Las fisuras del plan Trump en Gaza

El conflicto de Oriente Medio

TOPSHOT - A demonstrator wearing a mask depicting Israel's Premier Benjamin Netanyahu takes part in an installation during an anti-government protest calling for a ceasefire and for action to secure the return of Israelis held hostage in Gaza, in front of the Likud party building in Tel Aviv on September 30, 2025. The US President on Sptember 30 gave the Palestinian militant group Hamas an ultimatum of

“Por favor, Hamas, di no”. Una protesta contra Netanyhau y en favor de los rehenes, ayer en ante la sede del Likud, en Tel Aviv

JACK GUEZ / AFP

El acuerdo de veinte puntos para poner fin al conflicto en Gaza, firmado en la Casa Blanca entre Donald Trump y Beniamin Netanyahu, espera una respuesta de Hamas. El presidente de EE.UU., en su conferencia de prensa con el primer ministro israelí, dio “tres o cuatro días” a la organización islamista para responder, y, si no acepta el trato, “lo pagará en el infierno.

Hamas, según la cadena CBS, estaría “inclinado a aceptar”, pero nada había trascendido anoche salvo que, según los mediadores de Qatar, estudiaba el documento. Este plantea un alto el fuego definitivo, la futura reconstrucción de la franja y la liberación de los rehenes, también marca un camino para la creación de un Estado palestino bajo el liderazgo de la Autoridad Palestina “reformada” y sin la presencia de la milicia palestinas. En ese sentido, Al Fatah, movimiento político palestino que domina la institución, celebró los esfuerzos de Trump, según informó la agencia oficial Wafa.

Trump da “tres o cuatro días” a Hamas para responder y, si no acepta, Israel dice que “acabará el trabajo”

Sin embargo, el primer ministro israelí se desmarcó de esta parte del trato tan solo horas después de su firma. En un vídeo publicado en la red social X, Netanyahu aseguró que ni él ni Trump reconocen la “aspiración legítima del pueblo palestino”, como recoge de forma literal el texto del acuerdo en alusión a un futuro Estado palestino. Según el líder israelí, esto supondría “un premio al terrorismo” de Hamas.

El documento no contempla tampoco una ocupación indefinida de Gaza, sino una retirada gradual de las tropas israelíes y el despliegue posterior de una fuerza internacional de seguridad encargada de mantener la estabilidad. Los plazos y los condicionantes los marcaría Tel Aviv, como en el caso de otros países con territorios invadidos por Israel en los últimos dos años, como Líbano y Siria, donde aún continúa la presencia de soldados israelíes.

La ultraderecha israelí se opone al trato y a dejar “la seguridad” del país en “manos de extranjeros”

Netanyahu, al frente de una frágil coalición de gobierno con gran peso de la ultraderecha, ha recibido críticas por parte de sus propios socios, que abogan por continuar con la guerra. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha sido una de las voces más duras contra el proyecto de Trump, que, según él, deja la “seguridad” de Israel “en manos de extranjeros y fantasías de que alguien más hará el trabajo por nosotros”. En un comunicado en X, Smotrich declaró que el acuerdo significa “volver, después del 7 de octubre y tras dos años de dedicación, valentía y sacrificio de un pueblo de leones, con costes dolorosos y con logros dramáticos, gracias a Dios y con su ayuda en todos los frentes, a la vieja concepción de dejar nuestra seguridad en manos de extranjeros”. Destacó además que “todo este revoltijo está pasado de moda y es un retorno a la concepción de (los acuerdos de) Oslo”.

Varios países árabes e islámicos han respaldado la iniciativa de Donald Trump , que también pide la entrada ininterrumpida de ayuda humanitaria y alimentos para reabastecer Gaza, donde se ha declarado la hambruna en diversas partes del enclave. La propuesta, presentada tras una reunión en la Casa Blanca con Beniamin Netanyahu, recibió elogios por parte de Egipto, Jordania, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Pakistán e Indonesia, que emitieron un comunicado conjunto valorando el “esfuerzo sincero” de Washington para detener la violencia.

Los países árabes y musulmanes apoyanla propuesta, aunque Qatar asegura que aún “hay puntos a arreglar”

Durante su estancia en la Casa Blanca, Netanyahu ofreció disculpas por vía telefónica al emir de Qatar por el ataque aéreo que el 9 de septiembre afectó a un complejo residencial en Doha y que tenía como objetivo el equipo negociador de Hamas. El primer ministro qatarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, aseguró más tarde que el plan de paz “aún necesita aclaraciones y detalles adicionales” que se tienen que “negociar”. En declaraciones a la cadena qatarí Al Yazira, pidió “un debate detallado” para saber “cómo implementar” los puntos de la propuesta. En concreto, uno de los escollos sería “particularmente en lo que respecta a los mecanismos para la retirada israelí de la franja de Gaza”. Se necesita “mayor desarrollo y aclaración”, afirmó, sin dar más detalles.

Los líderes occidentales también celebraron el movimiento diplomático, aunque instaron a que se aplique un alto el fuego en la franja de forma inmediata. El secretario general de la ONU, António Guterres, considera el visto bueno de Israel como “crucial” para resolver el conflicto. El diplomático portugués dio “la bienvenida al acuerdo de ayer del presidente de EE.UU., que pretende lograr un alto el fuego y una paz sostenible en Gaza y la región. También aprecia el importante rol de los estados árabes y musulmanes que trabajan para este fin”, según dijo su portavoz, Farhan Haq, en su rueda de prensa diaria. En los dos años de conflicto, Tel Aviv ha rechazado numerosas propuestas que contaban con el visto bueno del grupo armado palestino, Estados Unidos y los países negociadores.

Netanyahu se disculpa ante el primer ministro qatarí por los ataques contra la cúpula de Hamas en Doha

El acuerdo pone a Hamas entre la espada y la pared: el documento da “72 horas tras la aceptación pública de este acuerdo por parte de Israel” para que “todos los rehenes, vivos y fallecidos, sean devueltos”. Si rechaza la propuesta, Israel “acabará el trabajo” y traerá a casa a los cautivos restantes, advirtió el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, que subrayó que el plan no es solo una hoja de ruta para liberar a los rehenes, sino también una estrategia para “poner fin a la tiranía del terror desatada el 7 de octubre”. El embajador lanzó la advertencia en un acto en la sede de las Naciones Unidas con motivo del segundo aniversario del ataque de Hamas.

En el enclave, más de 65.000 palestinos han muerto durante la ofensiva y la totalidad de la población ha sido desplazada en numerosas ocasiones. La comunidad internacional ha aumentado la presión sobre Israel para que detenga los ataques, y países como Francia, Canadá, España o el Reino Unido han reconocido el Estado palestino.

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