El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ha pronunciado sobre el revuelo que causó la reforma exprés de la Constitución para permitir la reelección presidencial indefinida, aprobada el jueves por la Asamblea Legislativa. Según el dirigente, la medida no significa “el fin de la democracia”.
“El 90 % de los países desarrollados permiten la reelección ilimitada de su jefe de gobierno y a nadie le sorprende. Pero cuando un país pequeño y pobre, como El Salvador, quiere hacer lo mismo, se dice que es el fin de la democracia”, ha publicado el presidente en X, respondiendo a las críticas contra la reforma constitucional.
Organizaciones de derechos humanos y opositores salvadoreños denuncian “un golpe a la democracia”
El Parlamento de El Salvador, ampliamente dominado por los partidarios de Bukele, aprobó el jueves una reforma constitucional que elimina el límite de mandatos presidenciales y permite postularse indefinidamente.
La reforma también prevé la supresión de la segunda vuelta electoral y la extensión del mandato presidencial de cinco a seis años. Según el texto aprobado, el mandato actual de Bukele terminará dos años antes de lo previsto, en 2027 en lugar de 2029, y entonces podrá volver a postularse “sin restricciones”.
Según Bukele, “El problema es que un país pobre se atreva a actuar como un país soberano, No se supone que hagas lo que ellos hacen. Se supone que hagas lo que te dicen. Y se espera que te mantengas en tu lugar”, ha añadido el presidente en el comunicado.
La medida se ha enfrentado a diversas críticas en redes sociales, además de una fuerte oposición interna. “La democracia ha muerto en El Salvador, se quitaron la máscara”, ha declarado la diputada opositora Marcela Villatoro tras la aprobación de la reforma.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele
También denunciaron la reforma algunas organizaciones de derechos humanos, calificando la medida como “el golpe final a la democracia en El Salvador” y denunciando una “escalada represiva” en el país, según la organización Cristosal.