“Si la gente no despierta, Israel será una dictadura teocrática”

Entrevista

La historiadora israelí Irit Keynan habla de Bandera Negra en la Academia, grupo que busca movilizar a las universidades hebreas contra la guerra en Gaza

Irit Keynan, académica Israelí. Entrevista a Irit Keynan es la Decana de la Facultad de Educación en el College of Management Academic Studies, ubicado en Rishon LeTzion, Israel.

La académica israelí Irit Keynan, el pasado 18 de agosto en Barcelona

Ana Jiménez

En 1956, policías israelíes mataron a tiros a 49 palestinos por infringir un toque de queda recién decretado en la ciudad de Kfar Qassim. Cuando el caso llegó al Tribunal Supremo hebreo, los agentes alegaron que se habían limitado a obedecer a sus superiores, pero los magistrados replicaron que las órdenes sobre las que sobrevolaba “una bandera negra de ilegalidad” no debían ser acatadas. Aquella sentencia ha inspirado numerosos grupos de protesta en Israel a lo largo de los años. El último, Bandera Negra en la Academia, que busca movilizar a las universidades del país contra la guerra en Gaza. La historiadora Irit Keynan, del Kibbutzim College de Tel Aviv, es una de sus integrantes. Hija de un superviviente del Holocausto y especialista en memoria colectiva, Keynan atiende a La Vanguardia aprovechando una estancia en Barcelona.

¿Cuándo y por qué se creó Bandera Negra en la Academia?

Se creó hace unos seis meses. Nuestro primer objetivo era hacer que los presidentes de las instituciones académicas de Israel dieran un paso al frente y exigieran al Gobierno que pare la guerra. Pero eso no es sencillo, porque el presupuesto de estas instituciones viene del Gobierno, y este amenaza con recortar fondos, como Trump. Al principio, la única persona que nos hizo caso fue el presidente de la Universidad de Tel Aviv, Ariel Porat. Muchos nos decían que no podían pronunciarse públicamente. Hasta que, a finales de julio, 17 presidentes se sumaron a nuestra llamada. El segundo objetivo es dar a conocer a la gente lo que pasa, porque los medios predominantes de Israel apenas lo explican. Así que nosotros decimos: “¡Despertad! Están haciendo cosas en nuestro nombre, y tenéis que saberlo”.

Apoyo internacional

“Las fuerzas liberales  de Israel necesitamos vuestra ayuda para parar la guerra”

¿Cuánta gente integra ahora el colectivo?

Activos, somos al menos 1.500. Luego hay gente que nos apoya, que participa en los seminarios o charlas. Estos son miles. Y en Facebook contamos con decenas de miles de seguidores. Hay que tener en cuenta que Israel es un país pequeño, así que estas cifras significan mucho.

¿Por qué no hay protestas más masivas en los campus israelíes? ¿Hay ignorancia o miedo?

Es una mezcla. Pero es verdad que estos días la gente tiene miedo. En las redes sociales, el Gobierno usa una máquina de veneno: cuando decide ir a por alguien, acaba con él. Además demanda a manifestantes y periodistas para silenciarlos. Y luego hay organizaciones de extrema derecha que elaboran listas negras.

Para saber más, lee también

Vanguardia Dossier: El nuevo Israel

La Vanguardia
Horizontal

En Israel, las protestas contra la guerra suelen poner el foco en los rehenes, pero el manifiesto fundacional de Bandera Negra omite ese punto para centrarse en la situación de los gazatíes. ¿Han recibido críticas por ello?

