Ucrania ha endurecido las restricciones sobre dos agencias anticorrupción, reduciendo su autonomía. Las reformas, cuya ley apoyó el martes el presidente del país, provocaron las primeras protestas contra Volodímir Zelenski desde el inicio de la guerra contra Rusia, hace casi tres años y medio.
Miles de personas se manifestaron contra estas medidas en varias ciudades ucranianas, como Lviv, Odesa y Dnipró. Cientos de descontentos se concentraron el martes por la noche cerca del edificio de la Administración Presidencial, en el centro de Kyiv, la capital ucraniana, para denunciar la deriva autoritaria que a su juicio supone la ley y pedirle a Zelenski que la vetara.

Los manifestantes corean consignas mientras sostienen pancartas durante una protesta contra una ley que ataca a las instituciones anticorrupción
Los críticos con esta decisión consideran que el presidente trata de quitar poder a las únicas agencias de investigación que no controla y que pueden actuar contra las prácticas irregulares que se puedan producir al más alto nivel.
Entre los manifestantes se encontraba el alcalde de Kyiv, Vitali Klichkó, quien previamente había criticado el proyecto de ley. Este acusó a los autores de la iniciativa de “creer en la impunidad de su arbitrariedad” y de “arrastrar a Ucrania al autoritarismo”.
Después de que la ley fuera aprobada el martes en la Rada (el parlamento unicameral ucraniano), a propuesta del partido de Zelenski, la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) y la Fiscalía Especial Anticorrupción (SAP) se vuelven dependientes de las decisiones del fiscal general, nombrado por el presidente del país.
Según la nueva norma, el fiscal general tiene acceso a todos los procedimientos de NABU, puede dar instrucciones de obligado cumplimiento a los investigadores, a cambiar la investigación de los casos y a cerrar el procedimiento si hay una petición por parte de la defensa.
La NABU y la SAP se crearon en 2015, un año después de la revolución prooccidental del Maidán. La primera tiene un estatuto especial y su misión es identificar, investigar y revelar delitos de corrupción. La SAP, que era una división de la Fiscalía General con autonomía, presenta los casos que la NABU prepara ante los tribunales.

Los manifestantes corean consignas mientras sostienen pancartas durante una protesta contra una ley que ataca a las instituciones anticorrupción
Representantes de ambas agencias dijeron que la nueva ley “en realidad destruye su independencia”. Semén Kryvonos, jefe de la NABU había pedido a Zelenski que no firmara la ley, que describió como un intento de “destruir” la infraestructura anticorrupción de Ucrania.
La lucha contra la corrupción se ve como una condición fundamental para borrar el legado del dominio ruso, un sentimiento que se repitió en las protestas de Kyiv.
Pero el presidente ucraniano defendió en el último de sus mensajes diarios a la nación, el martes por la noche, tanto la nueva ley como las redadas que el lunes efectuó su servicio secreto contra la NABU. “La infraestructura anticorrupción funcionará, pero sin influencia rusa”, dijo Zelenski en su discurso, publicado después de la medianoche
El presidente se refería así a la justificación que dio el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) a las redadas, en las que detuvo a dos altos cargos de la agencia anticorrupción y los acusó de supuesta colaboración con Rusia.
“Por supuesto, la NABU y la SAP funcionarán. Y es importante que el fiscal general tenga la determinación de garantizar que en Ucrania sea inevitable el castigo para aquellos que van contra la ley”, añadió Zelenski, que lamentó la supuesta apatía de las agencias de investigación a la hora de actuar en algunos casos.
“Durante años, funcionarios que han huido de Ucrania han estado viviendo en el extranjero por alguna razón, en muy buenos países y sin consecuencias legales, y esto no es normal”, agregó en referencia a los fugitivos ucranianos que han encontrado refugio en otros países, sobre todo de Europa.
Antes del discurso de Zelenski, el jefe del SBU, Vasil Maliuk, se reunió con los embajadores en Kyiv de los países del G7 para explicarles los motivos de las redadas.
Los representantes diplomáticos de estos países fueron los primeros en expresar su preocupación por la operación del SBU contra la NABU.
La aprobación de la nueva legislación suscitó también preocupación en la Unión Europea, cuyos países han estado apoyando política y militarmente a Ucrania en su defensa ante la ofensiva rusa.
La comisaria para la Ampliación de la UE, la eslovena Marta Kos, escribió en la red social X que estaba “seriamente preocupada” por la votación en la Rada. “El desmantelamiento de salvaguardas claves que protegen al independencia de la NABU es un serio paso atrás”, aseguró, y avisó de que el estado de derecho está “en el mismo dentro” de las conversaciones de adhesión de Ucrania a la UE.