El primer ministro de Polonia, el liberal Donald Tusk, remodeló este miércoles su Gobierno de coalición, tal como había anunciado a mediados de junio, dentro de su objetivo de recobrar fortaleza política tras la derrota de su candidato, Rafal Trzaskowski, en las elecciones presidenciales celebradas el día 1 de ese mismo mes. La victoria del candidato de la oposición, el ultranacionalista conservador Karol Nawrocki, avivó las tensiones ya existentes en el seno de su variopinta coalición, que va del centroderecha a la izquierda, y el debilitado líder pronuncia así un llamamiento al orden, a cerrar filas y a recoser disensos.
La reestructuración busca también un nuevo impulso, ante la caída de los índices de aprobación. Según el sondeo más reciente, elaborado este julio por el instituto demoscópico CBOS, solo el 32% de los polacos declara apoyar a Tusk, mientras que un 48% le rechaza, y esto es un punto más de rechazo que en el mes anterior.
Donald Tusk presentó en Varsovia un gabinete que recorta el número de ministerios (eran 26 y pasan a ser 21), presenta algunas caras nuevas y potencia algunos nombres de peso de la coalición. Así, el ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski, será además viceprimer ministro; y el ministro de Finanzas, Andrzej Domanski, asume también la cartera de Economía.
Nace el Ministerio de Energía al unificar Medio Ambiente e Industria, con Milosz Motyka al frente. El juez Waldemar Zurek sustituye a Adam Bodnar como ministro de Justicia, mientras que el actual ministro del Interior, Tomasz Siemoniak, pasa a coordinar los servicios secretos, y su vacante es ocupada por Marcin Kierwinski.
Dos nombres clave
El ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski, será además viceprimer ministro, y el titular de Finanzas, Andrzej Domanski, asumirá también la cartera de Economía
“Hay momentos en la historia de cada país en los que, tras los acontecimientos que sacuden el panorama político, hay que recomponerse, mantenerse firme, contener las emociones y volver al trabajo con energía y confianza en las propias fuerzas; esto suele implicar cambios necesarios, incluidos cambios de personal”, argumentó el jefe del Gobierno en la comparecencia ante la prensa, rodeado de los miembros del nuevo gabinete. Los ministros prestarán juramento el jueves, y el primer Consejo de Ministros con la nueva composición se celebrará el viernes.
El Gobierno está formado por tres grupos: Coalición Cívica (KO), la coalición encabezada por el partido de Tusk, Plataforma Cívica (PO); Tercera Vía –grupo formado por el democristiano Polonia 2050 y del Partido del Pueblo Polaco (PSL), heredero del antiguo partido campesino-; y la izquierdista Lewica. La mayor presión sobre Tusk para hacer cambios vino del líder de Polonia 2050, Szymon Holownia, que preside el Sejm (Cámara Baja del Parlamento).

El ultranacionalista Karol Nawrocki, en la noche de las elecciones presidenciales el 1 de junio, en que resultó vencedor por estrecho margen
Para Tusk y sus socios vienen tiempos revueltos. El próximo 6 de agosto, Nawrocki tomará posesión como jefe del Estado relevando a su correligionario Andrzej Duda, que ha ejercido durante dos quinquenios. En Polonia, el presidente tiene un rol de representación y cierta influencia en la política exterior y de defensa, pero su poder clave reside en el derecho de veto legislativo, que puede utilizar para obstruir la labor de un primer ministro de otra corriente ideológica.
Eso ha hecho Duda de modo sistemático desde que Tusk llegó al poder en diciembre del 2023 tras vencer en las elecciones generales de ese mismo año al partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), que llevaba ocho años gobernando. Andrzej Duda, afín al PiS, ha vetado varias leyes en el último año y medio.

Polish Prime Minister Donald Tusk speaks during a press conference announcing changes in his government as his cabinet members stand near him, in Warsaw, Poland, July 23, 2025. REUTERS/Kuba Stezycki
Los analistas apuntan a que Karol Nawrocki, simpatizante del presidente estadounidense Donald Trump, y considerado un personaje más duro en sus convicciones ultraconservadoras que el saliente Duda, intentará sabotear la labor del Gobierno europeísta de Trump y fortalecer al PiS, partido que le apoyó en la carrera presidencial, a la que concurrió técnicamente como candidato independiente.
El pasado 11 de junio el Gobierno superó una moción de confianza parlamentaria planteada por el propio Tusk tras la derrota electoral en las presidenciales, y ese mismo día anunció que habría una remodelación de gabinete y también su intención de reintroducir controles temporales en la frontera con Alemania para frenar la inmigración irregular, en respuesta al endurecimiento de los controles germanos por su canciller, Friedrich Merz.
La medida se materializó el 7 de julio, con una duración prevista, en principio, de 30 días. El partido Ley y Justicia (PiS) y la formación de extrema derecha Confederación llevaban semanas atizando el debate migratorio y acusando a Donald Tusk de achantarse ante Alemania.