La región del Sahel, una franja semidesértica de 6.000km que atraviesa África desde el Atlántico hasta el mar Rojo, ha pasado de ser un histórico puente de culturas a convertirse en el principal foco de violencia yihadista del planeta. Ignorada habitualmente por el foco internacional, hoy concentra más de la mitad de las muertes por terrorismo a nivel global.
Este territorio, que históricamente albergó imperios legendarios y una rica vida comercial y cultural, sufre las secuelas de la colonización y décadas de inestabilidad. En la última década, el avance de grupos yihadistas —como los afiliados a Al-Qaeda y al Estado Islámico— ha empujado a millones al exilio, erosionando la autoridad de los gobiernos locales y colapsando la seguridad regional. Los golpes de Estado, la retirada de fuerzas europeas y la llegada de mercenarios y alianzas extranjeras, en particular de Rusia, han transformado el Sahel en un tablero geoestratégico con alto riesgo para Europa.
En este vídeo reportaje, que pueden ver sobre estas líneas, analizamos las graves consecuencias de la inestabilidad en el Sahel, un fenómeno que ya trasciende las fronteras africanas. Una de las más visibles es el aumento de los desplazamientos forzados, con miles de personas cruzando los principales corredores migratorios rumbo a Europa. La presencia de grupos armados y redes criminales en estas rutas ha intensificado los temores en el viejo continente respecto a posibles riesgos de seguridad. Sin embargo, el corresponsal en África de La Vanguardia, Xavier Aldekoa, advierte sobre el peligro de estigmatizar a quienes huyen de la región: “Las estadísticas demuestran que la presencia de terroristas entre los migrantes es inexistente o, en todo caso, extremadamente minoritaria”.
La realidad muestra que la población local de la región paga el precio más alto, enfrentándose cada día a la violencia, al desplazamiento y al deterioro de sus condiciones de vida. La estabilización del Sahel se presenta así como una cuestión clave no solo para el futuro del continente africano, sino para la propia seguridad y estabilidad de Europa.