Un tribunal de París ha condenado al expresidente francés Nicolas Sarkozy a cinco años de prisión tras declararlo culpable de asociación ilícita en el caso de presunta financiación libia de su exitosa campaña electoral del 2007. Por otro lado, la justicia ha absuelto al político de todos los demás cargos a los que se enfrentaba, incluyendo los de corrupción pasiva y desvío de fondos públicos.

El expresidente francés Nicolas Sarkozy, con su esposa, Carla Bruni, a su llegada al tribunal de París que juzga su caso
Al político conservador se le acusaba de haber llegado a un acuerdo con el dictador libio Muamar Gadafi en el 2005, cuando era ministro de Interior, para que le proporcionara dinero para su candidatura a la presidencia francesa. A cambio de esa financiación, Sarkozy supuestamente se comprometió a respaldar al régimen, que entonces se encontraba en una situación de aislamiento internacional.
En su fallo, el tribunal considera que el exmandatario francés permitió “a sus allegados” actuar “con el fin de obtener apoyo financiero” de Gadafi.
Condena parcial
La justicia absuelve al político de todos los demás cargos a los que se enfrentaba, incluyendo el de corrupción pasiva
La causa sobre la supuesta financiación ilegal libia ha necesitado más de diez años de investigación. En ella, además de Sarkozy, están implicados tres de sus exministros, Brice Hortefeux, Claude Guéant y Eric Woerth.
Sarkozy siempre ha negado que hubiera llegado a un acuerdo con Gadafi para obtener financiación ilegal para la campaña que culminó con su llegada al Elíseo, y ha denunciado que el caso tiene motivaciones políticas.
La condena de hoy supone una nueva mancha en el expediente legal del expresidente, que el pasado diciembre ya fue sentenciado en firme a prisión por corrupción y tráfico de influencias en otro caso judicial. Por esa condena, fue obligado a usar una tobillera electrónica, un castigo sin precedentes para un exjefe de Estado. Asimismo, en el 2021 fue declarado culpable en el caso Bygmalion, relativo a la financiación de su campaña presidencial del 2012. Sarkozy recurrió el fallo, y el próximo 8 de octubre un tribunal examinará su apelación.
A pesar de los persistentes problemas con la justicia y de que le retiraran la Legión de Honor, la máxima distinción francesa, en junio, Sarkozy sigue siendo una figura influyente en la escena política de su país.