Hungría ha decidido seguir los pasos del Gobierno de Donald Trump e iniciará el proceso para declarar organización terrorista al movimiento antifascista. Así lo ha anunciado su controversial primer ministro, Viktor Orbán, quien ha felicitado al presidente de los Estados Unidos por su decisión.
“Me alegro de la decisión del presidente estadounidense y quiero que hagamos lo mismo aquí en Hungría. Creo que es muy oportuno que en Hungría haya llegado el momento de clasificar organizaciones como Antifa como terroristas, siguiendo el modelo estadounidense”, ha declarado Orbán en una entrevista para la emisora de radio húngara Kossuth.
El movimiento antifascista no existe como organización ni estructura jurídica
El ultraderechista ha hecho referencia al caso de Ilaria Salis, una activista que fue detenida en Budapest por participar en una contraprotesta hace dos años, donde se produjeron enfrentamientos entre manifestantes de izquierda y de extrema derecha. Salis fue elegida eurodiputada por Italia y fue puesta en libertad dado que contaba con inmunidad, algo que ha sido criticado por Orbán y quien acusa a la izquierda por “dar lecciones sobre el Estado de Derecho”.
Pese a las declaraciones primero de Trump y ahora de Orbán, no existe ninguna entidad con el nombre de movimiento antifascista, ni como organización ni como estructura jurídica, y se entiende únicamente como una suma de seguidores y partidarios de ideas contrarias a la ideología fascista.