Suspiro de alivio en Bruselas y felicitaciones entusiastas a Moldavia de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen; del presidente del Consejo Europeo, António Costa, y de la jefe de la diplomacia europea, Kaja Kallas. Se pueden resumir en una frase de Von der Leyen: “Moldavia, lo has vuelto a hacer”. Al igual que el año pasado en las elecciones presidenciales y el referéndum sobre la adhesión a la UE, los electores de la antigua república soviética apostaron por la vía europea en las legislativas del domingo.
El Partido Acción y Solidaridad (PAS), de la presidente Maia Sandu, retuvo la mayoría parlamentaria, con un 50,16% de los votos, a amplia distancia de la coalición Bloque Patriótico (24,19%), identificada como prorrusa y a la cual no le habría servido de nada la intensa campaña de Moscú para influir en el voto y que ha consistido en desinformación a través de redes sociales, compra de votos –incluso amenazas, según algunas versiones– y movilización de agentes provocadores y desestabilizadores, aspecto este último que ayer aún no quedaba despejado. Desde su refugio de Moscú, el que se considera uno de los gestores de la campaña, el oligarca Ilan Shor –prófugo de la justicia por el mayor fraude financiero del país, de un millardo de euros– anunció un llamamiento a la protesta popular. Su partido, Gran Moldavia, había quedado excluido de la carrera por la Comisión Electoral Central y por el Tribunal Supremo.
“No tengo ningún mensaje para Putin”, dice Sandu, y avisa de que Rusia “seguirá creando problemas”
Esa movilización de protesta estaba de todos modos prevista. La policía moldava lleva muchos días de actividad intensa, tanto en el mundo físico como en el digital. El primer ministro, Dorin Recean, habló de ciberataques a gran escala contra la Comisión Electoral y diversos colegios electorales. Asimismo, durante la jornada del domingo hubo falsos avisos de bomba en Bruselas, Lisboa o Alicante para impedir el voto de la diáspora moldava. El voto de los que emigraron a países de la UE fue decisivo, in extremis , en las presidenciales del 2024. Esta vez, ese voto exterior (301 colegios), en contra del cual se ha expresado a menudo la oposición, también habrá sido decisivo. El co-líder del Bloque Patriótico, el expresidente Igor Dodon, dijo ayer que “el PAS se aferra al poder a través de los votos de la diáspora”. Dodon llamó a la protesta “pacífica”, pero ayer solo reunió un centenar de personas ante el Parlamento en Chisinau, y buena parte eran periodistas.
Los prorrusos acusan al PAS de ganar por el voto exterior pero fue incluso el segundo más votado en Transnistria
El PAS tenía 63 escaños de un Parlamento de 101, y quedaría ahora con 55, pero la pérdida no le impedirá gobernar. Por detrás del Bloque Patriótico (26 escaños) quedaron Alternativa (7,97% y ocho escaños), del alcalde de la capital, Ion Ceban, y el populista Nuestro Partido (6,19% y seis escaños), del controvertido empresario Renato Usati. El elemento sorpresa ha sido el partido Democracia en Casa (5,64% y seis escaños) del también populista Vasile Costiuc, que tiene el apoyo del ultra rumano y ex candidato presidencial George Simion. La participación en estas elecciones fue del 52,21%. En el territorio secesionista y prorruso de Transnistria el PAS ganó, insólitamente, la segunda posición, detrás del Bloque, y ello a pesar de que solo se instalaron 12 centro de votación. En la también pequeña y prorrusa región autónoma de Gagauzia ocurría al revés y el PAS era el partido menos votado.
Maia Sandu, en su primera intervención pública tras las elecciones, dijo ayer que “el Kremlin ha intentado dividirnos, socavar nuestra confianza (...) Esta campaña ha demostrado que tenemos vulnerabilidades, pero también contamos con instituciones capaces y personas dedicadas”. Preguntada por qué mensaje tenía para el presidente ruso, Sandu dijo que “la Federación Rusa seguirá intentando crearnos problemas, pero no podrá detenernos. Es nuestra decisión. No le incumbe a la Federación Rusa. No tengo ningún mensaje para Putin”.