Trump dice al secretario general de la OTAN que puede ser “decisivo” en su anexión de Groenlandia

Reunión con Mark Rutte

El presidente define frente a Mark Rutte la apertura de su homólogo ruso, Vladimir Putin, a negociar un alto el fuego como “muy prometedora, pero incompleta”

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El presidente Donald Trump, durante su reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, este jueves en la Casa Blanca.

Uncredited / Ap-LaPresse

Reunido en el despacho oval junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Donald Trump ha vuelto a insistir en su intención de anexionarse Groenlandia, ya sea mediante un acuerdo o militarmente. “Creo que sucederá”, ha dicho, “tenemos que hacerlo. Realmente lo necesitamos por nuestra seguridad nacional”. Hacerlo por la fuerza supondría una vulneración unilateral del tratado que rige a la Alianza Atlántica, pues la isla pertenece a Dinamarca, uno de sus doce miembros fundadores. Lejos de rehuir la polémica frente al jefe de la OTAN, el presidente estadounidense ha afirmado que “estoy sentado con un hombre que podría ser decisivo” en la toma de Groenlandia.

Trump ha dicho que Dinamarca no puede proteger a la isla de la misma forma en la que lo hará Washington: “Dinamarca está muy lejos. Un barco llegó allí hace 200 años o algo así y dicen que tienen derechos sobre ella. No sé si eso es cierto. De hecho, no creo que lo sea... realmente la necesitamos para la seguridad nacional... tal vez veáis que cada vez más soldados van allí”, ha sentenciado.

La visita de Rutte a la Casa Blanca llega un día después de que Trump incidiera en la idea de que la OTAN solo tiene sentido “si trata bien a Estados Unidos” y volviera a sugerir que no defenderá a los países que no gasten lo suficiente en su seguridad: “Si no pagan, no les voy a defender”. Eso violaría el Artículo 5 del Tratado de Washington, para la defensa colectiva, que prevé que un ataque a un miembro de la alianza transatlántica se considera un ataque contra todos. La única vez que se ha aplicado fue tras los ataques terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York en el 2001.

Donald Trump, presidente de EE.UU.

“Si Rusia no acepta el alto el fuego, será un momento muy decepcionante para el mundo”

Trump también dijo en campaña que durante su primer mandato dijo al líder de un “gran país europeo” de la OTAN que “animaría” a Rusia a “hacer lo que demonios quiera” con los aliados que no cumplan con su compromiso de gasto del 2% de su PIB en Defensa. Desde que es presidente por segunda vez, ha elevado esa demanda al 5%, por encima de lo que gasta EE.UU., alrededor del 3,5%. Durante las declaraciones ante la prensa previas a la reunión de este jueves, sin embargo, ha dicho que se “asegurará” de que Rusia no ataque a los aliados de EE.UU.

Preguntado por sus declaraciones de que no iba a “proteger” Europa, el republicano ha dicho que “si no lo hubiera dicho, nadie hubiera pagado”, en referencia al aumento del gasto militar anunciado por Europa. “La OTAN está dando un paso adelante gracias a este hombre”, ha dicho Trump sobre Rutte, pero después ha reiterado su idea de que EE.UU. gasta demasiado a pesar de que “estamos al otro lado del océano”. “Hemos sido tratados de manera muy injusta por la OTAN, como siempre nos ocurre con todos los países”, ha dicho el republicano, a pesar de que la alianza ha sido un instrumento militar al servicio de los intereses de EE.UU., su principal valedor.

Los países de la Unión Europea han mostrado en las últimas semanas su intención de incrementar el presupuesto de Defensa. Los ministros de Finanzas respaldaron el martes la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de flexibilizar las normas fiscales del bloque para gastar más en su seguridad sin que ello implique medidas disciplinarias de Bruselas por endeudamiento excesivo.

