Prohíben salir del país al presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol

Ministerio de Justicia

Después del arresto del ministro de Defensa que alentó la ley marcial y de la dimisión del ministro de Interior

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Frente al parlamento, los manifestantes siguen pidiendo este lunes la detención del presidente Yoon Suk Yeol -recreado en un muñeco por su intento frustrado de imponer la ley marcial, tras más de 30 años de progreso democrático

Ahn Young-joon / Ap-LaPresse

El cerco se estrecha para el todavía presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol. El ministerio de Justicia le ha prohibido salir del país desde este lunes, mientras se investigan los cargos de traición, rebeldía y abuso de poder por su declaración de ley marcial del martes pasado, que fue tumbada por la valentía de la oposición, en un parlamento tomado por comandos especiales. 

La decisión ministerial responde a una solicitud de la Oficina de Investigación Anticorrupción de Altos Funcionarios y, posiblemente, de otras agencias no reveladas. La fiscalía y la policían están desarrollando investigaciones paralelas para depurar responsabilidades por la implantación frustrada de la ley marcial en Corea del Sur. Rémora de una época que parecía olvidada en un país que lleva décadas siendo una historia de éxito. 

El ministerio de Justicia tiene la potestad de prohibir la salida del país hasta seis meses si la juzga “perjudicial para los intereses nacionales”. Pero nunca se había aplicado a un presidente en activo que incluso hoy sigue formalmente al frente de la Fuerzas Armadas y estampa su firma en la aceptación de dimisión de sus ministros. El ministerio dice que está estudiando la misma restricción de movimientos para la primera dama, Kim Keon Hee. 

La ley marcial más breve e incruenta de la historia de Corea del Sur no para de dejar cadáveres políticos. El ministro de Defensa que alentó el golpe de mano, Kim Yong Hyun, fue detenido este domingo tras haber acudido a prestar declaración a la 1.30h de la madrugada. Kim, general de tres estrellas, dimitió al día siguiente del asalto militar a la Asamblea Nacional y poco después se le confiscó el pasaporte. Posteriormente, en lugar de mostrar arrepentimiento dijo que “la misión era muy difícil, con tantos factores en contra”. 

Algunos soldados han confesado que el jefe de los comandos especiales les transmitió la orden directa del ministro de Defensa, consistente en bloquear el acceso al pleno de 150 diputados, los necesarios para levantar la ley marcial, como hicieron finalmente 192.

Otro nombre clave en aquellas horas negras, el ministro del Interior, Lee Sang Min, presentó este domingo su dimisión, a sabiendas de que la oposición -con mayoría en el parlamento- preparaba ya una moción para destituirle este miércoles. Algo que Yoon Suk Yeol logró burlar el pasado sábado porque su condición de presidente exige una supermayoría de dos tercios para tumbarle. 

Cambio de papeles

La fiscalía investiga a Yoon Suk Yeol por presunta insurrección y abuso de poder

Aun así, los problemas no han hecho más que empezar para Yoon, el hombre que en su etapa de fiscal -sobre todo como fiscal general- intimidó a algunas de las personas más poderosas de Corea del Sur. Esta semana, equivocándose de siglo con sus medidas de excepción, Yoon ha abierto una trampilla por la que será arrastrado por la corriente de la historia. 

En una inversión de papeles, ahora es él quien está siendo investigado por la fiscalía, “por presunta traición, insurrección y abuso de poder”,  según trascendió el domingo. Debido a su flagrante desprecio por las condiciones y el procedimiento que fija la Constitución para poder instaurar la ley marcial. Aunque empieza a aflorar que en realidad sí que convocó al gabinete antes de anunciar las medidas de excepción, extremo que, de confirmarse, podría ser letal, no solo para su gobierno en pleno, sino también para su Partido del Poder Popular (PPP).

El jefe de este, Han Dong Hoon, ha manifestado que Yoon Suk Yeol está de salida y ni siquiera tendrá ya tratos con diplomáticos o gobernantes extranjeros. Hasta que su desaparición de escena se haga efectiva, según Han, las funciones presidenciales serán desempeñadas en comandita por el primer ministro Hand Duck Soo (independiente) y la cúpula del PPP. 

