Javier Milei aparcó la motosierra tras perder las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre, aunque quiere volver a empuñarla con fuerza dentro de una semana. El presidente argentino ya tiene dinero para la gasolina –20.000 millones de dólares prestados por Donald Trump–, pero solo podrá arrancarla de nuevo si el próximo domingo obtiene un buen resultado en los comicios legislativos nacionales de medio mandato.
Los sondeos son contrapuestos y reflejan la polarización en que está instalada Argentina desde hace años. La mayoría de encuestas señalan que la diferencia entre el partido de Milei, La Libertad Avanza (LLA), y el peronismo progresista unificado en la coalición Fuerza Patria (FP) no superaría los cinco puntos.
Se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, y Milei necesita una victoria, aunque sea “por un voto”, como repite el cabeza de lista de LLA, el exvicealcalde macrista de Buenos Aires, Diego Santilli. Ganar por un voto probablemente no otorgaría a Milei su ansiado control del Parlamento pero ampliaría significativamente el número de escaños de LLA, facilitando la negociación con sus aliados de la derecha, y sobre todo supondría quedar reinvestido de la legitimidad que ha ido perdiendo desde su victoria de hace dos años.
Como en la mayoría de elecciones, al final la situación económica es lo que decanta votos. Y por eso la carta Trump que Milei ha jugado en los últimos días de campaña es tan importante. Tras perder en septiembre por 13,5 puntos frente al peronismo en la provincia de Buenos Aires (40% del censo electoral), los valores argentinos cayeron, el peso se hundió y el Banco Central empezó a vender dólares de las reservas para frenar el tobogán financiero que solo se detuvo cuando EE.UU. anunció el rescate escenificado el martes pasado en la Casa Blanca: el Tesoro estadounidense comprará pesos argentinos por 20.000 millones de dólares en un swap (intercambio de moneda). Al día siguiente, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sumó otros 20.000 millones más en forma de línea de crédito con fondos privados, de manera que la ayuda de EE.UU. a Argentina se elevaría a 40.000 millones de dólares.
Milei ya dijo que el swap se destinará a pagar los vencimientos de deuda del 2026 del monumental préstamo de 57.000 millones de dólares concedido por el FMI en el 2018 –durante el Gobierno del derechista Mauricio Macri–, gracias al aval de Trump en su primer mandato.
La compra de pesos argentinos es un negocio ruinoso para EE.UU. pero detrás está el interés por las tierras raras
Al recibir a Milei en Washington, Trump vinculó el apoyo al líder ultraliberal argentino a una victoria electoral. “Espero que el partido de Milei tenga un buen resultado”, dijo. “Si ganan extremistas de izquierda (por el peronismo), en ese caso no seremos generosos con Argentina”, añadió. Esas palabras generaron confusión y al día siguiente los bonos argentinos cayeron porque los mercados interpretaron que Trump se refería a las elecciones del domingo y la Casa Rosada tuvo que insistir en que el apoyo de la Casa Blanca está garantizado hasta las presidenciales del 2027. La línea de crédito de 20.000 millones anunciada por Bessent y el anuncio por parte del Ministerio de Economía argentino de que podría haber un acuerdo comercial con Estados Unidos tranquilizaron a los mercados. Por cierto, un tratado de comercio entre Buenos Aires y Washington provocaría la ruptura del Mercosur, pues según este acuerdo aduanero sus integrantes no pueden firmar pactos comerciales bilaterales.
El swap es un negocio ruinoso para EE.UU. porque el peso es una moneda tóxica, aunque Trump no regala nada. El líder estadounidense quiere sostener a Milei pero también conseguir sus recursos naturales, especialmente las tierras raras, y limitar el acceso a las mismas de China, principal compradora de materias primas de la región. Si bien la Casa Rosada niega algún pacto en ese sentido, Trump fue claro: “Pueden comerciar un poco (con China), pero ciertamente no deberían ir más allá de eso”. Y el republicano marcó a Milei una línea roja: “Ciertamente no deberían hacer nada relacionado con el ámbito militar con China”.
En una semana se sabrá si el apoyo de Trump ha supuesto que el partido de Milei remonte en las encuestas, después de la desilusión generada por el libertario entre sus votantes tras destaparse en agosto un escándalo de corrupción que afecta a su hermana Karina –su principal asesora y secretaria general de la Presidencia–; y, a principios de octubre, la dimisión como candidato de su cabeza de lista, José Luis Espert, investigado por recibir dinero de un narcotraficante con orden de extradición a Estados Unidos.
Los ciudadanos han visto cómo Milei ha domado la inflación, que se sitúa en el 31,8% (cuando asumió el cargo en diciembre del 2023 era del 211,4%), a costa de recortar el gasto público y de no emitir pesos, pero también ha provocado una caída del consumo del 6,3% en los últimos doce meses. “No hay plata”, repetía el presidente al inicio de su mandato. Parece que tampoco hay plata en los bolsillos de los argentinos.
Trump dice que la “generosidad” con Argentina se acabará si Milei no continúa en la Casa Rosada
En la última semana de campaña, Milei tiene previsto salir a la calle para apoyar a sus candidatos, aunque es probable que sea más cuidadoso en su discurso sobre recortes sociales, como ya hizo tras la derrota de septiembre. Las protestas y los escraches en los actos del líder ultra han aumentado desde la campaña bonaerense, cuando protagonizó incluso enfrentamientos directos con personas que le gritaban.
“Se están muriendo”
Tras el encuentro, Donald Trump aseguró que EE.UU. podría ”comprar algo de carne de Argentina”. “Si lo hiciéramos, los precios bajarían”, explicó el jefe de Estado a la prensa a bordo del avión Air Force One de camino a Washington y agregó que, de hacerlo, ayudaría a Argentina, un país que considera un “muy buen aliado”.
Sin embargo, y pese a la buena relación entre los mandatarios de los dos países, eso no significa, según Trump, que Milei “lo está haciendo bien”. ”(Argentina) no tiene dinero, no tienen nada, están luchando fuerte para sobrevivir, si puedo ayudarlos a sobrevivir en un mundo libre... El presidente de Argentina está haciendo lo mejor que puede, pero están muriendo”.
El 6 de octubre también hubo una manifestación contra Milei frente al Movistar Arena de Buenos Aires, donde el ultraderechista ofreció un esperpéntico concierto de rock con motivo de la presentación de su último libro. Un sondeo difundido esta semana por la consultora Rubikon Intel, que otorga a la victoria a LLA con el 34,6% frente al 32,2% de FP, preguntó a los encuestados sobre ese concierto, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo, y dejó un resultado que hace pensar que los argentinos se han cansado de las salidas de tono del mandatario: el 18,1% dijo rechazar la actuación de Milei y el 35,8% afirmó que sintió “vergüenza” de su presidente. La motosierra empieza a oxidarse.


