNP) enfatizó durante los últimos días su lado más moderado y se mostró como un político socialdemócrata, más cercano a las políticas de Lula que a las de Hugo Chávez.
La campaña electoral ha sido sucia y polarizada. Gran parte de la sociedad peruana, especialmente la clase media y acomodada, se ha dividido para decidir quien era el candidato menos malo. Debían elegir entre "el cáncer y el sida", como expresó el escritor Mario Vargas Llosa antes de la primera vuelta del 10 de abril.
No obstante, parece que al final habría pesado más negativamente el cierto pasado dictatorial y criminal del fujimorismo, que el incierto sesgo chavista de Humala, quien finalmente recibió el apoyo no sólo de Vargas Llosa, sino del ex presidente centroderechista Alejandro Toledo. Por cierto, el premio Nobel de Literatura no viajó a Perú para votar y permaneció en España, donde reside habitualmente.
La jornada electoral se vio enlutada por un atentado terrorista cometido el sábado en la región del Cuzco, cuando un grupo narcoguerrillero emboscó a un pelotón militar que transportaba material electoral. El presidente Alan García condenó el atentado tras emitir su voto en Lima.
El papel de García ha sido controvertido durante toda la campaña. Su partido, el APRA, no presentó candidato por desavenencias internas. Humala acusó al mandatario de apoyar a Fujimori en esta segunda vuelta y poner a disposición de la candidata los servicios de inteligencia.
Sin embargo, García se mostró ayer muy conciliador. "Debemos tomar un compromiso nacional de apoyar al proximo presidente", dijo el mandatario. "Sea quien sea", añadió. "Resulta un poco natural que en la última fase de la campaña tengamos un grado de apasionamiento", agregó. García no descartó presentarse a las elecciones del 2016.
El próximo presidente de Perú deberá afrontar problemas urgentes, como el descontento indígena o la inequidad en la distribución de la riqueza que ha traído un crecimiento económico del 7% en los últimos cinco años.
Otro problema creciente es el narcotráfico y la delincuencia. El recientemente elegido Fiscal de la Nación –equivalente al Fiscal General del Estado–, José Peláez, que en Perú no es elegido por el gobierno sino por sus colegas, apoya las propuestas de mano dura lanzadas por los dos candidatos, aunque siempre "con respeto a los derechos de la ciudadanía", explica en entrevista con La Vanguardia. "La solución pasa por mejorar los sueldos de la policía y establecer una presencia más activa en las ciudades mas importantes del país, donde la delincuencia está asolando".