No todavía. Pero las cosas no son blanco o negro. Lo que la gente dice en las protestas es: “Parad la guerra y traed a los rehenes”. Primero hablan de parar la guerra. Por supuesto, la guerra estaba justificada en un inicio. Lo que Hamas hizo fue… no tengo palabras para describirlo. Pero la guerra ha sobrepasado su justificación inicial. Y hay dos razones por las que sigue. Una es que Netanyahu sabe que, si la guerra acaba, se tiene que ir; lo dicen las encuestas. Y otra es que, para llegar al poder, Netanyahu se alió con esta gente extremista, mesiánica, que había sido expulsada del Parlamento. Él los metió de nuevo para formar Gobierno, y ahora está bajo su control. Así que estamos atrapados.

Lee también

“Soy cómplice de la guerra de Gaza: se paga con mis impuestos”

Daniel R. Caruncho
Entrevista a Omar El Akkad es un novelista y periodista egipcio-canadiense, cuya novela What Strange Paradise fue la ganadora del Premio Giller 2021.

Más allá de la academia, ¿qué sucede en otros sectores de la sociedad israelí? ¿Hay protestas?

La sociedad civil es muy activa, hay movimientos como Madres contra la Guerra, que defiende a los niños de Israel y a los de Gaza, o Standing Togeher, que busca unir a judíos y árabes. En el sector empresarial, muchas compañías, sobre todo tecnológicas, están donando dinero a las manifestaciones, aunque no han cesado su actividad para protestar. Y el principal sindicato, Histadrut, no se unió a la huelga [del 17 de agosto]; amenaza con acciones, pero luego no hace nada.

¿Qué opina de los que piden un boicot integral a Israel para provocar el fin de la guerra?

Es una mala táctica, no funcionará. Mira lo que hace el Gobierno de Israel. Dice: “Castigaremos a Gaza para que la gente se subleve contra Hamas”. ¿Funciona? No, claro que no. Aquí es lo mismo. Boicotear a la academia israelí es contraproducente. ¿Castigas a la gente que lucha contra esta guerra? ¿Cuál es la lógica? Deberían hacer lo contrario: ayudarnos. ¡Las fuerzas liberales y humanistas de Israel necesitamos vuestra ayuda! Con ella podremos seguir nuestra pelea y parar la guerra.

Peso del Holocausto

“Se nos ha educado en ser víctimas, y ahora nos hemos convertido en victimizadores”

Según una encuesta reciente de la Universidad Hebrea de Jerusalén, el 64% de israelíes cree que “no hay inocentes en Gaza”. ¿Israel es un país moralmente roto?

De alguna forma, sí. Israel quedó muy traumatizado [por el ataque terrorista de Hamas], y eso llevó a muchos a olvidar sus valores básicos. La idea de que no hay inocentes en Gaza fue creada por el Gobierno, y ha penetrado en muchos. Yo estoy de luto. Creo que Israel es un milagro, y ese milagro se está rompiendo. Durante mucho tiempo, las fuerzas liberales y humanistas hemos estado dormidas. Vivíamos en una burbuja, creíamos que los valores de la Declaración de Independencia eran tan fuertes que lo resistirían todo. Y no. Pero la gente ha despertado. Eso espero. Porque, si no, esto está perdido, e Israel se va a convertir en una dictadura teocrática.

¿Cree que Israel ha dilapidado el crédito del Holocausto?

Nuestro Gobierno usa el Holocausto como justificación de todo, y eso no justifica todo. Al revés: como somos supervivientes del Holocausto, tenemos que ser mejores. Y ahora no lo somos. Sobre todo Netanyahu, que es experto en demagogia y ha incrustado en la mente de los israelíes la idea de que no tenemos elección, de que todo el mundo nos quiere matar. Se nos ha educado en ser víctimas, y ahora nos hemos convertido en victimizadores.

Ahora comienza la ocupación de Ciudad de Gaza. ¿Hay margen para parar a Netanyahu?

No puedo dejar de ser optimista. Por eso insisto: necesitamos ayuda. Si la conseguimos, podremos ganar. Porque la gente en Israel se está empezando a preguntar: “¿Podré criar a mis hijos aquí? ¿Para qué los voy a criar? ¿Para una guerra sin fin?”.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...