La Casa Blanca aprovecha el asesinato de Kirk para criminalizar a la izquierda y al Partido Demócrata

Estados Unidos

Stephen Miller, principal asesor de Donald Trump: “El Partido Demócrata no es un partido, es una organización extremista doméstica”

Horizontal

Stephen Miller, subjefe de gabinete de la Casa Blanca, el lunes en el despacho oval.

Alex Brandon / Ap-LaPresse

El movimiento MAGA ha encontrado en el asesinato del activista Charlie Kirk el pretexto ideal para criminalizar a la izquierda e incrementar la persecución de sus adversarios políticos. Las autoridades todavía no han determinado el móvil de Tyler Robinson, el vecino de Utah de 22 años que el miércoles pasado disparó una bala al cuello de Kirk desde una azotea a unos 180 metros de distancia. El gobernador de Utah, el republicano Spencer Cox, ha asegurado que creen que el sospechoso actuó solo y tenía una “ideología de izquierdas”. Pero en la Casa Blanca ya afirman abiertamente que forma parte de un movimiento coordinado, una red de “izquierda radical” que fomenta la violencia contra los conservadores y a la que hay que “eliminar”.

Seis horas después del asesinato, cuando Robinson ni siquiera había sido identificado, Trump se dirigió a la nación desde el despacho oval y dijo que la “retórica” de la “izquierda radical” es “directamente responsable del terrorismo” y anunció su intención de “terminar” con ella. Citó como ejemplos de violencia política su intento de asesinato el año pasado durante un acto de campaña en Butler (Pensilvania), el homicidio del director ejecutivo de United Healthcare y el tiroteo en el 2017 contra el congresista Steve Scalise.

Lee también

Pero no mencionó ningún atentado dirigido contra la izquierda, como el asalto al Capitolio, la agresión a martillazos contra Paul Pelosi o el incendio en la casa del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro. Ni siquiera el asesinato, hace tan solo tres meses, de un cargo electo demócrata: la congresista estatal Melissa Hortman y su marido, que fueron ejecutados a tiros en su propia casa. El día de aquel atentado, Trump estaba celebrando su cumpleaños con un desfile militar en Washington, y no declaró luto nacional, ni izó las banderas a media asta, ni acudió a su entierro, ni hizo ninguna declaración especial por un acontecimiento tan grave de violencia política. Ayer, preguntado por el trato dispar del asesinato de Hortman, respondió: “No estoy familiarizado, ¿quién?”

El vicepresidente de EE.UU., J.D. Vance, reemplazó el lunes a Charlie Kirk en su exitoso podcast ultraderechista, en el que responsabilizó de su asesinato a “un movimiento increíblemente destructivo que ha surgido en los últimos años” y al que “habrá que desmantelar para traer unidad al país”. A pesar de la condena unánime del asesinato por parte de la clase política demócrata, Vance se acogió a los casos anecdóticos de aquellos usuarios que en las redes sociales lo han celebrado.

“Cuando vean a alguien que celebra el asesinato, denúncienlo. Y, por supuesto, llamen a su empleador”, advirtió Vance. “Aunque en nuestro bando sin duda también hay locos, es un hecho estadístico que la mayoría de los lunáticos en la política estadounidense hoy en día son orgullosos miembros del gobierno de extrema izquierda”, afirmó, sin citar su fuente estadística y obviando la violencia de milicias de extrema derecha como los Proud Boys o los Oath Keepers, entre otros, a cientos de los cuales Trump indultó en su primer día de mandato.

J.D. Vance afirma que “habrá que desmantelar” al “movimiento destructivo” de izquierdas “para traer unidad al país”

El principal asesor del mandatario en la Casa Blanca, Stephen Miller, señaló directamente a sus adversarios institucionales. “El Partido Demócrata no lucha, ni se preocupa, ni representa a los ciudadanos estadounidenses. Es una entidad dedicada exclusivamente a la defensa de criminales empedernidos, pandilleros, asesinos y terroristas extranjeros ilegales. El Partido Demócrata no es un partido político. Es una organización extremista doméstica”, afirmó, en un lenguaje que prepara el terreno para la persecución judicial del partido rival, y por tanto para el desmantelamiento de la oposición política, un principio básico en cualquier democracia.

En otra intervención, Miller definió a “los que mataron a Charlie Kirk” como “un vasto movimiento de terrorismo doméstico, y pongo a Dios de testigo de que vamos a usar todos los recursos que tengamos en el Departamento de Justicia, Seguridad Nacional y en todo este gobierno para identificar, interrumpir, desmantelar y destruir estas redes y hacer a Estados Unidos seguro otra vez”.

El presidente Trump ya ha mencionado algunos de esos instrumentos. “He estado hablando con la fiscal general (Pam Bondi) sobre presentar cargos bajo la ley RICO”, dijo, en alusión a las siglas de la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por el Crimen Organizado, una legislación creada para perseguir a la mafia. El presidente habló de usar esta medida “contra algunas de las personas que han estado poniendo millones y millones de dólares para esta agitación”, afirmó, sin dar nombres, aunque en una acusación igual a la que hizo a finales del mes pasado sobre el inversor George Soros y su hijo Alexander.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...