El santo que detuvo las broncas

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El día de Francisco de Asís se convierte en fiesta nacional en Italia

St. francis oratory, san francesco del deserto, Italy. (Photo by: BlueRed/REDA/Universal Images Group via Getty Images)
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El Parlamento italiano vive días tumultuosos. Trifulcas a punto de estallar por la reforma de la justicia, acusaciones cruzadas sobre los barcos de la flotilla rumbo a Gaza, insultos entre los escaños a propósito del salario mínimo y las pensiones. Pero durante dos horas, bajo el techo liberty del palacio de Montecitorio, se vivió un momento de concordia, quizá no muy laica, pero sin duda patriótica. El mérito es de san Francisco, el santo de Asís y patrono de Italia, de cuya muerte se celebrarán el año próximo 800 años. Todo el Parlamento, desde la derecha trumpista hasta la izquierda con pañuelo palestino al cuello, votó de manera compacta a favor de restablecer el día del “pobrecillo de Asís” como fiesta nacional. A partir del 2026, en Italia no se trabajará el 4 de octubre, como ya ocurría hasta 1977, cuando luego con “una elección laicista”, como escribe Avvenire , el diario de los obispos, Italia decidió suprimir la conmemoración, para después verse obligada a dar marcha atrás con ocasión del octavo centenario de su muerte. La novedad se notará solo en el 2027, dado que el año próximo el 4 de octubre cae en domingo, “y en el 2028 será en martes, así que habrá un largo puente…”, se bromea, aunque no tanto, en la oficina postal del Parlamento.

Aunque está claro que se trata de una reforma de gran valor simbólico, también tendrá un impacto económico. El tema puede parecer vulgar, dada la grandeza del personaje en cuestión, pero los técnicos de la Cámara tuvieron que hacer los cálculos: ¿cuánto nos cuesta Francisco? El resultado es que la nueva celebración costará al Estado 10,6 millones de euros: en concreto, 8,7 millones por el trabajo en festivo de la sanidad pública y 1,8 millones por las horas extra de las fuerzas de seguridad del Estado.

Todos los partidos votan a favor de la propuesta, y rechazan la de celebrar también san José

La propuesta viene de Noi Moderati, un pequeño partido centrista de inspiración católica que forma parte de la coalición de gobierno, con el objetivo de celebrar “un icono de los valores de paz, fraternidad y respeto por la naturaleza”, se lee en el preámbulo, que también menciona al papa Francisco.

Para volver a ser protagonista de una fiesta nacional, sin embargo, el fraile de Asís tuvo que derrotar a un competidor. Dieter Steger, diputado de la Südtirol Volkspartei, el partido de la minoría lingüística alemana, había propuesto incluir en la lista de festivos el 19 de marzo, día de San José. El derbi entre los dos santos estimuló la imaginación del Transatlántico, el largo salón que los diputados atraviesan antes de entrar en el hemiciclo. Pero todo se resolvió antes de que intervinieran teólogos, biblistas y canonistas: más laicamente, una cumbre de la mayoría decidió y el parlamentario tirolés se rindió: hagamos San Francisco.

Si (casi) todos votaron sí a la propuesta, cada uno lo hizo a su manera. Está el san Francisco patriota, el pacifista, el ecologista, el pauperista e incluso el santo del diálogo interreligioso. A la derecha se subraya “su vínculo con las pequeñas comunidades y con los territorios de la Italia más profunda y auténtica”, dijo el diputado meloniano Paolo Trancassini. Mientras que a la izquierda se remarca: “Qué hipócritas. –atacó el parlamentario de la alianza Izquierda y Verdes Filiberto Zaratti–. Si Francisco hubiera vivido en nuestros días, lo habríais tachado de buenista ”. “En una época de divisiones, ¡Francisco nos une!”, deseó con espíritu liberal Paolo Emilio Russo, de Forza Italia. Sin embargo, también hubo quien rompió la unanimidad. Los diputados del partido centrista Azione se abstuvieron: “Nada contra el santo –explicó a La Vanguardia la diputada Daniela Ruffino–, pero en Italia ya tenemos 13 festivos y este nuevo nos cuesta algunos millones, sin considerar el coste para las empresas privadas”. El sábado 4 de octubre, la agenda de la jefa de Gobierno, Giorgia Meloni, marca una sola cita: visita a Asís.

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Todos con Francisco, pero esta vez no se trata de una burbuja política. Los escaparates de las librerías están dominados por el último best seller del periodista del Corriere della Sera , Aldo Cazzullo, San Francisco, el primer italiano , cuya tesis es precisamente la del santo que unió a Italia. “Nuestro país no se convertirá en un Estado durante más de seis siglos. Y, sin embargo, la larga sombra y la influyente presencia del gran místico en tantos ámbitos –cultural, artístico, espiritual– hacen de Italia, aun dividida, la patria de todos los italianos”, escribe Cazzullo. Un ensayo brillante para leer en un día festivo.

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