El pasado 22 de abril, un atentado segó la vida de 26 turistas en la Cachemira india y disparó las tensiones entre India y Pakistán. Ambas potencias, nacidas de la descolonización de 1947, han librado tres guerras en el pasado y poseen armas nucleares.
La Partición de la India británica en 1947 preveía un Pakistán con mayoría musulmana y una India de mayoría hindú. Cachemira, con un maharajá y unos terratenientes hindúes y una población campesina de mayoría musulmana (este credo representaba el 76 % de la población, frente a un 20 % hindú), inmediatamente constituyó uno de los puntos de conflicto de la independencia.
En un principio, el maharajá Hari Singh quería que su principado fuera independiente (había sido disputado durante siglos por diversos conquistadores), pero poco después pidió la ayuda a India para oponerse a la llegada de “voluntarios” pastunes, movilizados por Pakistán para hacerse con el control de Srinagar, la capital de Cachemira. Los musulmanes del ejército cachemirí se unieron a las milicias.
Tropas indias fueron trasladadas por aire a la zona: Cachemira era la patria natal de Jawaharlal Nehru, el primer gobernante de la India, e incluso Gandhi, que sería asesinado poco después por un radical hindú, bendijo la intervención. Mientras, lord Mountbatten, el último virrey británico, se lavaba las manos y dejaba la “solución” del conflicto a los dos nuevos países.
La situación se agravó en medio de gigantescos trasvases de población y violencias espantosas en toda la India, que se calcula que provocaron más de 300.000 muertos y todo tipo de brutalidades, especialmente contra las mujeres jóvenes.
Tras un año y medio de guerra, en 1949 un acuerdo diplomático puso fin temporalmente a la violencia, dividiendo el territorio entre la India y Pakistán, con una línea de alto el fuego supervisada por la ONU. Sin embargo, esta primera colisión marcó para siempre las relaciones de India y Pakistán. India considera que el acuerdo de 1949 autentifica su dominio de Cachemira y Pakistán nunca reconoció ese statu quo.
Las guerras de 1965 y 1971
El conflicto volvió a reavivarse en 1965. India había olvidado paulatinamente su compromiso de dotar de autonomía a la región de Cachemira, e inició un proceso de asimilación. Esto propició otra revuelta nacionalista y el estallido de una guerra en 1965 que se saldó con una derrota de Pakistán. Seis años después estalló una nueva guerra, que se libró en el marco de un realineamiento de las alianzas entre Estados Unidos y China, que armaron profusamente a Pakistán, frente a la India, considerada un satélite de la URSS.

Soldados pakistaníes durante un bombardeo indio de la zona de Jessore en el Pakistán Oriental, 2 de diciembre de 1971 (AP Photo, File)
Los pakistaníes atacaron el oeste de la India y bombardearon aeropuertos y otras infraestructuras, pero los indios respondieron con sus efectivos superiores. Indira Gandhi desoyó los consejos de sus asesores militares de invadir Pakistán, lo que hubiera provocado una escalada imprevisible. No obstante, India ayudó a independizarse a Pakistán Oriental, que desde 1947 permanecía unida a Pakistán, y que ahora tomó el nombre de Bangladés. Desde 1972 se estableció la Línea de Control (LOC) entre las dos regiones controladas por Pakistán y la India y que, de facto, es la frontera noreste de los dos países.
Cachemira quedó desde entonces dividido entre tres administraciones: el estado de Jammu y Cachemira, perteneciente a la India; Azad Kahsmir, territorio de Pakistán, y Aksái Chin, controlado por China, que tomó el control de esta zona tras derrotar a India en una guerra en 1962.
En 1974, India realizó su primera prueba nuclear, iniciando una carrera por disponer de armas atómicas. Posee en la actualidad 180 cabezas nucleares, frente a las 170 de Pakistán. Los riesgos medioambientales y humanos de una guerra nuclear en una de las regiones más pobladas del planeta son incalculables. La revista Nature Food estima que una guerra nuclear en la zona causaría la muerte de mil millones de personas por daños directos o indirectos, como hambrunas o enfermedades.
Guerras secretas e inestabilidad regional
El nombre de Pakistán procede del acrónimo “Pakstan”, formado a partir de sus cinco componentes: Punjab, Afgania –las provincias del noroeste–, Kashmir (Cachemira), Sind y Baluchistán. Pakistán considera Cachemira es un territorio en disputa y pide la intermediación de la ONU y que se escuche la voluntad del pueblo cachemir. Las Fuerzas Armadas pakistaníes y sus servicios de inteligencia (Inter-Services Intelligence, ISI) tienen una influencia cada vez más notable en el país y en Cachemira. El general Asim Munir, jefe del Estado Mayor del Ejército y uno de los hombres fuertes de Pakistán, es su mayor exponente actual.

