La piscina municipal de Porrentruy, una localidad suiza del cantón del Jura, se ha convertido en una estructura básica de la localidad en este verano tórrido en Europa. Pero no todo el mundo tiene acceso a ella. Ya no. El propietario de la instalación decidió establecer un control de identidad en el acceso a la misma, para vetar la entrada a extranjeros, lo que le ha valido las críticas de grupos antirracistas y de la política.
A lo largo del verano, la instalación había sufrido problemas, explica el holandés Telegraaf. Varios grupos de jóvenes, de nacionalidad francesa —el pueblo dista 10 kilómetros de Francia— no se comportaban debidamente. No en cuestiones de decoro en la vestimenta, pero rompían regularmente las normas de la piscina. Llevaban ropa interior bajo el bañador, pero, sobre todo, molestaban a otras jóvenes con silbidos, comentarios y, finalmente, “manoseos”.
Cuando el personal de la piscina les llamaba la atención, les respondían con comentarios hirientes, que al menos en una ocasión escalaron a una pelea a golpes. En consecuencia, 20 jóvenes franceses fueron expulsados del recinto con prohibición de entrada. La medida no fue suficiente, añade Teelgraaf, por lo que se optó por el control de identidad en el acceso.
¿Problemas solucionado?
A raíz de la medida, la propiedad afirma que la mayoría de los problemas se han solucionado. Solo se permite la entrada a ciudadanos suizos y personas con permiso de residencia o de trabajo en Suiza. Pese a las críticas recibidas por la medida, el alcalde de Porrentruy, Philippe Eggertswyler, niega que exista discriminación. “Las organizaciones antirracistas hacen su trabajo, y nosotros el nuestro”, dice, mientras que asegura que “las piscinas francesas tienen los mismos problemas”.
Y añade que, como Francia soluciona el problema cerrando instalaciones, los bañistas cruzan la frontera y llegan a poblaciones como Porrentry. El gobierno provincial, afirma el diario suizo Blick, exige que la piscina vuelva a abrir sus puertas a todos lo antes posible. “No queremos discriminación”, sentencian.