El ultra Ventura es el nuevo jefe de la oposición en Portugal gracias al voto exterior

Elecciones legislativas

Los socialistas reconocen su derrota frente a la extrema derecha de Chega en el recuento del extranjero que supone la ruptura del empate a diputados entre ambos partidos registrado en el territorio portugués

Lisbon (Portugal), 18/05/2025.- Leader of the right Party Chega (Enough) Andre Ventura speaks to supporters on the evening of legislative elections 2025 at Party's campaign headquarters in Lisbon, Portugal, 18 May 2025. More than 10.8 million voters living in Portugal and abroad will be asked to vote in these early parliamentary elections and choose from among the 21 competing political forces the party they believe should form the next government and elect the 230 seats of the Assembly of the Republic for the next legislature. (Elecciones, Lisboa) EFE/EPA/TIAGO PETINGA

El líder de Chega, André Ventura, celebrando el ascenso electoral el pasado 18 en Lisboa 

TIAGO PETINGA / EFE

Hace 50 años, cuando se elaboró la vigente Constitución de Portugal, la izquierda recelaba del impacto electoral de lo que definía como la “enorme masa” de expatriados. Esos temores se materializaron ayer, en el recuento del voto exterior que permitió al ultra André Ventura, líder de Chega, romper el empate a diputados con el Partido Socialista (PS) registrado en territorio portugués y convertirse en el jefe de la oposición. Se quiebran así 50 años de bipartidismo del conservador PSD y el socialista PS.

Como Chega y PSD se repartieron a partes iguales los cuatro escaños reservados al exterior, los conservadores del primer ministro Luís Montenegro, reforzado pero aún en una débil posición, obtuvieron finalmente 91 diputados, once más que el año pasado. Los ultras de Ventura sacaron 60, con una subida de diez, y los socialistas, 58, con una bajada de 19. Aun así, a falta de recontar los votos de dos consulados, el PS superaba en el cómputo total a Chega en 4.000 votos. Pero al perder en diputados, dejó de ser la segunda fuerza política, como reconoció en Facebook su líder provisional, Carlos César.

La debacle del PS se completó al quedarse sin ningún diputado del exterior, todos para la derecha

El escrutinio de los más de 300.000 sobres de votación llegados desde el extranjero, realizado en la Feria Internacional de Lisboa durante el martes y la jornada de ayer, supone la réplica en la diáspora del terremoto de derechas registrado el 18 de mayo en territorio portugués. Entonces, el conjunto de conservadores, ultras y liberales superaron por primera vez el 60% de los votos y se hicieron con una todavía más impensable mayoría parlamentaria de más de dos tercios.

En el universo global de los 1,5 millones de expatriados mayores de edad con pasaporte portugués, de los que participó apenas una quinta parte, si bien con cerca de un 33% de votos nulos, hubo un nuevo sismo de derechas. El centroizquierda, hundido dentro de Portugal, quedó barrido en la diáspora. Por primera vez desde 1976, el Partido Socialista perdió al menos uno de esos cuatro escaños reservados a los residentes al extranjero que siempre había tenido.

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El efecto mayoritario del reparto con el método D’Hondt de los dos diputados que escogen los portugueses residentes en los otros países de Europa y los otros tantos para los del resto del mundo perjudicó a los socialistas. La paradoja reside en que esa división en dos circunscripciones se efectuó hace 50 años para contener a la “enorme masa” que se preveía conservadora de América y de África.

Como sucedió dentro de Portugal al sur de Lisboa, donde Chega se impuso en antiguos feudos comunistas y socialistas, estos fueron aplastados por los ultras en sus viejos bastiones de Francia, Luxemburgo y Suiza. En este último país, el tercero con más censo tras Francia y Brasil, el partido de Ventura obtuvo el 45,7 % de los votos, según la peculiar forma portuguesa de calcular los porcentajes, incluyendo los nulos, que en el exterior alcanzan un nivel escandaloso. Si el porcentaje se calcula a la española sobre el voto válido, ese 45,7% se convierte en un 60%.

Aunque quedó igualado a escaños con los conservadores, Chega se impuso de nuevo en la diáspora

En España, sin embargo, ganaron los conservadores, con los socialistas de segundos y los ultras de terceros. A falta de dos consulados y con los diputados ya decididos, Chega se imponía en el conjunto de la diáspora con el 26,4%, de los votos, según el cómputo portugués, frente al 19,9% del año pasado. Los conservadores pasaban del 16,1% al 15,8% y los socialistas bajaban del 15,8% al 13,5%.

El exultante y siempre muy hábil en términos mediáticos André Ventura organizó anoche en Lisboa el seguimiento del recuento del exterior en un hotel como si fuese una noche electoral más, algo que no se acostumbra a hacer en Portugal. Empieza a intentar extraer petróleo –en términos de visibilidad– de su privilegiada posición en un Parlamento en el que entró, con un solo escaño, en el 2019. Ha anunciado que nombrará un gobierno en la sombra y amaga con tener una posición constructiva, si bien parece difícil que abandone su estilo incendiario.

Aunque no existe una definición legal de jefe de la oposición, la práctica institucional de la democracia portuguesa consiste en que sea consultado por el primer ministro en las grandes cuestiones de Estado, como los nombramientos en los órganos de control y en política internacional. Para intentar contrarrestar el papel que puede tener Ventura, el previsible nuevo líder socialista, José Luís Carneiro, se ha ofrecido al primer ministro para alcanzar amplios consensos. Es la nueva etapa del Portugal muy escorado hacia la derecha.

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