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Es lo que se acordó en una cumbre de la UE la semana pasada, en la que se decidió aumentar el gasto en Defensa en al menos 800.000 millones de euros en cuatro años. De este modo, se permitirá que cada Estado miembro aumente su inversión en esta partida en un 1,5% del PIB, sin las medidas disciplinarias que suelen aplicarse cuando el déficit público supera el 3%. Este incremento permitiría generar 650.000 millones en cuatro años, lo que se sumaría al presupuesto de la UE de 150.000 millones para proyectos de defensa comunes de inversión en la industria armamentística europea.

Las conversaciones de Trump y Rutte estarán centradas en la guerra de Ucrania, el mismo día en que el amigo y enviado de Trump a Oriente Medio, Steve Witkoff, ha aterrizado en Moscú para entregar la propuesta estadounidense de un alto el fuego total de 30 días, que ya aceptó Kyiv tras las conversaciones en Yida (Arabia Saudí) esta semana. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha señalado esta tarde que está dispuesto a hablar de una tregua, pero ha advertido que “hay que discutir también las causas del conflicto” para eliminarlas. Estas causas, en la visión del Kremlin, secundada en las últimas semanas por Trump, recaen en el intento de adhesión de Ucrania a la OTAN, cuya expansión hacia el este Rusia ve como una amenaza a su seguridad nacional.

Trump ha definido frente a Rutte la declaración del presidente ruso como “muy prometedora, pero incompleta”, añadiendo que espera que el Kremlin “haga lo correcto” y acuerde el alto el fuego. “Me encantaría reunirme con él, pero tenemos que acabar con esto rápidamente”, ha afirmado, “ahora veremos si Rusia lo está o no (comprometido con la paz) y, si no lo está, será un momento muy decepcionante para el mundo”.

También ha asegurado que ha hablado con Ucrania sobre “territorio”, incluido “qué pedazos se mantendrían y perderían, y todos los demás elementos de un acuerdo final” de paz. Entre estos territorios, estaría “una planta eléctrica muy grande”, ha confirmado ambiguamente Trump, lo que puede deferirse a la de Zaporiya, la principal de Ucrania, que ha sido capturada por Rusia durante la guerra.

“Estamos al otro lado del océano”, dice Trump sobre la defensa europea

Después de 14 años como primer ministro de Países Bajos, Rutte sucedió el 1 de octubre del año pasado a Jens Stoltenberg como jefe de la OTAN. Tras la victoria de Trump en las elecciones, ambos se reunieron en Mar-a-Lago el 22 de noviembre. Pero su relación comenzó mucho antes: durante el primer mandato de Trump, se reunieron en al menos cuatro ocasiones, y Rutte visitó la Casa Blanca una vez, en julio del 2018, donde discreparon públicamente sobre la relación comercial entre EE.UU. y la UE. Esta cuestión vuelve a estar sobre la mesa tras los aranceles del republicano del 25% a las importaciones de acero y aluminio, la respuesta europea con tarifas sobre 26.000 millones en exportaciones americanas y la contrarréplica de Trump, esta mañana, con gravámenes del 200% al vino y otras bebidas alcohólicas europeas.

Pero ahora vuelve en condición de secretario general de la OTAN y en un momento crucial para la alianza, en entredicho por el acercamiento de Trump al Kremlin tras tres años de aislamiento. En las últimas semanas, especialmente después de que la delegación estadounidense acordara en Riad (Arabia Saudí) restablecer relaciones para “sentar las bases” de la paz en Ucrania, Trump ha incidido en sus habituales alabanzas a Putin.

Incluso cuando amenazó a través de Truth Social con imponer sanciones al Kremlin si no se sienta a negociar, el viernes pasado, pocas horas rebajó el tono desde el despacho oval: “Creo que nos está yendo muy bien con Rusia, pero ahora mismo están bombardeando a Ucrania. Y me resulta cada vez más difícil, francamente, tratar con Ucrania. Ellos no tienen las cartas... en términos de llegar a un acuerdo final, puede ser más fácil tratar con Rusia, lo cual es sorprendente, porque tienen todas las cartas”. E insistió ha insistido en que siempre ha tenido “una buena relación” con Putin: “Él quiere poner fin a la guerra y creo que va a ser más generoso de lo que tiene que ser”.

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