Las negociaciones sobre una nueva coalición de gobierno en Austria entre el partido de extrema derecha FPÖ, ganador de las elecciones generales del 29 de septiembre del 2024, y el partido conservador ÖVP fracasaron este miércoles por profundos desacuerdos sobre política europea y reparto de carteras ministeriales. Tanto los ultraderechistas como los conservadores querían las carteras clave de Interior y Finanzas.
En una reunión con el presidente federal, Alexander Van der Bellen, el líder del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), Herbert Kickl, devolvió el encargo de intentar formar gobierno, informó la prensa austriaca en sus ediciones digitales. Van der Bellen, de origen ecologista, le había conferido muy a su pesar el encargo el pasado 6 de enero, tras fracasar el intento de coalición tripartita de conservadores del Partido Popular Austriaco (ÖVP), los socialdemócratas del SPÖ y el partido liberal NEOS, que buscaba evitar que la cancillería cayera en manos del ultra Kickl.
Así las cosas, Austria no tiene aún nuevo gobierno cuando han transcurrido cuatro meses y una semana desde las elecciones. “No doy este paso sin lamentarlo”, reza la carta de Herbert Kickl al presidente Van der Bellen. “Aunque hemos complacido al Partido Popular en muchos puntos en las conversaciones posteriores, lamentamos que las negociaciones hayan sido finalmente infructuosas”, arguye Herbert Kickl, quien durante la campaña electoral decía querer ser el canciller del pueblo, expresión de reminiscencias nazis.

Herbert Kickl, llegando el 12 de febrero al Hofburg, sede de la presidencia federal, para informar al presidente Van der Bellen del fracaso de las negociaciones
En la nota, Herbert Kickl descartó también negociar con los socialdemócratas, quienes por su parte dijeron siempre que jamás pactarían con la extrema derecha. “Austria no puede perder más tiempo”, concluyó Kickl, lo cual podía interpretarse como una invitación a que se convoquen nuevas elecciones.
Pero, de momento, los planes no van necesariamente por ahí. En una comparecencia televisada por la tarde, el jefe del Estado, Alexander Van der Bellen, explicó su decisión de abrir una nueva ronda de consultas con los partidos, en ejercicio de su mandato constitucional.
“¿Qué podemos hacer ahora?”, planteó el jefe del Estado, y enumeró cuatro opciones que proporciona la Constitución austriaca. “Nuevas elecciones, como muy pronto dentro de unos meses; o un gobierno en minoría con la aquiescencia del Parlamento; o un gobierno de expertos; o una vía para que los partidos formen todavía un gobierno con mayoría parlamentaria”. Por eso, dijo, hará consultas en los próximos días con los partidos para sondear cuál de las cuatro opciones es la más indicada.

El presidente federal de Austria, Alexander Van der Bellen, en la comparecencia del día 12 de febrero tras el colapso de las negociaciaciones de gobierno entre ultras y conservadores
En su discurso a la nación, Van der Bellen argumentó que el bloqueo se debe a que “no hay una fuerza dominante inequívoca” y a que “no hay disposición a hacer compromisos, que son vistos como una pérdida en vez de como una solución”, e hizo hincapié en que “la tarea de los políticos es buscar soluciones juntos”.
El fracasado intento de tripartito de conservadores, socialdemócratas y liberales fue liderado por el entonces canciller conservador en funciones Karl Nehammer, quien dimitió tras el fracaso. Desde el 8 de enero es canciller interino el también conservador Alexander Schallenberg, ministro de Exteriores.