Los jueces ordenan el ingreso en prisión del exprimer ministro Thaksin Shinawatra

Tailandia

No dan por bueno el año de privación de libertad que el magnate cumplió en una suite de hospital y en casa

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Thaksin Shinawatra, en la foto siendo escoltado al furgón policial, deberá ingresar en prisión hoy mismo, una semana después de que su hija Paetongtarn fuera formalmente destituida como primera ministra

PANUMAS SANGUANWONG / AFP

El exprimer ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, ha ingresado este martes en prisión, poco después de la sentencia del Tribunal Supremo que ordenaba el cumplimiento efectivo de una sentencia de un año de privación de libertad. Los cinco magistrados han considerado inválido el cumplimiento de dicha pena en la suite de un hospital (los primeros seis meses) y en arresto domiciliario (el resto). 

El hombre que lo ha sido todo en la política siamesa del último cuarto de siglo, de forma directa o indirecta (como cuñado, hermano o padre de otros primeros ministros) se ha quedado sin cartas. El magnate de las telecomunicaciones pactó su retorno al país, tras quince años de autoexilio en Dubái, hace dos años. Su partido había pasado de bestia negra a mal menor para la cúpula monárquica, que lo prefería a Avanzar, los ganadores en número de escaños. 

Nada más aterrizar en Bangkok en su jet, Thaksin fue conducido al hospital de la cúpula policial en Bangkok -de la que formó parte al inicio de su carrera- con vistas a un céntrico campo de golf. Poco después, un perdón real reducía su vieja condena de ocho años de cárcel por corrupción a un solo año. 

Para pasmo de muchos, Thaksin no pasó ni una sola noche en la cárcel y, seis meses después, se le permitió completar la condena en su casa de Bangkok, en atención a su edad (hoy tiene 76 años). Los tailandeses bromeaban sobre la mala salud ficticia de Thaksin Shinawatra y, hace un par de meses, el eterno titiritero de la política camboyana, Hun Sen, confirmaba que en una visita que le hizo, el magnate solo se puso el collarín y la escayola para las fotos. 

Hun Sen, que se fotografió con Thaksin Shinawatra en Bangkok en febrero del año pasado, dice ahora que el collarín y el yeso de este eran solo para la foto y que luego se los quitó. Media Tailandia tenía sospechas sobre las dolencias del magnate, que le evitaron la cárcel y que le mantuvieron en una planta exclusiva del Hospital de la Policía de Tailandia, cuerpo en el que empezó su carrera

El jerifalte camboyao Hun Sen, que se fotografió con Thaksin Shinawatra en Bangkok en febrero del año pasado, dice ahora que el collarín y la escayola de este eran solo para la foto y que luego se los quitó

Reuters

La denuncia de un diputado conservador llevó al Tribunal Supremo a iniciar una investigación en el hospital que ha concluido que su estado de salud no justificaba una hospitalización tan prolongada y que el paciente llegó a someterse a tratamientos y operaciones no imprescindible para ganar tiempo. Luego estuvo en arresto domiciliario hasta agosto de 2024, cuando su hija menor, Paetongtarn Shinawatra, accedió a la jefatura de gobierno, que conservó hasta el pasado 1 de julio (en suspenso, hasta la semana pasada). 

El Supremo ha decidido por tanto poner a cero el marcador de cumplimiento de la pena. Thaksin se convierte así en el primer exjefe de gobierno de Tailandia que pisa la cárcel. Un mal trago que lograron evitarse los muchos generales que accedieron al poder a través de golpes de estado. 

Aunque Thaksin Shinawatra ha demostrado que nunca hay que darle por políticamente muerto, la resurrección del fénix -directa o a través del partido al servicio de su familia- se antoja difícil. Su hija acaba de ser destituida formalmente, se ha formado un nuevo gobierno en minoría sin presencia de Pheu Thai -su formación- y las encuestas le auguran una sensible pérdida de escaños en las elecciones previstas para el primer semestre del año que viene.  

La presencia de Thaksin en la sala llegó a ponerse en duda, después de que el magnate se ausentar del país la víspera de la elección de un nuevo primer ministro, el magnate de la construcción Anutin Charnvirakul. Este, en cualquier caso, empezó su carrera política en el partido de Thaksin -lo que le costó cinco años de inhabilitación- y ya ha manifestado que en relación a este, “no habrá trato de favor, pero tampoco revancha”. 

Regresó anoche de Dubái y Singapur

Thaksin voló al extranjero horas antes de la sustitución de su hija en la jefatura del país

Thaksin volvió anoche a Bangkok, tras unos días en Dubái y Singapur y este martes se sentaban tras el, en la sala del Supremo, sus dos hijos. Ninguno de ellos perdió la compostura y Paetongtarn Shinawatra declaró que su padre seguiría siendo “el guía espiritual del partido”. Paetongtarn no solo es la depositaria de su legado moral, sino también material, en gran medida. Al acceder al cargo de primera ministra tuvo que presentar su declaración de bienes y esta incluía una fortuna cercana a los 400 millones de euros. Esta incluía 4,5 millones de euros en 75 relojes de lujo y 2 millones de euros en 217 bolsos de alta costura. 

Aficiones que no han impedido a la familia Shinawatra presentarse como valedores del hombre de la calle, desde que ampliaran la cobertura sanitaria -hasta entonces casi inexistente- a principios de siglo. Sin embargo, el embrujo se ha ido disipando y este martes apenas un puñado de “camisas rojas” han hecho acto de presencia frente al Tribunal Supremo.

De todos modos, en otro juicio que podría haberle acarreado consecuencias peores, hace quince días, Thaksin fue absuelto de las acusaciones de ofender a la monarquía en una entrevista concedida hace diez años a un medio surcoreano. 

“Hoy puedo ser privado de libertad pero soy libre de seguir pensando en cómo beneficiar al pueblo y al país”, ha declarado Thakin Shinawatra, tras escuchar la sentencia. Tiempo no le va a faltar. Comodidades, algunas. 

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