Se abre por primera vez una estrecha rendija para la paz en Congo. El gobierno de la República Democrática del Congo y el grupo rebelde del M23 se sentarán en la misma mesa para iniciar negociaciones de paz el próximo martes, según explicó la presidencia de Angola, el principal mediador en la actual crisis en Congo, que sufre la peor espiral de violencia de los últimos veinte años.
Pese al optimismo del anuncio angoleño, que en un comunicado subrayó que mediará por “una paz definitiva” en Congo e incluso especificó que las conversaciones se desarrollarán en Luanda, la capital de la ex colonia portuguesa, la iniciativa fue acogida con tibieza por el ejecutivo del presidente congolés, Félix Thisekedi.
Mesa de paz en la capital angoleña
Angola dice que las negociaciones, que tendrán lugar en Luanda, buscan “una paz definitiva”
El gobierno del Congo, que se ha negado hasta ahora repetidamente a mantener conversaciones con el M23, sólo dijo que había tomado nota de la iniciativa angoleña, sin confirmar su participación.
Por su parte, el líder militar del M23, Bertrand Bisimwa, escribió en la red social X que la mesa de negociación es “la única opción civilizada para resolver la actual crisis”.
Desde enero, la milicia rebelde M23, apoyada por Ruanda según seis informes de las Naciones Unidas y según varios países occidentales y africanos, ha conquistado varios territorios de las provincias de los Kivus en el este congolés, entre ellos las ciudades de Goma y Bukavu, en una región extremadamente rica en minerales como el oro, cobre o coltán, este último fundamental en la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles u otros dispositivos electrónicos.
La posibilidad de unas negociaciones de paz llegan en un momento de desesperación para la población. Solo los combates de este año han provocado al menos 8.500 muertos, el desmantelamiento precipitado de campos de desplazados donde vivían cientos de miles de personas y una ola de violaciones de mujeres y niñas en el este congolés. La inseguridad y la impunidad es la norma en varias localidades de la región.
Una paz necesaria
Los combates de este año han provocado 8.500 muertos, el desmantelamiento precipitado de campos de desplazados y una ola de violaciones de mujeres y niñas
En los últimos días, el gobierno de Congo ha amagado con otra salida al conflicto: el 22 de febrero, Tshisekedi explicó al New York Times que la administración de Donald Trump había mostrado interés en un “acuerdo económico y militar” entre ambos países que incluyera los minerales estratégicos del este congolés.
El Congo tiene algunas de las mayores reservas de minerales del mundo como oro, coltán, litio, tantalio, uranio o especialmente cobalto, cuya extracción en el país africano está controlada principalmente por China y es un elemento esencial para las baterías de coches eléctricos y otras aplicaciones en la industria militar y aeroespacial.
Posible desequilibro de fuerzas
Donald Trump ha mostrado interés en un “acuerdo económico y militar” entre ambos países que incluya minerales estratégicos congoleses a cambio de ayuda militar
Aunque Estados Unidos invierte actualmente en un megaproyecto como el corredor de Lobito, para transportar las riquezas minerales de África Central hasta el Atlántico, no domina el sector minero en Congo.
Si las negociaciones de paz no desencallan la situación de guerra, un acuerdo entre el ejecutivo de Trump que brindara armamento y seguridad a cambio de riqueza mineral, podría desequilibrar la balanza de fuerzas en la zona de los Grandes Lagos.