Irlanda comienza la exhumación de 800 cadáveres de bebés hallados en una casa de religiosas

En una fosa séptica

Los infantes murieron en un hogar materno-infantil de las Hermanas del Buen Socorro entre 1925 y 1961

Una investigación estatal cifró en 2021 en 9.000 los bebés muertos en 14 hogares de acogida entre 1922 y 1998

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Imagen de 2014 del entorno en el que se hallaron los casi 800 cadáveres de bebés. 

AP

Irlanda se abre de nuevo al tenebroso pasado de las muertes de menores en hogares de acogida católicos. Este lunes ha comenzado la exhumación de los 796 cadáveres de bebés — todos muertos entre 1925 y 1961— hallado en una fosa séptica de un terreno perteneciente a las Hermanas del Buen Socorro. Se cree que religiosas de esta orden, ya fallecidas, ocultaron a casi ocho centenares de bebés sin identificar en el hogar materno-infantil de St. Mary, ubicado en Tuam, en el condado de Galway.

El hallazgo se produjo hace una década, y la excavación, que se extenderá por un terreno de 5.000 metros cuadrados, podría durar hasta dos años. El hogar infantil acogía a madres e hijos nacidos fuera del matrimonio. En Irlanda existen numerosos precedentes de muertes o adopciones ilegales encubiertas o ejecutadas por religiosas católicas, en un escándalo que alcanzó dimensiones internacionales.

La identificación de los cadáveres, algunos enterrados hace un siglo, será compleja. La institución fue demolida en 1961, y solo el trabajo de la historiadora local Catherine Corless —recuerda The Guardian— permitió hallar los certificados de defunción de los bebés. “Estoy muy, muy aliviada de saber que por fin está ocurriendo”, dijo Corless. “Ha sido un camino muy largo. Es un poco abrumador. Llevo tanto tiempo esperando. Es una alegría para mí y para las familias que mantienen la esperanza de encontrar a su pequeño familiar”.

Una investigación estatal de 2021 concluyó que tanto el Estado como la Iglesia Católica conocían estos hechos y los cohonestaron

El equipo de trabajo está formado por 18 personas, con expertos forenses de diversos países: Irlanda, por supuesto, pero también Reino Unido, Australia, Colombia y España. El objetivo es poder identificar a los pequeños, comunicarlo a sus familias y darles un entierro digno. El hecho de ser sepultados en una fosa séptica, más el paso del tiempo, ha diseminado los cadáveres y destruido parte de los cuerpos. Una treintena de familiares de los niños fallecidos han proporcionado muestras de ADN.

La primera noticia que se tuvo de esta fosa común fue en 1975, cuando dos chicos se toparon con huesos humanos en el tanque séptico abandonado. Hasta que Corles, cuatro décadas después, no profundizó en el caso el hallazgo quedó en segundo plano: “No había registro de entierro, ni cementerio, ni estatua, ni cruz, absolutamente nada”, dijo la historiadora, que califica su empeño en dar nombre y dignidad a los pequeños muertos de “lucha feroz”.

Después del hallazgo, en 2014, Irlanda estableció una comisión de investigación sobre estos hogares religiosos que, pretendidamente, protegían a madres solteras y a sus hijos. Entre 2015 y 2021 estudió la labor de 14 instituciones de este tipo entre 1922 y 1998. De las casi 9.000 hijos de las casi 57.000 mujeres que fueron acogidas murieron y fueron enterrados sin identificar, con una tasa de mortalidad infantil que cuadruplicaba la media nacional. El informe concluyó que tanto el Estado como la Iglesia Católica conocían estos hechos y los cohonestaron.

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