El 13 de enero de 1982, cuando el aeropuerto de vuelos nacionales de Washington aún no se llamaba Ronald Reagan, pues el 40º presidente de Estados Unidos aún no había cumplido su primer año de mandato, la capital del país vivió una tragedia similar. Un accidente de aviación que recuerda al sucedido este miércoles en el rio Potomac tras el choque de un avión de pasajeros tipo CRJ con un helicóptero militar Black Hawk a escasos kilómetros de la Casa Blanca.
Aquel día de hace 43 años, la meteorología era muy distinta a la de la noche del pasado miércoles, con calma y buena visibilidad en la zona de Washington DC. Aquel miércoles de enero de 1982, la capital vivió una severa tormenta de nieve, una precipitación helada que afectaba a buena parte del país, que aquella semana estaba viviendo los días más fríos del siglo, todo ello de acuerdo con los datos que por entonces manejaba el centro meteorológico nacional.

Los trabajadores recuperan el fuselaje del avión accidentado en el río Potomac en Washington en 1982
Las bajas temperaturas que vivía Estados Unidos afectaron a regiones poco acostumbradas al frío, como Florida, donde se perdió buena parte de la cosecha de cítricos. Ese estado era, precisamente y por partida doble, el destino del vuelo que protagonizó el desastre de hace cuatro décadas. Posteriormente y durante años ese accidente y sus circunstancias fueron recordadas en Washington.
A las cuatro de la tarde de aquel día nevado, un Boeing 737-200 de Air Florida despegó del aeropuerto National de la capital con destino a Fort Lauderdale. En el viaje, tenía programada una escala intermedia en Tampa. Nunca llegó. Tras despegar sus ruedas de la pista 1, el Boeing no consiguió tomar altura y se desplomó siguiendo la trayectoria del despegue. Se desplomó sobre uno de los puentes que cruza el río Potomac, el mismo donde cayeron esta semana el helicóptero y el avión CRJ tras chocar en vuelo.
El Boeing 737-200, que por entonces tenía 13 años en su haber, salió con un retraso de hora y media de su aparcamiento debido precisamente a la tormenta de nieve, las labores de limpieza de las pistas y al proceso de deshielo de las partes móviles del avión, para permitir una operación normal y segura. El avión despegó usando más pista de lo habitual para el peso que llevaba, con 79 personas a bordo y no pudo mantenerse en el aire más de unos segundos alcanzando poco más de 100 metros de altura para luego caer, casi a plomo sobre las aguas de un Potomac congelado.

Una grúa levanta una parte del avión accidentado cerca del río Potomac, en Washington, el 20 de enero de 1982
El rumbo de despegue y el poco tiempo que el birreactor pudo mantenerse en el aire hizo que este cayese, sobre uno de los puentes que unen Arlington, en Virginia, con la capital federal. Durante el impacto con la estructura colisionó también con siete vehículos matando a cuatro personas. Luego, cayó al agua rompiendo unas gruesas placas de hielo que se habían formado. De los 79 ocupantes del aparato de Air Florida únicamente hubo cinco supervivientes: cuatro pasajeros y un tripulante auxiliar.
La operación de rescate se vio complicada por la nevada de ese día, que dificultó el tráfico rodado y la llegada de los servicios de emergencias a la zona. A eso hay que añadir que la temperatura de las aguas del Potomac era de tan sólo 1ºC. Los intentos de ayuda se vieron en directo por cadenas de televisión de todo el país, que por lo céntrico del lugar del accidente pudieron desplazar sus unidades móviles. Muchas llegaron antes que los equipos de emergencias. Las imágenes, que ya grabadas se repitieron una y otra vez, evidenciaron que los equipos de rescate no estaban bien preparados para un desastre de esa magnitud, siquiera en el corazón político del país
La investigación
La NTSB se hizo cargo de la investigación del accidente, un proceso que duró seis meses. Este concluyó, tras oír las grabaciones de cabina y comprobar las grabaciones de los sistemas del aparato, que los pilotos no verificaron todos los procedimientos previos al vuelo y que los calentadores antihielo no se activaron ni durante el largo rodaje en tierra ni durante el despegue. En el informe de la NTSB o Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, también se destacó como causa del accidente la decisión de salir con nieve y hielo en las superficies aerodinámicas de la aeronave y el hecho de que el comandante no abortase el despegue durante su etapa inicial, cuando su copiloto le llamó la atención sobre lecturas anómalas de los instrumentos del motor.
La investigación NTSB-AAR-82-8, un documento de 140 páginas destaca en ellas que el retraso entre el proceso de deshielo en tierra y la autorización de despegue, el 737 de Air Florida estuvo expuesto a precipitaciones continuas. Estas habrían vuelto a formar hielo en sus superficies de sustentación y también que la experiencia de la tripulación técnica en operaciones de transporte a reacción en invierno era escasa.

Una parte del avión accidentado sale a la superficie por primera vez en el río Potomac en Washington, el 20 de enero de 1982
El pasado miércoles, 15.723 días después de aquel fatídico accidente del Air Florida 90, otro numero de vuelo, el 5342 de American Airlines, se une a la historia del Potomac, un rio de 666 kilómetros que desemboca en la bahía de Chesapeake, en el Océano Atlántico y que ha vuelto a ser testigo de una catástrofe aérea.