El Donbass, el corazón minero de Ucrania que Putin desea

Guerra en Europa

Cuando la ofensiva sobre Kyiv fracasó, Rusia declaró oficialmente que su objetivo era “liberar el Donbass”

Locals look at a residential house destroyed by a Russian air strike in Kramatorsk, Ukraine, on Thursday, July 31, 2025. (AP Photo/Yevhen Titov)

Residentes de Kramatorsk, ante un edificio bombardeado

Yevhen Titov / Ap-LaPresse

De las negociaciones impulsadas por Donald Trump, una de las joyas de la corona que el Kremlin quiere conseguir de Ucrania es el Donbass en su totalidad. Pero, ¿por qué es tan importante esta región minera para Rusia?

En rigor, históricamente la cuenca del Donbass (literalmente, acrónimo de “cuenca del río Donetsk”) incluye también parte del sur de Rusia y parte de la provincia ucraniana de Dniepropetrovsk, en una de cuyas ciudades, Krivói Rog, nació el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Pero hoy se acepta que el Donbass está formado por las provincias de Luhansk y Donetsk.

Ceder esta región significaría para Ucrania renunciara su principal línea defensiva

La región apenas estaba poblada hasta mediados del siglo XIX. Pero sus yacimientos de carbón lo convirtieron en el centro más importante de la industrialización del Imperio Ruso. Desde entonces, la población comenzó a crecer. La llegada de muchos campesinos de regiones propiamente rusas y el hecho de que se suprimiera el uso público del ucraniano hicieron que el idioma de Pushkin y Tolstói fuera el más hablado. En la época soviética, otras migraciones aumentaron el componente ruso.

Esa importancia económica también sigue siendo relevante en la actualidad. Las tropas de Moscú controlan casi el 100 % de Luhansk, pero menos del 60 % de Donetsk. Congelar la línea del frente tal y como está sería renunciar a un buen trozo de pastel, ya que la industria de toda la región está interconectada. En Pokrovsk, bastión que las tropas rusas intentan tomar desde hace un año, el carbón de coque es necesario para las metalúrgicas locales. Antaño, la mina Krasnoarméiskaya-Západanya era una de las más rentables de Ucrania. En Kramatorsk, una planta de maquinaria producía máquinas para la extracción de carbón y equipos para las metalúrgicas. Y así sucesivamente. “Dejen a la economía del Donbass respirar a pleno pulmón y pronto se convertirá en una región autosuficiente y en una región líder, centro de bienestar económico de Rusia”, dijo en el 2022 el diputado ruso Andréi Kozenko.

La economía del Donbass no es fundamental para Rusia. Pero sí lo es para Ucrania. En el 2013 era la región que, después de Kyiv, más PIB aportaba a Ucrania, un 16 %. Entre otras fuentes de riqueza, había alrededor de 80 empresas metalúrgicas, varias grandes industrias de construcción de maquinaria para la industria minera y varias petroquímicas. Lograr la independencia económica tras el conflicto será más difícil para Ucrania sin el Donbass.

Simbólicamente, la región forma parte de la justificación rusa para intervenir militarmente en el país vecino: defender a la población rusohablante de una supuesta agresión de Kyiv.

En el 2014, tras una sublevación armada los independentistas prorrusos de Donetsk y Luhansk autoproclamaron dos “repúblicas populares”. Comenzó entonces una guerra regional que se logró congelar un año después con los acuerdos de Minsk, pero con un alto el fuego muy frágil que se incumplía de forma regular. El 21 de febrero del 2022, tres días antes de que Putin enviase al ejército ruso a Ucrania y comenzase la guerra abierta entre los dos países vecinos, Rusia reconoció como países independientes esos territorios y dijo que le habían pedido ayuda.

Cuando a finales de marzo el avance ruso hacia Kyiv fracasó y las tropas rusas tuvieron que retirarse, Moscú declaró que el verdadero objetivo de lo que aún llama “operación militar especial” era la “liberación del Donbass”.

El Donbass, y especialmente el oeste de la provincia de Donetsk, tiene además una gran importancia defensiva. Ucrania ha creado un fortín de 50 kilómetros que incluye pueblos, posiciones defensivas y un puñado de “ciudades fortaleza”, como Kramatorsk, Sloviansk y Kostiantinivka. El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) ha calculado que, si se mantuviese la tendencia actual, a Rusia le costaría “probablemente varios años” atravesar esta resistencia.

La cesión de todo el territorio de la provincia de Donetsk dejaría a Moscú en situación ventajosa en caso de que se reanudasen los combates y obligaría a Kyiv a construir nuevas líneas defensivas. Sería un gran éxito diplomático para Putin, porque habría obtenido un territorio que sobre el terreno no ha logrado controlar.

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