Trump dice que la rendición le costará a Harvard 500 millones de dólares

Guerra cultural en EE.UU.

El presidente anuncia un acuerdo casi cerrado y la universidad guarda silencio

A pedestrian walks past a Harvard University sign after U.S. President Donald Trump said that his administration was close to a deal with Harvard University, in Cambridge, Massachusetts, U.S., September 30, 2025. REUTERS/Brian Snyder

Harvard, pendiente de un acuerdo con la Administración

Brian Snyder / Reuters

La guerra cultural desatada por Donald Trump contra las universidades estadounidenses está a punto de alcanzar la cima.

Después de asegurar que había pacto, el presidente matizó que con Harvard, símbolo de la resistencia frente al intento de la Casa Blanca de remodelar la educación superior, está “muy cerca” un acuerdo por el que la universidad más antigua y rica de Estados Unidos acepta pagar 500 millones de dólares para cerrar el conflicto en marcha desde hace meses.

Harvard, ariete de la resistencia a Trump, se saldría con la suya de no aceptar un supervisor ajeno al campus

Así lo anunció en el despacho oval. The Harvard Crimson , el diario del campus en Massachusetts, señaló ayer que la institución no había hecho comentario alguno.

Harvard se convertirá en la última universidad en llegar a un entendimiento con la Administración Trump para poner fin a una investigación que abrió el Gobierno como parte de sus amplios esfuerzos para alinear a la universidad con la agenda del presidente.

Trump añadió que el plan consistiría en permitir que Harvard gestione la escuela de negocios, donde “enseñarán a manejar la IA (inteligencia artificial), máquinas y otras cosas”.

No es la primera vez que proyecta su optimismo sobre un acuerdo con Harvard. En junio recurrió a su red social para expresar su predicción de que habría un pacto “alucinante, histórico, muy bueno para el país”, pero no se concretó.

Desde entonces, las conversaciones se encallaron, si bien recientemente, y sobre todo a partir del martes, hallaron una vía de negociación, según The New York Times , con la intermediación de Stephen A. Schwarzman, el multimillonario director ejecutivo de Blackstone y licenciado por la Escuela de Negocios de Harvard. Schwarzman asumió el papel de intermediario en un intento de la universidad por crear una división dentro de la administración entre los ansiosos por dar una victoria a Trump y los más ideologizados, que piensan que los términos son demasiado favorables para Harvard.

Aunque Trump parece tener una fijación con las multas y esos 500 millones le contentarían, algunos asesores lamentan que no se vaya más allá y se trate de imponer un revisor independiente que garantice el cumplimiento de las normas, cuestión que arrancó por el supuesto antisemitismo en las protestas en a favor de Palestina. Harvard se opone a la imposición de un supervisor ajeno a la institución.

Otras instituciones de la élite (Ivy League), como Columbia, Brown o la Universidad de Pensilvania, han llegado a pactos. En cambio, Harvard recurrió a la retórica desafiante y la litigación, colocándose como el ariete de la defensa de la libertad académica. Esta postura se tradujo en un éxito en los tribunales. El mes pasado, la juez federal Allison Burroughs decretó ilegal la congelación por el Gobierno de 2,200 millones de dólares en subvenciones como castigo al supuesto antisemitismo en su campus.

La resolución estuvo de acuerdo con el argumento de Harvard de que imponer esa congelación, como medida de venganza al rechazar rendirse a las exigencias de introducir reformas, violó la protección que establece la primera enmienda de la Constitución.

A pesar de que el dinero empezó a fluir, Trump perseveró en los ataques al iniciar el proceso para cortar el flujo de fondos de cara al futuro.

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