Mientras India y Pakistán, países con armas nucleares, estaban al borde de la guerra, la desinformación y la censura de prensa se apoderaron de las primeras líneas digitales.
El conflicto militar entre ambos estados casi se convirtió en una guerra a gran escala, lo que provocó llamadas globales a la desescalada. Si bien las tensiones han persistido durante décadas, esta última marcó la peor escalada desde 2019, desencadenada por la masacre del 22 de abril en Pahalgam, Jammu y Cachemira, donde militantes mataron a 26 turistas, incluidos niños.
Los supervivientes afirmaron que hombres armados abrieron fuego tras preguntar a las víctimas sobre su religión. India culpó a Pakistán del ataque en Pahalgam, lo cual Pakistán negó. Tras días de tensión, India lanzó la “Operación Sindoor” el 7 de mayo, atacando lo que denominó bases “terroristas” en Pakistán. Los ataques fueron descritos como “de represalia” y “sin escalada”. Las autoridades indias afirmaron que atacaron campamentos terroristas, mientras que Pakistán aseguró que se atacaron zonas civiles, calificándo el operativo de “acto de guerra”. Pakistán respondió con ataques con drones y misiles. En los tres días siguientes, se reportaron al menos 60 muertes de civiles, lo que provocó evacuaciones, suspensiones de vuelos y cierres de escuelas en ambos países.
Guerra de propaganda
La desinformación, la censura y las imágenes falsas de antiguos conflictos circularon ampliamente
El 10 de mayo, cuando India y Pakistán acordaron un alto el fuego, estalló una guerra de información en línea. La desinformación, la censura y las imágenes falsas, desde clips de videojuegos hasta imágenes antiguas de conflictos mundiales, circularon ampliamente. Los medios de televisión indios informaron falsamente sobre ataques en Karachi y Lahore, mientras que las cuentas pakistaníes compartieron vídeos falsos de ataques a instalaciones militares indias. Muchas de estas afirmaciones fueron después desmentidas por verificadores de datos como Alt News y BBC Verify.
En declaraciones a La Vanguardia sobre la intensificación de la propagación de noticias falsas, Pratik Sinha, cofundador y editor de Alt News, explica que la “escala de la desinformación era enorme”. Desde que desmintió las noticias falsas en su sitio web, el equipo de Alt News se ha enfrentado al troleo y la divulgación de información privada, tanto en línea como fuera de línea. No solo se filtró el número de teléfono privado de Sinha, lo que le provocó amenazas, sino también la dirección particular de su colega Mohammed Zubair, cofundador de Alt News.
“Cuentas de derechas han filtrado mi dirección particular y mi número de móvil y han amenazado con enviarme carne de cerdo. Ya he recibido amenazas de muerte. No es la primera vez”, escribió Zubair en una publicación en X, añadiendo que la misma persona le había enviado carne de cerdo a su domicilio y compartido la dirección de envío en Twitter. Posteriormente, presentó denuncia ante la policía.
Sinha añade que las emociones durante las tensiones estaban cada vez más “polarizadas”. Al ser preguntado sobre los peligros de la desinformación durante un período tan tenso, Sinha dice: “Para definir el peligro de la desinformación, primero hay que examinar el público al que se dirige. Cuando importantes medios informaron sobre el ataque a Karachi, la gente de Karachi dormía tranquila y, obviamente, no lo creerían. Ya fuera Pakistán compartiendo vídeos del juego Arma 3 o vídeos antiguos de accidentes aéreos, toda esta desinformación se difundía internamente”.
“Pakistán intentaba convencer a su población: ‘Mira, hemos respondido’, e India intentaba convencer a los suyos: ‘Mira el daño que estamos causando’. En cualquier caso, la situación siguió siendo la misma de siempre. Desinformación utilizada para crear una narrativa política interna”, explica Sinha.
Más de 8.000 cuentas, en su mayoría pakistaníes, fueron bloqueadas en India en X, pero algunas cuentas indias, como las de Maktoob News y la periodista Anuradha Bhasin, también se vieron afectadas, lo que genera preocupación por la libertad de prensa. En Pakistán, la cobertura estuvo controlada por el ala mediática del ejército, que difundió un vídeo erróneamente identificado de un ataque a Gaza del 2023.
Expresando su preocupación por la falta de información veraz y la restricción de la libertad de expresión, Rubia Naz, jurista y activista política de origen pakistaní residente en Barcelona, dice: “Me pregunto si, ahora que las tensiones parecen haberse apaciguado, habrá espacio para la reparación de las víctimas de ambos bandos. Si, después de los gritos de aniquilación que se escuchan en los televisores, alguien intentará dignificar la vida del soldado que empuña su arma, atento al sonido de la sirena de guerra. Pakistán lidia con el encarcelamiento de Imran Khan y el creciente dominio del ejército en la vida civil, mientras que India avanza hacia un modelo cada vez más autoritario bajo el gobierno de Modi y el BJP, donde la pluralidad democrática parece disolverse entre la propaganda y el poder absoluto”. Naz se pregunta si la “guerra entre dos potencias nucleares, una vez más, se convertirá en “entretenimiento para las redes sociales”.
En el ámbito nacional, India bloqueó el acceso a The Wire, una web de noticias independiente. Siddharth Varadarajan, uno de los editores fundadores de este medio, declara a La Vanguardia que la web estuvo bloqueada durante unas 18 horas por una orden gubernamental, que, según creen, se emitió en violación de los procedimientos legales establecidos por la ley. Los responsables de The Wireanunciaron que impugnarían la medida en los tribunales y que reflejaba la hostilidad generalizada del Gobierno hacia los medios independientes.
“Lo que objetó el Ministerio de Información y Comunicaciones fue una noticia en el informe de CNN sobre el presunto derribo de un avión indio; algo que difícilmente podría tener consecuencias adversas en una confrontación militar en curso cuando los medios de comunicación internacionales han estado informando sobre lo mismo y el propio informe de CNN siguió estando disponible para los lectores indios durante todo el proceso”, dice Varadarajan. “Al mismo tiempo, se permitió que la desinformación de los grandes canales de televisión sobre la supuesta destrucción del puerto de Karachi por India o la entrada en territorio pakistaní se transmitiera sin oposición durante horas. Esto a pesar de la capacidad de estas noticias falsas para agravar la situación militar sembrando el pánico, y quizás incluso creando margen para una acción militar más agresiva por parte de Pakistán. ¡Solo el gobierno puede explicar este contraste!”, añade.
Las autoridades indias también bloquearon temporalmente las cuentas X del medio estatal chino Global Times, días después de advertirle de que verificara los hechos antes de difundir desinformación. También bloquearon las cuentas de la emisora turca TRT World y de Xinhua News.


