Jazz contra la pena capital en EE.UU.

Historias del mundo

El 31 de mayo saldrá el segundo disco de Keith LaMar hecho desde el corredor de la muerte

ALBERT MARQUÈS
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Albert Marquès es un músico catalán, compositor, profesor y activista por los derechos humanos. Con su música confía en cambiar el mundo, o al menos, el sistema penitenciario estadounidense. En el 2020 se adentró en un proyecto del cual todavía forma parte, Freedom First. En plena pandemia conoció la historia de un preso condenado a muerte con quien acabaría compartiendo una vida y una causa. Este preso es Keith LaMar. Fue condenado por homicidio a los 19 años y más tarde, en 1993, fue acusado de asesinato y planificación de un motín en la prisión de alta seguridad de Ohio. Por las acusaciones de liderazgo del motín, que el recluso siempre ha negado, se le condenó a la pena capital en un juicio marcado por la controversia y la falta de garantías. En una lucha contra la injusticia y la voluntad de mantener la cordura, Keith decidió formarse, leer, escribir poesía y buscar el consuelo en el jazz, hasta convertirse en un activista y un intelectual.

En el año 2023, Albert, junto con Keith LaMar y otros músicos, publicó el primer álbum de la historia grabado desde el corredor de la muerte e inició una colaboración bajo el nombre de Freedom First. La primera fecha de la ejecución era el 16 de noviembre del 2023 y, gracias a Albert Marquès y a la iniciativa, se ha podido aplazar hasta el 13 de enero del 2027. El 31 de mayo lanzarán el segundo álbum, Live from the death row, que se grabó en septiembre del 2023. El disco recoge y salvaguarda la voz y la poesía combativa y reflexiva de LaMar, las composiciones de Marquès y la energía de un público conmovido por la causa e implicado en la lucha contra la pena de muerte en Estados Unidos. Según ha explicado Marquès, el objetivo del segundo disco es “conseguir el apoyo de la gente corriente. Lo único que sacará a Keith de la prisión será la presión popular, y no lo digo yo, lo dice su abogado”. Keith ha explicado a La Vanguardia qué ha significado para él la colaboración. “ Freedom First no ha sido nada más que la confirmación de que cuando crees en ti mismo y en los otros seres humanos, todo es posible”.

La pena de muerte es legal en 27 estados de EE.UU. y este año se ha recuperado la ejecución por fusilamiento y gas nitrógeno

El álbum empieza con el himno por los derechos civiles I woke up this morning , una pieza de góspel compuesta originalmente por el reverendo Robert Wesby. En el disco se incluye el inicio de la llamada al centro penitenciario donde se encuentra Keith. Se escucha a Albert: “¿ Keith, can you hear me ? ”, seguido de una breve respuesta, “I can hear you”, que hace estallar la emoción del público. El disco incluye composiciones que apelan al poder de la justicia, la música y la resistencia colectiva.

La cuestión sobre la pena de muerte en Estados Unidos ha cogido más fuerza con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Este enero, la Administración hizo un comunicado en que reafirmaba su amplio apoyo a la pena capital, legal en 27 de los 50 estados de EE.UU. Según un informe de Amnistía Internacional, en el 2024 se produjeron 26 condenas y 25 ejecuciones. Además, han reaparecido antiguos métodos de ejecución, como el fusilamiento, y algunos estados han valorado alternativas como el uso de gas nitrógeno.

Abe Bonowitz, miembro destacado de la organización Death Penalty Action, explicó a La Vanguardia que el sistema penitenciario estadounidense no busca la reinserción, sino el castigo. La privatización de los centros penitenciarios en EE.UU. provoca que se prioricen otras cuestiones antes que la reinserción. También alertó sobre la vulneración de los derechos humanos que supone la pena de muerte, además de condenas injustas y procesos penales cuestionables. El trabajador de Death Penalty Action también habló sobre la deshumanización de los prisioneros una vez condenados a muerte. “Esta situación está diseñada para chafarte, para alterarte de una manera, hasta el punto de que no tengas acceso a tu humanidad”, señala Keith. Por este motivo, la iniciativa de Freedom First busca crear empatía con el público. “No me he encontrado con nadie que después de un concierto con Keith te siga justificando su ejecución, nadie”, declaró Marquès. K eith ha estado más de 30 años en confinamiento solitario y ha encontrado en el jazz un refugio para evitar la desesperación. “Aunque estoy físicamente aprisionado, siento que mi mente y mi espíritu han podido romper las barreras. Es una de las razones por las cuales he podido interpretar esta música por todo el mundo. Hablar fuera de los muros que me contienen”.

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