Syed Asim Munir, jefe del Estado Mayor del Ejército de Pakistán desde 2022
El ISI organizó, junto a la CIA, Arabia Saudí y sus aliados, el programa de entrenamiento de la resistencia afgana contra la URSS en Afganistán (país sobre el que Pakistán nunca ha ocultado sus proyectos de expansión). Este programa acabó siendo el germen del movimiento yihadista global. En 1989 comenzó a patrocinar el terrorismo en Cachemira mediante su apoyo a grupos separatistas que tienen conexiones con el yihadismo internacional y bases en Pakistán: Lashkar-e-Taiba (LeT), o Jaish-e-Mohammed (JeM). Se cree que los atentados de abril de 2025 son obra suya.
La violencia sectaria acabó conduciendo a un nuevo encontronazo entre India y Pakistán. En 1999, en la guerra de Kargil, tropas pakistaníes y militantes musulmanes cruzaron la línea de control. La rápida derrota de Pakistán precipitó el golpe de Estado del general Pervez Musharraf.

El general Pervez Musharraf protagonizó un golpe de Estado en 1999 en Pakistán y controló el país hasta 2008
El contexto internacional creado por los ataques del 11-S y la guerra de Afganistán condujeron a los dos países a un acercamiento auspiciado por Estados Unidos, el llamado Diálogo Omnicomprensivo de 2003, que incluía una colaboración en la “guerra contra el terrorismo” de Washington, compromisos sobre el arma nuclear y relaciones comerciales. Pero en 2008 el proceso se vino abajo tras los sangrientos atentados de Bombay, en los que murieron 173 personas y 327 resultaron heridas. India y Estados Unidos acusaron a Pakistán de estar tras los ataques.
Modi y el hinduismo como fuerza nacionalista
La India ha evolucionado en las dos últimas décadas a políticas hinduistas radicales e islamófobas bajo el liderazgo del primer ministro Narendra Modi y su Partido Bharatiya Janata (Partido Popular Indio, BJP). El BJP gobernó en India en 1998-1999 y, tras un paréntesis de cinco años, ocupó otra vez el poder en 2014. La ideología del BJP es la hindutwá (la “hinduidad”), que basa la identidad nacional en el hinduismo y cuestiona el carácter laico del Estado, preconizado por el partido rival, el liberal Congreso Nacional Indio. Modi es muy admirado por la extrema derecha europea.
Modi considera Cachemira parte inalienable de India y el conflicto en la región como un asunto interno. Su posesión garantiza la seguridad de su frontera noroeste y el control a los recursos hídricos de los glaciares del Himalaya, vitales para la agricultura india y pakistaní. El Indo nace en el Tíbet y atraviesa Cachemira. Su caudal sostiene la mayor superficie de regadío del mundo. El Tratado de Aguas del Indo de 1960, auspiciado por el Banco Mundial, regula el reparto de las aguas del Indo y sus afluentes entre los dos países. La construcción de presas en el lado indio de estos ríos siempre ha preocupado a Pakistán. En 2023 se descubrieron en Jammu y Cachemira importantes yacimientos de litio, vital para la fabricación de baterías y dispositivos electrónicos.

Residente del valle de Neelum, en el Azad Kashmir pakistaní, retirando cascotes tras un ataque indio el 10 de mayo de 2025
En 2014, Modi canceló las conversaciones con Pakistán sobre Cachemira a causa de los contactos de Islamabad con líderes separatistas musulmanes. En septiembre de ese año, terroristas del JeM atacaron una base del ejército indio cerca de la LOC, matando a 18 soldados. Los indios respondieron lanzando ataques aéreos sobre campamentos del JeM en el lado pakistaní de Cachemira. Entre 2016 y 2018 aumentaron los enfrentamientos y los desplazamientos de miles de personas a ambos lados de la LOC.
En agosto de 2019, India decidió revocar la autonomía de Jammu y Cachemira, reflejada en la Constitución. Pakistán acusó a Modi de programar una integración de Cachemira en la India. Las fuerzas de seguridad indias aumentaron la represión, deteniendo a miles de personas y acosando a los medios de comunicación independientes que denunciaron abusos, violaciones y masacres. En 2023 hubo nuevos enfrentamientos entre fuerzas indias y pakistaníes.

El ministro de Exteriores indio en la presentación de la Operación Sindoor. Nueva Delhi, 7 de mayo de 2025
Los ataques de finales de abril de 2025 han conducido al momento más bajo de las relaciones entre India y Pakistán de los últimos años. India suspendió el Tratado de las Aguas del Indo. En la Operación Sindoor desplegada por India, misiles alcanzaron zonas densamente pobladas pakistaníes, es decir, fuera del territorio de Cachemira. La noche del 9 al 10 de mayo se anunció un alto el fuego, auspiciado por la diplomacia internacional.
Pero, a pesar de este respiro, Cachemira continuará siendo un foco de extrema tensión, con sus derivaciones en las zonas tribales de un Pakistán en crisis permanente, el control de los talibanes en Afganistán, el espacio postsoviético, el fortalecimiento de las relaciones de Pakistán con China y el de la cooperación estratégica de la India de Modi con Estados Unidos.