Cuando me preguntan quién manda en la República de Corea no sé qué contestar

Woo Won ShikPresidente de la Asamblea Nacional

Esta fórmula, sin embargo, ya ha sido denunciada por el presidente de la Asamblea Nacional, Woo Won Shik, como “inconstitucional”.  “La presidencia emana del pueblo, no de su partido. Si me preguntan quién manda en la República de Corea, no sé qué contestar”, ha resumido. Desde el Partido Demócrata se va más lejos y se habla ya de “segundo golpe”. Pero el partido gobernante se resiste a una convocatoria de nuevas elecciones presidenciales. Para ellos, un suicidio político.  

El general Kim, ahora en la picota, llevaba apenas tres meses como ministro de Defensa, después de haber estado a cargo de la guardia pretoriana de Yook Suk Yeol. Un ascenso que algunos atribuyen a su condición de excompañero de instituto del presidente Yoon, como también el ministro del interior cesante y alguno de los oficiales de inteligencia implicados. 

Yoon ya era antes un hombre aislado dentro del partido. O mejor dicho, un hombre que dio el gran salto a la política presentándose como azote de políticos y poderosos. Aunque detrás de ello había tanto afán de justicia como soberbia y ambición personal. Ahora la mayoría del país se echa las manos a la cabeza por haber puesto al volante a alguien capaz de declarar la ley marcial con la mayor frivolidad. 

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El ministro de Defensa que recomendó la ley marcial, Kim Yong Hyun, fue detenido el domingo tras presentarse de madrugada a declarar voluntariamente. En la foto, en una rueda de prensa en Canadá en noviembre. 

Adrian Wyld / Ap-LaPresse

Lo que en Yoon Suk Yeol es inmadurez política -además de patrones mentales forjados en la Guerra Fría- en el caso del general Kim puede ser algo más, que la fiscalía intentará dilucidar. Aunque al presidente de la República de Corea le corresponde tradicionalmente como residencia oficial la denominada Casa Azul, Yoon cumplió su promesa de no utilizarla. En su lugar eligió, entre todos los ministerios, la sede de Defensa para instalar su residencia, al precio de costosas reformas. Lleva dos años codeándose con militares de alta graduación, de uno de los mayores ejércitos del mundo. Sin embargo, algunos de estos ya han mostrado su indignación por la manipulación de las fuerzas armadas “para resolver problemas políticos”. 

Cabe decir que la mayoría de ministerios surcoreanos han sido trasladados durante la última década a Sejong, 120 kilómetros al sur de Seúl, en aras de las descentralización. Entre las pocas excepciones está la sede de Defensa y también la de Asuntos Exteriores, que sigue enfrente de la embajada de los Estados Unidos. 

A pesar de sus pocos meses en el cargo, el ministro Kim se estaba labrando una imagen de duro, cuando no temerario, confirmada por su presunta alta traición del martes pasado. Su nombramiento en Defensa fue saludado por algunas cancillerías porque parecía el hombre capaz de dar un paso adelante en el apoyo surcoreano al gabinete de guerra de Volodimir Zelenski en Kyiv, sin temor a las consecuencias. 

El mes pasado, al hilo de la presencia de soldados norcoreanos en el óblast ruso de Kursk, parcialmente ocupado por fuerzas ucranianas, Kim se mostró partidario de enviar militares surcoreanos a Ucrania, en labores de inteligencia. 

La oposición, no menos preocupada por la experiencia de combate que puedan adquirir las tropas de Kim Jong Un en Rusia, todavía lo está más por la importación por parte de Asia de conflictos occidentales. El pueblo coreano ya pagó por ello el precio de la división.

Por eso desde el Partido Demócrata se advirtió al entonces ministro Kim de que cualquier envío de soldados requería autorización del parlamento. También de los efectos secundarios devastadores que podría conllevar la muerte de soldados coreanos del norte por la intervención de inteligencia o armas surcoreanas.  La ayuda surcoreana Ucrania es hasta ahora de carácter no letal, por la capacidad de veto del parlamento, donde el partido de Yoon Suk Yeol está en minoría. 

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